Capitulo 22

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Pov.Peeta

Tardo unos segundos en componer mi expresión, los mismos que le toman a Effie para abalanzarse sobre Katniss.

Ella apenas y puede reaccionar, sé lo poco que le gustan esas muestras y menos viniendo de alguien tan espontánea como nuestra escolta, así que no levanta los brazos ni siquiera para alejarla de ella, en cambio, frunce las cejas formando una v en su frente, luego busca de manera instintiva la mirada de nuestro mentor que observa todo con una ligera diversión en sus grisáceos ojos. No puedo decir con claridad que está pasando, de hecho apenas tengo tiempo de caer en cuenta que Effie está llorando, sus hombros se mueven en sincronía con sus sollozos y la peluca que está un poquito inclinada, con los mechones coloridos desorganizados.

-¡Oh Katniss!-gime aferrándose más a ella- Lo siento tanto...

Esta vez soy yo quién mira a Haymitch, sus ojos grises refulgen bajo un manto de burla hasta que con un moviendo de cabeza le señaló la imágen, estoy seguro de que Katniss no podrá seguir aguantando más tiempo a Effie antes de quitársela de encima, Haymitch lo sabe así que chasquea la lengua decidiendo que a tenido suficiente.

-Basta, mujer, déjala ya.

Se acerca a ellas y con un rápido movimiento toma a Effie por los hombros. La pobre tiene todo el maquillaje corrido y una mueca más confundida que nunca, aunque parece que no puede suspirar con normalidad en medio de las lágrimas, su labio inferior tiembla controlando el llanto.

-Es una ingenua- brama Haymitch sentándola en el sofá de color chillón, todos le dirigimos una mirada pidiendo una explicación.

-Ella cree que sí que estás encinta, cielito.

Inconsistente miró a Katniss, que baja la mirada formando una línea recta cuando aprieta sus labios, el tema la incómoda. Haymitch en cambió ríe, con una risa sarcástica y cruda, casi como si creyese que todos compartimos el mismo secreto siniestro.
Effie aún así parece demasiado concentrada en su llanto como para procesar lo obvio, así que camino en su dirección sentándome junto a ella, sus ojos sumidos en el brillante maquillaje que antes tenían escrutan los míos con curiosidad.

-Fue una mentira, Effie- declaró suavizando la voz lo más que puedo.

Ella levanta la mirada abriendo los ojos del asombro que luego pasa a ser de horror, está mirándome esperando una explicación.

-Mintieron...-murmura con la voz más chillona que nunca-eso está mal, podrían ser castigados... podrían...

-No veo que más les puedan hacer- repone mi mentor irónicamente.
Ella está por replicar cuando Haymitch la manda a callar para pasar a otro tema que seguro le interesa más, nos señala las ventanas así que inmediatamente nos acercamos a ellas, abajo, en las iluminadas calles Capitolinas hay un enorme grupo congregado de personas. Conmoción y gritos provenientes desde abajo indican lo vueltos locos que deben estar todos con nuestras últimas entrevistas. Inconsistente me acercó más; el paisaje no es muy diferente al que me imaginaba, es una completa locura.

-¿Qué dicen?-preguntó intentando escuchar lo que sus voces histéricas corean desde abajo, pero es inteligible-¿Qué detengan los juegos?

Katniss me mira, aunque al sorprenderla haciéndolo aparta inmediatamente la mirada con desinterés.

-No creo que sepan que pedir- contesta mi mentor meneando la cabeza-oponerse a la agenda del Capitolio es una fuente de confusión para ellos, les diste un golpe fuerte chico, pero de ningún modo detendrán los juegos, lo saben ¿Verdad?

Por su­pu­es­to. Ahora no pueden echarse hacia atrás. No sé bien que planeaba al decir aquello, pero la idea surgió cuando Haymitch me contó las intenciones de los demás vencedores, desesperados y dispuestos a lo que sea por un cambio de reglas, ahora, tan sólo unas horas después me doy cuenta lo imposible de la misión.
¿Por qué hacerlo entonces? Contribuí, y Katniss también, a su modo.
Ambos lo hicimos y ahora me preguntó que hemos ganado con este desastre. Tal vez, es eso mismo, hemos logrado descontrolar y poner en crisis hasta a los más fieles amantes de los juegos con tan solo la idea de un hijo, un hijo nuestro. Hemos movido los cimientos del Capitolio y seguramente el golpe estará retumbando en los distritos.

El Resplandor Del Sinsajo (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora