—Con ustedes... ¡Los ganadores de los septuagésimo cuartos juegos del hambre, Katniss Everdeen y Peeta Mellark!
Las puertas de roble se abren frente a nosotros, la luz de fuera se cuela en el salón y las manos de Effie no se detienen ni un segundo hasta que nos ha empujado hacia afuera.
De un momento a otro me encuentro expuesta, frente a la gran multitud de personas que clavan sus miradas en nosotros. Sin perder un momento de nuestra aparición.
La brillante luz del sol me deslumbra un segundo, pero obligada a avanzar camino hacia al escenario, seguida de Peeta, que parece más seguro de lo que estoy yo o al menos lo aparenta.
El alcalde se aparta del micrófono lo suficiente para saludarnos estrechando las manos, luego, un par de niñas con vestidos iguales se acercan con pasitos lentos hacia nosotros. Las dos cargan con un gran ramo de flores, demasiado grande para ambas, que no entregan casi como si estuvieran liberándose de un carga. Sé lo que esto es. Una señal de respeto para los Vencedores, lo he visto por años.
Las cámaras posadas en los edificios aledaños estarán grabando cada momento, enfocándonos, cada movimiento, cada gesto, así que me veo obligada a sonreír como tonta y a tocar y rozar a Peeta en lo que dura la pequeña ceremonia.
El alcalde agradece nuestra valentía y gran astucia para salir de los juegos juntos, alaba nuestro amor, y la multitud se ve obligada a aplaudir en nuestra dirección aunque sus expresiones sean carentes de toda emoción. Me da asco tener que presentarme ante ellos con la fachada que estoy interpretando de colegiala tonta de amor, cuando en realidad, debería agradecerles.
Ellos me ayudaron después de la muerte de Rue, patrocinándome cuando incluso los precios para una ración de pan, a esa altura de los juegos debieron ser exorbitantes. Yo debería pagarlo de otro modo, es como un insulto hacerme pasar por alguien que no tiene nada que ver con las pérdidas de sus hijos.
Finalmente, el alcalde termina. Sus últimas palabras quedan flotando en al aire antes de preguntarnos, por mera indicación a seguir el protocolo si queremos hablar. Es obligatorio, lo sabemos, pero aún así no deja de interpretarse esta falsa ilusión de libertad y decisión propia.
Peeta se acerca sin dudar al micrófono, aceptando la palabra, seguido de mí. La gente enmudece entonces, mirándonos con los ojos bien abiertos, tal vez creyendo que por primera vez desde que están aquí puede pasar algo realmente interesante, pero no hay nada más lejos de la realidad.
Debemos terminar esto, pienso, con la imagen de Prim en mi mente como fuego ardiente.La familia de Rue y la de Tresh están sobre unas plataformas y aunque me he rehusado a mirarlos, ahora resulta imposible.
La familia de Rue me paraliza, sus padres, sus hermanos... Todos ellos me vieron en la arena, con su hija, a la que no pude salvar de un destino tan cruel. No imagino lo que ddebieron sentir, un sentimiento que deben estar arrastrando hasta este momento.
En la otra tarima está una chica alta junto con una anciana encorvada, apoyada una en la otra, supongo que la abuela y posiblemente la hermana de Tresh respectivamente.
Él también me salvó, y sin él, ni Peeta ni yo estaríamos aquí.
En un gesto nada sorprendente, Peeta saca una tarjeta, con sus propios pensamientos. Y en lugar de simplemente leer lo que Effie nos ha dado, habla en su estilo sencillo y encantador sobre Thresh y Rue llegando a los ocho finales, sobre cómo ambos me mantuvieron con vida, así manteniéndolo a él con vida y cómo esta es una deuda que nunca podremos pagarles.
En cuanto abre la boca las palabras fluyen de él como un río que estaba desbordándose, palabras certeras, dulces y de consuelo. Me gustaría poder hacer algo así darles al menos algo de lo que ellos a mí, y expresarles todo lo que pienso, aunque ni siquiera en mi interior parece tener un orden.
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El Resplandor Del Sinsajo (En Edición)
FanficFic ambientado en el segundo libro de los juegos del hambre: En llamas. ¿Qué hubiera pasado si la enigmática chica en llamas hubiera arreglado las cosas con Peeta antes de la gira de la victoria? ¿Habría descubierto que siente algo más por el chico...