La Aventura de mi Vida

Capítulo 41:"Escape."

-¿Y cómo salgo?
-Caminando-me sonríe irónicamente.-Malfoy vendrá en unos minutos y te sacará, si no lo hace, corre y encuentra la salida. Nos vemos luego, Lani.-me guiña un ojo y se retira cerrado la puerta detrás de él.
Pasaron ya quince minutos o más, creo, desde que James se fue y Draco no llegó. Estuve revisando si había algo importante en la habitación, y encontré un cuaderno de tapa dura color azul, por dentro estaba lleno de fotos de paisajes, mías, de James, de lugares de Hogwarts con sus alumnos, nuestros amigos, son fotografías muy hermosas. La parte trasera del cuaderno, está grabada con una firma: James Corn.
Asomo la cabeza por la puerta y veo que el pasillo está completamente vacío, lo que me da vía libre para salir del cuarto.
Avanzo por el pasillo tapizado y veo una puerta, definitivamente no es la de salida perfecta para escapar, la recuerdo de cuando rescatamos a Ornella.
-No pierdo nada intentando.-susurro para mí y abro la puerta de madera lustrada.
Encuentro una pequeña ventana y un banquito bajo ella. Sólo a mi se me puede ocurrir lo que voy a hacer.
Me paro en el banco y abro la ventana, salgo por ella y caigo en el césped doblándome ligeramente el tobillo. Lo puedo soportar.
-Zapatos estúpidos.-me los quito y los sostengo en mi mano izquierda para correr hasta la entrada principal de la mansión.
Draco está allí parado con su madre y James, me acerco a ellos pero unos metros antes de llegar me gritan para que me oculte.
Me tiro detrás de un arbusto cerca de donde estoy. Lamento muchísimo que mi vestido se embarre, es hermoso.
Aparece Bellatrix por la puerta, y mis amigos empalidecen.
-¡Hola!-grita-¿¡Qué esperan para irse!?
-A ti, hermana. Creí haberte oído decir que querías acompañarnos.-alguien detrás mío me agarra y cubre la boca.
-Cállate, niña.-me susurra al oído.-No puedo dejar que te asesine Bella, eres tan igual a tu madre... Se lo debo.-susurra lo último. Me agarra un pequeño infarto, supongo que así se siente morir.
Lucius me saca del arbusto ocultándome en su capa hasta llegar a una salida trasera.
-Señor Malfoy.-lo miro fijamente.-¿Qué demonios acaba de suceder?¿Me podría explicar?¿Puedo confiar en usted?¿Por qué le debe una a mi madre?
-Respondré solo una pregunta...
-¿La puedo elegir?
-No, y no me interrumpa. Confía en sobrevivir.
-Honestamente me da mucha confianza me da esa respuesta...-ironizo.-Pero, confío más en usted que en Bellatrix Lestrange así que... ¿Qué debo hacer?
-Bien, ahora mismo la llevaré...
-Tutéeme, por favor.
-La llevaré-rodeo los ojos.- TE haré aparecer en Hogwarts, sólo toma mi brazo.
Me sostengo de su antebrazo y aparecemos en las puertas límites del colegio.
Me mareo, y me caigo al piso. Siento todo el estómago revuelto, y me sube a la boca el sabor de la poca comida que pude probar.
Malfoy me mira con desagrado al ver mi rostro pegado al suelo, a punto de vomitar. Me trago lo que sea que ahora mismo debería estar fuera de mi cuerpo.
-Es humano...vomitar.-me dice.
-Lo sé, no me resulta novedad, pero no quiero que luego me cueste comer esa cosa deliciosa salada y pequeña.
-¿Caviar?
-¿Así se llama? Bueno, eso.
Llega la profesora McGonagall a las puertas y me tiende la mano para levantarme.
-Gracias, profesora. Y a usted también, señor Malfoy.
McGonagall comienza a caminar y yo la sigo a través de la oscuridad.
-¿Surgió algún problema en la fiesta?
-No, bueno, en realidad estuvimos bailando un par de horas y luego James nos avisó que Bellatrix Lestrange y unos más querían asesinarme, así que me escondieron y luego Malfoy me hizo aparecer aquí, me refiero a Lucius.-digo al ver confusión en su cara.
-Toda un aventura... ¿Disfrutaste?-me pregunta al llegar a la sala común.
-Claro que sí, además ¡aprendí a bailar!
-Muy bien, aprovecha para dormir. Y que la directora no sepa demasiado acerca de lo que sucedió en la mansión.
-Entendido.-la miro.-Gracias profesora, eres increíble.
Me mira con cariño mientras dice la contraseña, el retrato se abre e ingreso por allí.