Capítulo 8:"La última"

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-¿¡Segura!?-asiente enérgicamente.-¡Te vas a quedar conmigo, Matt y mi tío!
-¿De veras?¿Cómo es?
-No lo sé. No lo conozco, ni siquiera sabía que mi madre tenía un hermano.
-Tengo sueño, me voy a dormir.-se da vuelta e intenta encontrar una posición cómoda pero no la encuentra.
¿Me pregunto quien puede ser tan vívora como para dejar a una niña como ésta sola?
-Hey, Orne. Ven aquí.-le señalo mis piernas para que me use de almohada. Me hace caso y se queda dormida en mi regazo, se ve tan frágil y pequeña...el pelo colorado la hace lucir aún más especial.

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Me despierto en mi cama y... Un segundo, ¿Qué hago yo aquí? Cuando me dormí estaba en un avión.
Miro el reloj que está en la mesita de noche junto a mi cama e indica que son las 07:00, me doy vuelta intentando conciliar nuevamente el sueño pero no puedo, es martes y debo ir a clases.
Me levanto y voy al baño a colocarme el uniforme, voy a la cocina para satisfacer al monstruo de mi estómago.
Voy caminando por la vereda en dirección al colegio, en el cielo hay un par de nubes, pero aún así es un día precioso.
En cuanto todos los alumnos conseguimos formarnos en filas enfrente de nuestras respectivas aulas la directora comenzó su monólogo rutinario y perdí el hilo de lo que decía mientras observaba una muy interesante nube con forma de vaca disparando a un pollito con una escopeta... Mi madre siempre dijo que fui muy creativa.
Tuvimos 45 minutos de Geografía, 45 de Historia (la peor materia), y 40 más de Música, donde el profesor intentó hacernos bailar una mezcla de ritual satánico y folklore.
Le escribo una nota a Mel y se la lanzo. Ella está en la otra punta del aula, nos separaron hace dos semanas por gritar en clases, aunque teóricamente estábamos riendo en un tono de voz más elevado del normal... Eso no es gritar.
Lee la nota y empieza a llorar de risa, lo que no pasa desapercibido para el profesor.
-¿Cómo se llama esa de pelo rojo?-Le pregunta el profesor a la primera de la fila, pero le responde Mel.
-Soy Melissa Black, se supone que un profesor conoce a sus alumnos.
-Y se supone que las clases son para estudiar y no para divertirse. Ahora pase aquí al frente y diga que le causa tanta gracia.
Se levanta del asiento pero se queda junto a su banco. Honestamente a todas las chicas nos da cosita acercarnos a ese viejo, dicen que violó a una alumna, la mato y luego la enterró en el patio... Eso dijo la profesora de Artes plásticas.
-Compañeros y compañeras, les contaré cual es mi motivo para reír...-dice dramáticamente sacando la nota de la mochila, aclara su voz y la lee.-"Héctor el Chiflado hace una danza para despertar muertos...-Intenta no reír mientras procede.-de seguro que su amiguito no revive ni con un shock eléctrico. Firma: Canuto."
Todos comienzan a reír y el profesor enojado comienza a preguntar jalándose de los pelos quién es Canuto.
No me preocupo demasiado, al fin y al cabo casi nadie conoce mi apodo, sólo los miembros de la Orden.
Luego de esa pequeña broma para alivianar las horas, tuvimos 40 minutos de Idioma. Esa es la clase más fácil, debido a que hace un año me gradué en una academia de Inglés, es decir, soy bilingüe.
Cuando volvía hacia mi casa, unos gritos me detuvieron.
-¡Lani!¡Lani!-me doy vuelta y es Mel.
-¿Qué pasó?
-Tengo una sorpresa para tí.-me venda los ojos y me conduce hacia el altillo, puedo hacer el recorrido hasta con los ojos vendados.
Cuando me saca la venda veo que hay varias personas esperándome, enseguida noto que eran la Orden de los Merodeadores sin Colagusano.
-Hoy los reúno aquí para la Última, la última broma de los Merodeadores.-dice Mel-¿Estamos juntos en esto?-grita con emoción.
Todos aplaudimos y silvamos hasta que oímos pasos y llaves. Nos escondemos y apagamos todas las luces, me quedo sin lugar pero una mano me agarra la muñeca y tira de ella para atraerme y con la otra mano hace una seña para que me calle. En ese momento el barrendero de la escuela pasa alumbrando con una linterna por el lugar en que yo estaba parada anteriormente.
-Gracias.-le susurro a quien sea que me halla salvado.
-No hay problema, ahora shhh.-esa es la voz de James, pero no la que usa cuando molesta a los demás o cuando intenta coquetear, sino, el tono de voz de cuando era niño: simple y agradable.
-Paso libre.-gritan dos chicas. Entonces encienden las luces y noto lo peligrosamente cerca que estamos y le brindo un empujón cuando salimos del escondite.
Corro hasta los tablones y busco la llave plateada oxidada por el tiempo.
Abrimos la puerta y nos sentamos todos alrededor de la mesa de madera que está en el centro de la habitación. Mel comienza a pasar lista.
-Grupo 1: los caza-información.
-¿Desde cuándo mi grupo se llama así?
-Desde nunca, sólo se lo puse para identificar cuál es cuál.
-Ah, okey. Continúa.
-Grupo 1: es comanmado por Canuto,-y me señala- los que deben obedecer sus órdenes son Agustina Volken, Clara Ever, Nadia Davico y Camila López.-quienes levantaban la mano a mediada que eran nombradas.
-Grupo dos, los Bromistas. Comandado por Lunática (soy yo) y los integrantes son: Camila Ferrer, Nahuel Riquelme, Aisha Cicovicci, y Alicia Calderón.
Y así y siguió nombrando a los dos grupos restantes, solo recuerdo un par como Tomás López, Pepeberta y su hermana Rigoberta Cañón... Pobres chicas, yo ya me habría cambiado el nombre, y además una es vizca de un ojo y la otra del contrario. A James no le gustó nada esa cuarta parte de su grupo, su cara fué épica al verlas.
Estuvimos una hora, y ahora ya tenemos un esquema de LA broma.
Al salir, con Mel nos dirigimos al departamento porque Matt nos espera.
Lo primero que vemos al entrar es a mi hermano con una toalla que solo le tapa de la cintura hasta poco encima de la rodilla, está comiendo pan delante del televisor.
Mel, con lo disimulada que es (nótese el sarcasmo), tenía la boca entreabierta y los ojos desorbitados y sus orejas obtuvieron un tono colorado muy gracioso.
-¡Mathew!¡NO PUEDES ESTAR EN PELOTAS FRENTE A LA VENTANA!-Y sale corriendo hacia su habitación dándonos la espalda, que pena que antes de cerrar la puerta se le cayó la toalla mostrando su trasero... Que asco.
-Listo... ¿Qué quieres de comer?-le pregunto a mi amiga.
-No sé, ¿qué tienes?
-No mucho, pero tengo una idea.-digo sacando nuevamente las llaves.-Ya vengo, y por favor, tranquiLOS.
Hace cara de ofendida y se va a mi habitación a escuchar música a todo volumen.
Bajo por la escalera corriendo y me choco contra la pared por pasar de largo y resbalarme, pero no voy a entrar en detalles.
Camino hasta la heladería y antes de llegar veo una ronda y escucho a un grupo personas aplaudiendo al ritmo de la música.
Al acercarme me quedo con la boca abierta ¿Ese es Al bailando Hip Hop?
Me uno a la ronda y lo aplaudo, al verme, hace una reverencia y se dirige a mí.
-Hola Al, ¡Que bien bailas!
-Gracias.
-¿Dónde aprendiste?
-En ningún lado, empezó la canción y me puse a bailar.
-Genial.-se ríe, hablando de eso, que linda sonris... NO Mellon, no pienses en eso.
-¿A dónde te dirigías?
-A la heladería.
-Te acompaño.-cuando llegamos abre la puerta y la mantiene abriera para mi.
-¡Gracias!-me acerco al mostrador y espero a que me atiendan.
-¿Qué desea?-Duh, me parece que tres cuartos kilo de carne y medio kilo de papas.
-Pote de un kilo.
-¿Sabores?
-Chocolate con nuez, Crema del cielo, Limon, Coco, ¿Y tú Al?
-Dulce de leche. A todo el mundo le gusta, pero nunca lo probé.
La mujer coloca los sabores en un tarro de telgopor.
-¿Cuánto es?
-$47,50.
-Sírvase.-le dejo la plata en el mostrador y veo a Alain en una mesa.
-¿Te molesta si vamos a mi casa? Mel me espera.
-Claro que no. Vamos.-en el camino nos reímos mucho y luego entramos en el departamento.
-¡Ya llegué!-nadie da señales de vida-¡Tengo helado!
Llegan corriendo como toros y me escondo detrás de Al.
Mel lo saluda, pero Matt se queda mirándolo tenso y con cara seria. Ahora recuerdo porqué nunca tuve novio.
-Es sólo un amigo.-le aclaro y le cambia la cara.
-Ah, hola. Soy Matthew, su hermano.
-Soy Al.
-¿Al?¿Así?¿Solo Al?
-Así lo prefiero.
-Comamos el helado, sino, se va a derretir.
-Bien dicho.-le respondo.
-¿Lei te contó de la Broma?-no llego a taparle la boca.
-No. ¿De qué se trata?-responde Al.
-Vamos a pegar carteles por toda la escuela hablando mal de los profesores... Y cosas así, pero bien elaborado.
-¿Y de dónde sacan los carteles?
-Tu rubiecita ayudó un poco.
-¿¡Nat!? Si ella va yo también.
-Me voy a vestir.-sentencio.
-¿Por?
-No pretendes ir vestida así...¿cierto?
-¿Qué tiene de malo mi ropa?-Se mira las pantuflas celestes y el uniforme del colegio.-Ah.
Me sigue a la habitación y le tiro una remera negra con la cara de un gatito en blanco y un short negro.
-Ponte eso.-mientras ella se colocaba mi ropa comencé a buscar lo que yo vestiría. Al final me decidí por una musculosa y un jean color clarito, además un gorro de lana rojo. Me trencé el pelo y Mel se lo dejó suelto.
Al salir de la habitación los chicos nos miraban desconcertados.
-¿Qué pasa? ¿Tengo un moco?-Pregunto tocándome la cara.
-Si, uno enorme en tu megilla.-al ver mi cara comienza a reír sin disimular ni un poquito.
-Me asustaste, tonto.
-No, ahora enserio, te vas a morir de frío.
-¡Claro que no!
-¿Apostamos?-me desafía con la mirada, mientras tanto Mel y Al voltean la vista por enésima vez. Cada vez que alguno de nosotros hablaba movían la cabeza como si miraran y partido de Ping Pong.
-Acepto. ¿Qué apostamos?
-Lo de siempre. Un favor.
-Que sean tres.
-Así se habla.

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