19|Nunca dejaría de defenderte.

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Jazel estaba contenta, tenía su ropa nueva tan deseada, Sam estaba contento; su chica lo estaba y eso para él lo era todo. Sarah y Dean aún tenían muy vivas las sensaciones que sufrieron en aquel vestidor, pero a pesar de eso, eran feliz.

En cambio, Castiel, parecía demasiado frustrado con el tema de elegir un animal. Miraba cada uno de ellos, por especies, tamaños y colores, nada le gustaba. Las personas se quedaban mirándole cuando le hablaba a algún animal.

—Lo siento pequeño, pero no me gustas —le habló a un pequeño hámster que le miraba moviendo sus pequeños bigotes— En realidad eres muy lindo, pero muy caro.

Le susurró acercándose más al cristal que los separaba, Sarah sonrió al verle, era realmente adorable.

—Cas, ¿Qué te parece aquel gato?

Jaz señaló un pequeño gato gordo y peludo tan blanco como la nieve. Este se acercó a él y frunció el ceño.

—No —negó sin dejar de mirar al pequeño animal— Ese piensa que tu estilo es muy feo.

Jaz abrió sus ojos indignada, Sarah apenas entendía nada.

—En realidad a usado palabras más fuertes, pero yo no pienso repetirlas —sonrió un poco— pero, una cosa, ¿Que significa "Parece un chorizo metido en una pajita para refresco"?

—Será cabrón el gato.

Aquel animal peludo soltó un maullido que parecía que se quejara. Sarah sonrió y se apegó un poco a Dean para hablarle en voz baja.

—¿Cas puede hablar con los animales?

Dean la observó y sonrió al verla tan cerca, asintió.

—Es un ángel, hace cosas increíbles.

—Yo creo más bien que son raras.

Los dos sonrieron, Sarah se quedó allí, viendo como Cas elegía un pequeño pez de color azul, entonces pasó otra vez: sus sentidos se vieron inundados por otro recuerdo.

—Señorita, —el hombre uniformado de blanco y negro le sonrió amablemente, mientras señalaba la dirección por la que tenía que ir— El señor Willow la está esperando.

Ella asintió y le siguió. Pudo darse cuenta de que llevaba un vestido elegante y altas botas, sentía algo incómodo dentro pero no sabía que era. Llegaron a una mesa, y sus ojos no tardaron en ver a aquel chico en otra mesa con un traje elegante. Dean.

Lo reconoció, y pudo ver la sonrisa que se dibujó en los labios del chico al verla. No muy lejos, y vestido de camarero estaba Sam, aunque el recuerdo por momentos se tornaba borroso, el hecho de recordarlos a ellos ahí la asustaba.

—Bien Sarah —el hombre que estaba sentado frente a ella sonreía ampliamente, a su lado estaban otros dos hombres más— Me alegra que hayas aceptado la invitación.

—Nunca podría rechazarte.

Se asombró al escuchar la firmeza y la sensualidad en su propia voz. Se sentó en la mesa, y sus ojos vieron una luz brillar en la mano de uno de los hombres; un arma.

—Lo sé —respondió Willow— Sobre todo cuando pretendes matarme...Cazadora.

Antes de que aquel hombre pudiera moverse Sarah ya había clavado un cuchillo en su garganta, Sam se encontraba detrás del otro hombre cortando su cuello, y Willow tenía a Dean detrás apoyando un cuchillo de plata en su cuello.

—Para ser tan viejo Willow —Sarah sacó un cuchillo de su bota, lo vio brillar en su mano— Es un poco estúpido pretender que matarías a una cazadora tan fácilmente.

Cazadores |Dean WinchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora