Cazadores |Dean Winchester

10|Recuerdos II

"—Tu padre...hace días no sé nada de él —se sentó frente a ella, y la miró fijamente— ¿Sabes a dónde ha podido ir?

—No —negó con la cabeza— Nunca me dice nada sobre su trabajo.

—¿Ni siquiera una pequeña información?

Preguntó Sam y Sarah le miró como si fuera estúpido. ¿Qué parte de «No me dice nada» no entiende?

—No —repitió— ¿Alguien me puede decir que está pasando?

—Tranquila cariño, no pasa nada grabe —la mirada de Bobby no la dejaba precisamente tranquila, pero su mejor opción era hacerle caso— ¿Por qué no vas a por algo de beber?

Sus palabras escondían un claro «Los mayores tienen que hablar» que pasó por alto con dificultad. Tras asentir, Sarah se dirigió a la cocina y rebuscó en la nevera, en busca de las cervezas frías que siempre guardaba allí.

—¿Solo coges una? —habló Dean en cuanto Sarah cerró la puerta de la nevera, alzó la mirada hasta los ojos verdes del Winchester— ¿Acaso Sam y yo no bebemos?

—Tienes manos, puedes cogerlas tu solito —la miraba fija y seriamente— ¿O eres tan inútil que ni eso puedes hacer?

Tenía que admitir que su rostro ofendido era todo un cuadro, que ella adoró sin pensarlo, tras abrir la botella se alejó de su lado para dársela a Bobby, pero no la dejó moverse mucho más.

—¿Eres consciente de que solo eres una niña y de que podría cerrarte la boca fácilmente?

—¿Eres consciente de que esas chaquetas han pasado de moda?

—¿Perdona? —allí estaba otra vez ese rostro de ofendido —Mi chaqueta no es anticuada.

Sarah sonrió. Eso fue todo lo que hizo, disfrutando de lo fácil que le estaba resultando irritarle"

—¿Cuánto tiempo hace que no os veis?

Sarah intentó no responder mientras se entretenía preparando el café, pero algo le decía que no la iba a dejar hasta que le dijese algo.

—No lo sé, ¿Tres meses? —en el rostro de Jaz se reflejó el asombro, seguro imaginarse lejos de Sam por tanto tiempo le resultaba insoportable— No llevo la cuenta exacta.

Terminó de servir los dos cafés y se sentó a su lado en el sofá de la casa.

—Yo no me veo tanto tiempo lejos de Sam —sonrío— Me sería imposible.

—Tienes suerte Jazel, tu puedes tenerlo.

—Supongo, y es una lástima que tú no puedas disfrutar de tu amor.

Intentó no dejar ver lo que le afectaba aquellas palabras, estaba segura que no lo decía para herirla. Jazel había resultado ser una chica de carácter fuerte, pero amable y comprensiva a la vez, en esos meses, ella y Castiel habían ayudado mucho.

—¿Jazel? —hablando del rey de roma— ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con un Metamórfico en México.

—Hola Castiel —le saludó con una sonrisa.

—Estaba, no ha sido muy difícil —le respondió Jaz— ¿Tú que haces aquí?

—Es parte de la recuperación de Sarah, la estoy ayudando.

—¿En serio? Pues dile a tu querido Dean que no la deje sola.

—¡Jazel! —ella tan espontánea.