25|Salir de tu mentira.

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—¿Seguro que estás bien? —Sarah asintió mientras se bajaba del coche, Dean se había pasado todo el resto del viaje preguntando lo mismo, y ya empezaba a cansarla— Me has dado un susto de muerte ¿Lo sabes?

—Sí, Dean, al igual que las otras 378 veces que me lo has dicho —este sonrió y se acercó a ella para besarla en los labios, y sin duda alguna pudo notar una diferencia en aquel beso— Bueno, vamos, hay que trabajar.

Los ojos de Dean la observaron algo asombrados, ella se había dado la vuelta sin ninguna expresión, y al decir "trabajar" sintió que algo iba mal. Ella no recordaba mucho y hasta el momento se mostraba nerviosa por todo aquello de cazar, y de pronto se refería a ello como trabajo, algo no iba bien.

Dean lo podía sentir en todo su cuerpo, aquella sensación tan extraña de que algo no iba bien, su repentino desmayo no era normal y no sabía que había pasado.

—Tranquilo Dean —Sam apretó el hombro de su hermano intentando animarlo— Dale tiempo, todo esto es raro para ella, además no debe sentirse muy bien con el desmayo.

—Lo sé Sammy —Dean suspiró— Pero algo no anda bien, no puedo evitar preocuparme por ella.

—Eres realmente adorable Dean —le dijo ahora Jaz con una enorme sonrisa— nunca me habría imaginado que te vería enamorado de alguien.

Cuando se quisieron dar cuenta Sarah ya había reservado en aquel motel dos habitaciones, y esperaba en la puerta de brazos cruzados.

Lo más rápido que pudieron se pusieron a trabajar sobre aquel caso, Sammy inició una búsqueda de información con su ordenador mientras Dean y Jazel decidieron salir y buscar información por su propia cuenta. Sarah sentía que era solo un estorbo en aquel lugar. Estaba sentada en frente de Sammy jugando con un boli.

—Esto es aburrido, me alegro de no recordar nada sobre estas cosas.

Sammy sonrió, y desvío su atención del ordenador por unos segundos.

—Ya empezará la acción, pero primero hay que averiguar, sacar información —Sarah hizo una mueca, como si todo aquello le diera demasiada pereza— ¿Seguro que estás bien?

—Como alguien me lo vuelva a preguntar saldrá muy mal herido —se retractó al instante de decirlo, sabía que Sam no tenía culpa y se sintió mal cuando vio su rostro sorprendido— Lo siento Sam, es que...estoy algo cansada de dar lástima.

—Tranquila —le sonrió— ¿Por qué no vas a por algo de beber? Así no tienes que estar aquí sin hacer nada.

Asintió y se colocó la sudadera que colgaba de la silla antes de salir. Hundió sus manos en sus bolsillos y recorrió las calles cercanas en busca de algún lugar donde comprar bebidas.

Uno de los bares llamó su atención, vendían comida y suponía que no estaría mal llevar algo bueno para que todos comiesen, así que entró sin pensárselo. Se acercó a la barra y pidió comida suficiente para todos.

—Tenemos un pay de arándanos muy bueno.

Le dijo la chica que atendía con una enorme sonrisa, Sarah pensó que Dean se lo agradecería así que le compró uno. Mientras esperaba a que su pedido estuviera completo se sentó en la barra.

—Vaya, mira a quién tenemos aquí —a su alrededor había tres hombres vestidos de negro, sonreían tan macabramente que Sarah se sintió incómoda— Nuestra pequeña Sarah.

No pronunció palabra, no entendía cómo era posible que la conocieran. Uno de ellos se acercó más y le tocó el pelo haciendo que ella retrocediera bruscamente.

—Nunca me había divertido tanto torturando a alguien —confesó aquel hombre— Eras tan buena, normal que Jack se obsesione contigo.

—No sé de qué habláis ni quién es Jack —se sorprendió cuando escuchó su voz tan firme— Dejadme en paz.

Cazadores |Dean WinchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora