Las primeras horas del día son confusas, los últimos minutos de mi vida yéndose como un borrón. No hago ningún intento por saber cuántas horas habrán pasado desde que desperté, no tiene caso, dentro de la Arena es otro mundo, otra vida.
Lo único que recuerdo es a Peeta saliendo de mi cama, dejando solo un beso frío en mis labios que apenas sentí, nada comparado con los que ayer me dejaron la cabeza enbotada y el calor subiéndome por el cuerpo. En cambio, a la luz del día todo eso se fue, perdiéndose en nuestros recuerdos para bien de ambos. Y me esfuerzo por qué así sea, no quiero más sentimentalismos. No sí quiero sacarlo de ahí con vida.
Ahora, en la sala de lanzamiento, después de haberme preparado como no más que carne para el matadero sé que necesito salir de mi mente desesperadamente, el peligro está allá afuera.
Cinna trenza mi cabello con delicadeza y no puedo evitar cerrar los ojos ante su tacto meticuloso y ágil Luego, regresa con el traje para la Arena entre sus brazos, el traje resulta ser un mono azul ajustado, hecho de un material muy fino, diferente en todo sentido al que lleve hace un año, la cremallera empieza delante, además de un cinturón cubierto de brillante plástico morado.-¿Qué piensas?- preguntó levantando la tela para que Cinna la miré. Frunce el ceño miéntras la toma entre sus dedos, sintiéndola.
-No lo sé-admite sopesando sus próximas palabras- Ofrecerá poca protección contra el frío.
- ¿Sol?-Pregunto, imaginándome el desierto árido y sofocante.
-Posiblemente-acepta mirando de nuevo- Oh, casi me olvido de esto.
Se saca del bolsillo mi antigua insignia del Sinsajo, y la coloca con precisión sobre el mono, que termina haciéndola reluciente a la vista.
-El vestido estuvo fantástico-digo, tratando de mostrarle mi verdadero agradecimiento. Incluso quiero agradecerle por la plática que tuvimos antes, sobre Peeta, si fuera a mí a quién alguien habría recurrido, a sólo una noche de ir a su muerte, probablemente le habría dicho que se trataba de una estupidez, pero él me a escuchado, de todos modos, me digo, no es muy seguro expresar mi agradecimiento ahora, no cuándo cualquiera pueda escucharlo.
-Pensé que te gustaría-dice con una sonrisa tensa.
Pasada mi preparación no queda más que esperar, nos sentamos juntos igual que el año pasado, con las manos cogidas y extrañamente, me siento más tranquila de lo que hace un año pude estarlo. Me conformo con el silencio, familiar y cálido de Cinna sin pedirme más palabras de las que podré darle, verdaderamente agradecida de haberlo conocido.
Todo eso se evapora cuando la voz mecánica y fría me indica que a llegado la hora. Él me acompaña hasta el final.
-Recuerda, chica en llamas-dice mirándome fijamente-aún apuesto por tí.Se aparta de mí, dejándome ir.
Pongo un pie dentro del cilindro, luego otro hasta que estoy dentro, apenas siente mi presencia de cierra, atrapándome.
-Gracias-musito, aunque tal vez ya no pueda oírme.
Me obligó a levantar la barbilla, mirando al frente lo más segura que puedo, como él siempre me dice, preparada. Pero la plataforma no se eleva, ni siquiera después de medio minuto.
Buscó la mirada de Cinna buscando una explicación de su parte. Pero él solo sacude la cabeza tan perplejo como yo.Hasta que sucede, la puerta detrás suyo se abre y tres agentes de la paz entran en tromba. Dos lo sujetan mientras uno lo esposa, el tercero levanta el brazo y antes de que pueda reaccionar lo golpea en la sien con tanta fuerza que Cinna cae de rodillas sobre el suelo. A pesar de no representar ninguna amenaza los agentes siguen, lo golpean una y otra vez con más fuerza que la anterior, desplomado sobre el suelo está casi inconsistente pero las patadas y golpes no terminan hasta lo que me parece una eternidad después, gritó a todo pulmón, pateando y golpeando el cilindro con desesperación, pero me ignoran y al cabo de unos minutos arrastran el cuerpo inmóvil de Cinna fuera de la habitación.
Como muestra de su presencia solo quedan los restos de sangre carmín manchando el suelo.
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El Resplandor Del Sinsajo (En Edición)
FanfictionFic ambientado en el segundo libro de los juegos del hambre: En llamas. ¿Qué hubiera pasado si la enigmática chica en llamas hubiera arreglado las cosas con Peeta antes de la gira de la victoria? ¿Habría descubierto que siente algo más por el chico...