Cazadores |Dean Winchester

Epílogo.

DOS AÑO DESPUÉS.

—Pasad por aquí, señores, su reservación está lista.

Todos sonrieron al chico de elegante uniforme mientras le seguían por entre las mesas hasta la que habían reservado. Sarah iba agarrada del brazo de Dean, mientras Jaz iba junto a Sam. Al sentarse Sarah no pudo evitar sonreír al verlos, tal como lo había soñado, juntos se veían perfectamente bien.

—Vaya, es todo muy elegante —el tono travieso de Jaz hizo que Sarah se extrañará un poco, pero lo pasó por alto en cuanto su teléfono sonó— Me encanta el restaurante.

—¿Que sucede cariño?

Sarah negó, mostrando sus blancos dientes despreocupada— Nada, es Garth, no sabe a qué temperatura darle el biberón a Jay.

—¿Habéis dejado a la niña con Garth?

Dean se encogió de hombros ante la pregunta de Sam— Es nuestra noche de descanso, bastante ocupados estamos siempre, la caza y tener hijos no deja mucho tiempo libre. Pero eso ya lo sabrás tú más adelante.

—Sí, además Garth tampoco es tan malo —Sarah tomó el menú y le echó una pequeña ojeada— Vaya, no sé qué pedir, tengo un hambre que me muero.

—Sí, además todo se ve tan apetitoso, igual podemos comer algo antes del trabajo ¿No?

Jaz hizo ese gesto tan efectivo con el labio inferior que derretía a Sammy en pocos segundos. Sarah hizo su cuenta atrás, Sammy le sonrió y asintió— Vaya Sammy, ni siquiera has llegado a los cinco segundos y ya te ha convencido. Eres muy blando.

—Déjalos, nena —le dijo Dean acariciando su mano— Tu y yo éramos así al principio igual.

—Touchè.

Nuevamente el chico que les había atendido se acercó a la mesa, está vez con un cubo con hielo y champagne acompañado de una pequeña cajita azul.

—¿Y esto?

Jaz sacó la pequeña caja intrigada, Sam se la quitó con cuidado de las manos y se levantó de la silla para agacharse delante de ella, Sarah y Dean solo observaban la escena como si fuesen dos Fans viendo a sus ídolos comprometerse.

—Jaz, no tengo dudas de que eres la mujer que amo y con la que quiero pasar mi vida, ¿Me harías el favor de hacerme el hombre más feliz del mundo? Jaz, ¿Quieres casarte conmigo?

Sarah se enterneció cuando vio las lágrimas escaparse de los ojos de su amiga. Quien soltó un enorme sí, y se lanzó a besarlo. Era hermoso, un momento memorable, y más que lo sería.

—Chicos, siento interrumpir, pero es la hora.

Anunció Dean, y no tardaron ni cinco segundos y las puertas del restaurante se abrieron bruscamente, allí estaban, unos cuantos de aquellos Leviatanes listos para matar a los cazadores.

Los cuatro se levantaron, sacaron sus armas de sus escondites y se prepararon para pelear. Una última mirada antes de empezar aquella pelea, una mirada que Dean y Sarah compartieron con una sonrisa— Te amo.

Dijeron a la vez, se amaban. Eran como las piezas de un engranaje que encajaban a la perfección y los hacía funcionar mejor. No podían ser más iguales, se necesitaban y en esos momentos compartían más que su amor, compartían una vida.

Sarah aún no podía creerse que su vida hubiese tomado ese camino, casada con un cazador, aquello que ella no quería resultaba ser ahora lo que necesitaba para poder seguir viviendo. Los monstruos que mataban casi siempre resultaban hirientes, corrosivos y nunca era una buena experiencia estar cerca de ellos. Pero Sarah no podía hacer más que dar las gracias por haber tenido aquel encuentro, aquel Djinn le había dado todo lo que tenía en aquel momento.

Le había enseñado a amar, y a cuidar aquello que de verdad le importaba, porque le había mostrado lo que se sentía cuando perdías a alguien importante. Le había enseñado lo que era el dolor y lo importante de perdonar. Un sueño le había cambiado la vida, supo que estaba equivocada en su decisión de quedar fuera de aquel negocio.

Ella había nacido para eso, para cazar y salvar vidas, ella formaba parte de los cazadores y eso no cambiaría. Pero aquella noche solo tenía en mente volver a casa y abrazar a su hija junto a su marido, el hombre que más amaba. Así que en cuanto su cuchillo cortó la primera cabeza, su mente solo podía pensar en una cosa. «Hoy no es un día bueno para morir. No hoy»

FIN.