Cap. 22

749 105 87
                                    

10 de octubre.

-Tú puedes, Mina -mencionó Momo con la más grande de sus sonrisas, acariciando los brazos de la castaña quien presume un hermoso traje clásico como la danza a la que ha entregado su vida.

Myoui sonrió bajando la mirada. ¿Ya han sido dos meses desde que le comentó sus planes a Momo y a Sana? Sobre la famosa competencia de baile que cada vez que era pospuesta hacía a Mina sufrir un mini ataque.

Dos meses relativamente normales.

Al parecer Nayeon había descuidado su relación con Yoo cosa que es creíble; eran cercanas pero solo cuando Nayeon necesitaba algo así que el tiempo llevó otra persona a la ecuación, ¿YuJu será la correcta para Yoo?

Solo el hoy podría responder.

-Estoy nerviosa... -confesó Mina murmurando tan tímidas palabras sin poder mirar a la chica de sus sueños, la misma que ahora acarició sus mejillas.

Quizá estar en el armario de un conserje es más adorable de lo que pensó en primera instancia.

-Vas a ganar ese premio y vas a regresarle su vida a Tzuyu -Momo sonrió con completa sinceridad, con una seguridad que intimidó a la japonesa.

Tiene miedo.

-Pero... ¿Y sí ocurr... -por fortuna fue callada por Hirai y de una manera simplemente dulce-. Ah, yah...

Ese beso se repitió una infinidad de veces dentro de una cantidad limitada de segundos.

Finalmente está ahí, en la famosa competencia de danza por la cual tanto ha trabajado con un solo final; poder cambiar el pasaje a Londres por Surcorea, o venderlo y pagar un abogado con más tiempo disponible, ¡algo! No ha podido dormir a causa de la presión aunque Momo intente quitarla con sonrisas y palabras de ánimo, oh, y también Jeongyeon quien al enterarse de su nobles intenciones rompió en llanto aunque de seguro, tras sollozos tan desgarradores, fue por Nayeon. Al menos esa chica tan impulsiva pudo sacar lo que tenía guardado en el momento correcto.

Justamente como Sana no lo hizo.

"¡Buenas noches damas y caballeros!" Se escuchó a lo lejos provocando que entre risas Momo robara un último beso de los labios de su amada y le diera un pequeño empujón fuera de ese cuarto de limpieza del teatro.

-¡A ganar Minari!

-Eres una hermosa persona, Mina.

Ambas japonesas giraron la mirada encontrando una tercera persona acercarse por la pasillo. Nada más que Sana quien con una sonrisa afligida pero fuerte, decidida a mantenerse firme en su rostro. Buscó acercarse aún no procesando lo que está por ocurrir.

Cuando se enteró de los planes de Myoui hace meses también rompió en llanto, en un culpable y agobiante llanto a lo que Mina no hizo más que abrazarla perdonando cada conflicto que pudieron tener. Sana no perdió a su amiga aunque la rompiera sin piedad con crudas palabras y hasta el día de hoy se emociona al saber que cuenta con Mina en su vida.

¿Y sí comienza a valorar a quienes tiene?

¿Será que las cosas están cayendo por su propio peso hasta encontrar sus lugares? Sus posiciones, las mejores a su favor.

Quizá... porque a petición de Mina, Sana retomó las sesiones con la psicóloga hasta el día de hoy ya logrando salir de su habitación sin sentir ataques de pánico.

-¡Sanitaria! -habló Momo recibiendo un sutil empujón en el hombro por parte de la "mencionada."

Sana mantuvo una expresión tímida al buscar los ojos de Mina. Sostuvo su mano, las aferró a las suyas con una fuerza cuidadosa pero no por eso simple. Mina sintió las manos de su amiga temblar al igual que su mentón al verla de reojo. No pudo hacer más que abrazarla con fuerza.

No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora