Capítulo 20: "La Orden"

9 3 0
                                    

-¡Leilani Moon! ESPERO QUE SEPAS CORRER.-me grita una voz chillona.-¡Acuamenti!
Abro los ojos, y lo primero que veo es un chorro de agua cayendo encima mío.
Pienso sobre en lo que me dijo y me río.
-¿Por qué esperabas que pueda correr si me querías mojar?-me río más fuerte aún y Mel se despierta.
Ingreso al baño para secarme lo más rápido posible y me coloco la túnica de Hogwarts bien cerrada sobre una remera blanca de mangas largas y la pollera del colegio.
Saco mi varita y apunto a todas mis cosas.
-Babuelo.-gracias a Dios que estoy en Hogwarts, de otro modo no hubiese llegado nunca a ordenar todo eso.
Bajo a la sala común, miro el reloj y tengo muy poco tiempo para no llegar tarde a las clases de Transfiguración, no le quiero caer mal a McGonagall desde la primer clase.
Salgo corriendo y llego un segundo antes que la profesora, literalmente.
-Alumnos, por favor siéntense.
-¡Hola!-me siento junto a Mel.
-Hace mucho que no nos sentamos juntas.-me dice.
-Sí, tienes...
-¡Silencio! Por favor.-McGonagall nos manda a todos a callar.- Hoy practicaremos un hechizo que dimos a fin del año pasado ¿Alguien lo recuerda?
-El hechizo Lapifors.-dice Hermione levantando la mano.
-Muy bien, cinco puntos Gryffindor.-golpea un plato de te en su escritorio y dice el hechizo, y se transforma en un conejito celeste que se baja del escritorio y comienza a saltar por toda el aula.
Cuando nos indica que lo hagamos, hago mi intento y sale un animal mitad conejo mitad pulpo, no sé de dónde salieron los tentáculos, pero el pobre quiere saltar y no pude porque los arrastra. Digo de nuevo el hechizo sobre el conejo y queda como un conejo decente pero con cola de gato... Es un comienzo.
-¿Eso es todo?-Crabbe se ríe de mi hermoso y extraño conejo.
-Muéstrame como te sale, seguro eres un prodigio en este tema.-ironizo.
-¡Lapifór!¡Lapiforis!
-Es Lapifors, idiota.
-¡Es Lapifors!-se burla.
Luego de que cada uno hizo el hechizo más de tres veces y copiamos la teoría, pudimos salir. Según mi horario ahora tengo Cuidado de Criaturas Mágicas; en el camino hacia la cabaña de Hagrid me encuentro con Dumbledore.
-Señorita Moon, ¿me acompañaría a un paseo?-dice con una mirada significativa.
-Sí. Claro.
Me acompaña hasta el campo de Quidditch donde veo a Mel.
-Sus baúles ya están en el número 12 de Grimmauld Place, en sus respectivas habitaciones.
-¿Ya nos vamos?¿Cómo si nada?¿Haciendo puf?
-¿Haciendo qué?-me pregunta Dumbledore curioso, pero responde Mel revoleando los ojos.
-Es su manera de decir desaparecer de la nada.
-Muy curiosa expresión...¿Es muggle?
-No, es mía.-él extiende sus manos y las cojemos, apareciendo en frente de la Sede de la Orden.
-Creo que desde aquí pueden continuar sin mi ayuda.-nos saluda mientras que las paredes se ensanchan, dejando ver un edificio más en medio.
Tocamos la puerta y una chica nos abre la puerta, no consigo verle la cara.
-¿Quiénes son?
-Leilani Moon y Melissa Black.
-Pasen, pasen que las están esperando. A propósito, soy Nymphadora pero díganme Tonks o Dora, pero no me llamen por mi nombre completo.
-Entendido.
-Tío, ya llegaron.-pasamos por un pasillo y llegamos a una gran sala.
Un hombre de pelo castaño hasta los hombros, alto, delgado y de ojos grises aparece por la puerta de lo que creo es la cocina.
-Bienvenidas, yo soy Sirius Black, siéntanse como en sus casas.-nos saluda con un apretón de manos a cada una.-Dora, ¿podrías presentarles a los demás?
-Sí. Síganme.-entramos en el comedor y están todos allí, esto parece un sueño.-Ellos son: Ojoloco Moody, Kinglsey, y Remus Lupin. Sólo ellos pudieron venir, los demás trabajan o andan en lo suyo.
-Me gustaría poder hablar con ustedes unos minutos.-nos pide Lupin.
-Sí, claro.-le respondemos Mel y yo a la vez. Él se abre paso hacia la escalera y lo seguimos hasta entrar en una habitación.
-Me gustaría enseñarles un par de cosas de Defensa contra las Artes Oscuras. Sería lo que las va a ayudar durante el resto de sus vidas o al menos de sus siguientes años. Sé que tienen a Dolores Umbridge como profesora, de seguro solo les dice la teoría.
-Cierto.-le responde Melissa.
-¿Qué es lo primero?-le pregunto.
-Verán, aprovecharemos un armario para, de paso, quitar un Boggart. Los Boggart son bestias que se transf...
-Transforman en tus peores temores.
-Nadie conoce la forma original de estas criaturas.-finaliza Meli.
-Es bueno que sepan bastante.
-Leemos mucho, estudiamos y préstamos atención en clase. Tuvimos que leer los libros de años anteriores.-comento suspirando.
-Pasen.-apunta con su varita hacia la puerta y se abre, dejando entrar a una hilera de personas: Matt, James, Nat, y Al.
-Ellos las ayudarán a estudiar, pero también van a practicar.-dice mirándolos.-Pónganse en fila, rápido, frente al armario.
-Primero tú Matthew. Ya sabes que hacer.
Mi hermano apunta al armario y de él sale una serpiente enorme de color negra, que se acerca sigilosamente, reptando por el suelo de madera: Nagini. Tarda un par de segundos en reaccionar pero agita su varita y grita "Riddikulus". Me da la sensación que ya enfrentó su boggart más de una vez.
La piel del reptil comienza a tornarse de colores, y finalmente se transforma en un nudo de cuerda.
-Excelente Matt. Tú turno Melissa, ¿podrás?
-Claro que sí.
-Así se habla. Adelante.-el Boggart se transforma rápidamente en una mujer muy pálida con ojeras negras debajo de los ojos y golpes en las mejillas, con un camisón blanco y un cuchillo en las manos acercándose a ella con un bebé en manos.
-Riddi-se nota el nerviosismo y el profesor la mira en caso de que no pueda hacer el encantamiento.-Riddikulus.
Instantáneamente el vestido de la mujer se levanta tapándole la la cara y mostrando sus calzones antiguos con lunares de todos colores.
-¡Muy bien, para ser la primera vez!
-James, tú sigues.-él se acerca y el Boggart se transforma en Bellatrix Lestrange.-Recuerda que no es real, solo atente al hechizo que estamos dando.
-¡Riddikulus!-exclama sin ganas y a la bruja le comienzan a salir granos rojos y violetas en toda la cara; se infla, se infla y se infla hasta ser una pelota de playa muy saltarina.
-¡Felicitaciones, lo conseguiste! Nat, tu turno.
-¿Seguro? Ya sabes cuál es mi Boggart ¿No sería peligroso?
-No lo creo, y más que nada teniendo en cuenta que ya vimos el de James.
La pelota se convierte en Antoin Dolohov.
-¡Riddikulus!-el mortífago comienza a hacerse femenino y aparece una mujer con cabellos de oro y una risa muy contagiosa.
-¡Ves! No pasó nada.
-¿Me puedo ir? Por favor.-dice a punto de llorar.
-Ahora sí. ¿Quieres intentarlo Leilani?-respiro profundo.
-Sí.-me acerco al torbellino que espera recibir sus propias órdenes de en qué se debe transformar. El pulso se me acelera a puntos que nunca había llegado, incluso antes de ver a mi Boggart. Honestamente, no sé cual es mi mayor miedo.
Aparecen en frente mío Voldemort, Snape y Dumbledore, los tres con las varitas en alto, apuntandome, a punto de decir algo...No comprendo hasta que comienzan a decir el encantamiento: "Legere..."-mens. Que revelen lo que sé. Que todo lo que sé sea revelado.
-¡RIDDIKULUS!-grito desesperada. ¡Nadie lo puede saber! Pero el hechizo no hace efecto.
-Concentrate Leilani, no te desesperes.
-Riddikulus.-los tres desaparecen. No se transforman. Solo desaparecen, en el piso quedan sus ropas pero no hay rastros de ellos.
-Puedes irte Leilani.
-Gracias.-me siento estúpida, ¿quién se asusta de esta idiotez? Todos tienen miedos terroríficos como Mel, o Harry Potter, o Ron Weasley. NADIE se asusta de sus profesores.... Lo único normal es Voldemort. Si Remus pregunta ¿Qué le voy a responder? Oh, cierto, le tengo miedo a que sepas que vas a morir, tu esposa también, y no vas a conocer a tu hijo.
Busco a Natasha por toda la casa hasta que encuentro su habitación y golpeo la puerta con los nudillos.
-Pase.
-Hola, soy yo.-le digo entrando.-¿Cómo te sientes?
-Bueno... Teniendo en cuenta que él puede aparecer en cualquier momento de mi vida, bastante bien.
-¿Por qué ese Mortífago? Es tu padre.
-Si. Tengo terror de que me vea, me encuentre, me hable, básicamente a todo lo que se resume a él.-no hablo esperando a que siga hablando.-Cuando Alain y yo teníamos 10 años mató a mi madre mientras cenábamos porque se enteró de que no era sangre pura. También nos intentó matar a nosotros por no venir de un linaje puro, pero llegó un auror y lo encerró en Azkaban.
-Que triste....
-¿Cuál es tu Boggart?
-Algo realmente trillado...-decido mentirle piadosamente, no por no confiar, sino porque uno nunca sabe...- Voldemort. Creo que es por todas las cosas terribles de él que me contaron. ¿Vamos a comer algo?
-Sí.
Bajamos hasta el comedor, pero al llegar la puerta está cerrada y dentro hay gente discutiendo.
-¿Qué pasó?-me pregunta la rubia.
-No tengo idea.-me acerco a la puerta y escucho con atención todo lo que dicen.
-¡Lo tienen que saber!¡No puedo más así! Es demasiado parecida a ella...
-Sirius, cálmate, a mí tampoco me gusta y no me quejo.
Callate Quejicus!
-¡Nat!¡Está el profesor Snape!-ella se acerca y se apoya a mi lado contra la puerta.
*Silencio*
La puerta se abre de par en par golpeando la paredes de la cocina.
-¡Les dije que estaban escuchando!-grita Moody.
-¿Cuánto saben?-pregunta bruscamente Snape.
-Nada. ¿Por qué no está dando clases de Pociones?
-Tengo permiso del director.
-Vayan a hacer algo con sus amigos arriba.-pide Sirius con amabilidad.
Lo hacemos y les contamos a los demás lo que pasó, aunque Nat se encuentra un poco nerviosa.
-¿Sabes acerca de que estaban hablando?
-No ¡No sé nada de eso Melissa!¡Te lo dije mil veces ya!¡BASTA DE MOLESTAR!-grita Nat con enojo y me encojo en el sillón. Hace veinte minutos están discutiendo a gritos, y cuando me quise ir me miraron como asesinas.
-Bueno chicas, me cansé, ya pasó. Melissa, si Natasha no sabe nada, no sabe nada.-me mira mal.-Y si lo sabe y no lo dice, por algo es.-termino con irritación.
Ambas asienten y Dora entra en la habitación.
-Hola chicas, abajo están haciendo "cosas de adultos" y no quieren que esté allí por mas que haya superado los 17.
-Si, tranquila.-le responde Nat.
-Entonces.... ¿Les gusta alguien?
-No.-decimos las tres a la vez levantando las manos como si nos liberarnos de tener alguna culpa.
-¿Y tú que piensas de Remus, Tonks?-mira a Mel achinando los ojos.
-Les pido, en especial a ti Nati, que no anden de cupidos.
-¡Nunca lo negaste!-le responde y Dora se pone colorada.
-Ya pueden bajar a comer si quieren.-se asoma Lupin rojo de la vergüenza pero intentando disimularlo.
-Vamos.-nos ruega Tonks saliendo de la habitación y mis amigas la siguen.
-Remus, ¿Puedo unirme a la Orden?
-¿Por qué?
Lo arrastro hasta una habitación.
-Muffliato.-hechizo la puerta para que nadie escuche.-Necesito hablarlo con alguien, no puedo seguir así, voy a explotar. Sé que puedo confiar en ti ¿no?.
-¿Está todo bien? Claro que puedes confiar en mí, en la Orden.
-Si. Bueno... No sé si está bien que sepa todo lo que vaya a pasar y la vida de casi todos bajo este techo.
-Y por eso quieres entrar en la Orden del Fénix...¿Cierto?-lo miro esperanzada mientras él se arregla el cabello-Es imposible que puedas saber el futuro.
-De pequeño te mordió un hombre lobo, Fernir Greyback. Mi Boggart es el que viste porque temo por lo me vaya a pasar a mí y a mis amigos si algún mago competente se adentra en mi cabeza con un simple hechizo. Es increíble como la vida de miles cuelga de un solo hilo ¿No?
-Eso fue... Me dejaste sin palabras. ¿Pero lo último acaso fue una amenaza?-pregunta con desconfianza.
-Para nada, fue una advertencia de lo que puede pasar si caigo en manos equivocadas. Lo mismo con Melissa, Matt...
-Veré que puedo hacer.
-¡Muchas gracias!-lo abrazo rápidamente y me devuelven el gesto. Esto es más de lo que pude soñar en toda mi infancia.
Bajamos al comedor y cenamos, la comida sabía deliciosa.

La Aventura de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora