Capítulo 2

1.5K 103 15
                                    

Con el aire frío pegándome en el rostro tengo que fingir que no siento nada. El clima es lo de menos, lo sé.

Estoy acostumbrada a que el frío corte mis mejillas, a que entuma mis dedos y cale profundo en mi sangre. Pero no sé cómo actuar ante lo que puede desarrollarse frente a mi. Algo que nada tiene que ver con supervivencia o instintos, algo que involucra sentimientos, decisiones y, quizás, perdón.

Por fortuna, la obscuridad mucho ayuda. Estoy segura que él no ve la incertidumbre en mi expresión, ni yo la suya... No poder ver sus facciones con claridad resulta extremadamente útil en momentos como este, en los que no tengo un librero que seguir, ni tengo idea de cómo se supone que debo reaccionar. ¿Debo decirle algo más? ¿Darme la vuelta y marcharme?

Tal vez la indecisión latente en los dos es lo que ha mantenido mis pies firmes, lo que me ha convencido de ni echarme para atrás como lo haría una presa asustada. 

—Katniss—suspira finalmente, su aliento se mezcla con el aire creando subes de vapor— No sé a qué quieres llegar con esto, pero...

Ahora puedo comenzar a entender a dónde está dirigiéndose. Está utilizando  un tono un tan cansado que no deja dudas a sus verdaderas intenciones. Quiere marcharse.

—¿De verdad no lo sabes?—siseó cruzándome de brazos, sintiendo que la irritación hace bullir mi sangre— ¡No puedes seguir ignorándome! He intentando... Pensé que... Olvídalo.

No sé en que momento comencé a elevar mi tono de voz, hasta que soy lo suficientemente consiente de que incluso Haymitch podría oirnos si se esforzara lo suficientemente.
La serenidad en la Aldea es absoluta.
Pero la impotencia creciente en mí, al verlo allí plantado como si fuera una víctima y yo alguna clase de verdugo me hace querer golpearlo.

Intenté hablarlo, acercarme y pedir disculpas por algo que de lo que no tengo culpa alguna. ¡Ni siquiera debí hacerlo! Evidentemente, soy pésima con ello, y Peeta un excelente actor fingiendo por allí que nada sucede.

—No sé que ganarías con hablar conmigo— admite tentativamente, sin moverse un centímetro, aunque su voz es más serena esta vez— Tampoco sé que tratas de hacer al buscarme y invitarme a cenar a tu casa. No me malinterpretes, agradezco la invitación, tu madre y Prim han sido muy amables, pero no tiene caso frecuentarnos ¿qué estástas buscando, Katniss?

Lejos de resultarme irritante, su respuesta me provoca cierta satisfacción, estoy obteniendo una respuesta de su parte. Una pequeña señal de que está al tanto de lo incómoda que es nuestra situación para ambos. Lo que sea que resulte útil para mostrarle que tampoco me supone ningún placer haberme humillado esperando un perdón de su parte.

—¡Por eso mismo debíamos hablar!— añado, mirándolo como si fuera estúpido— Sé que no fue justo lo que hice pero tampoco fue justo que no me dejaras explicarte las cosas. Lo que hice fue por el bien de los dos. ¡No es mi culpa que estés actuando tan dolido! Nos salve el pellejo, ¿No eso es lo que debería importar? Y ahora he vuelto a intentar explicar y tú simplemente... Intentarlo fue estúpido de mi parte, ahora lo sé.

Al momento de decirlo puedo ver en sus ojos lo herido que está, lo que mis palabras causan en él y lejos de arrepentirme me gusta, quiero que me responda, que contraataque. Que me diga todo lo que sienta.

—Tienes razón—declara luego de unos segundos de silencio, nunca ha sido especialmente amenazante, pero su postura, su rostro apenas iluminado en la penumbra y su voz firme hace que quiera desistir.—Entonces podemos seguir así, ¿No? Si el motivo de tu molestia es ver como me lamento por ahí, lo mejor será no volver vernos hasta la Gira. Eso evitará que veas la patética imagen de un corazón roto, Katniss.

El Resplandor Del Sinsajo (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora