Capítulo 40: "El baile."

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Hoy conseguí el vestido, pero no tengo zapatos, ni tampoco sé como peinarme sola.
Me coloco el vestido y las zapatillas blancas que tengo.
Me estaba recojiendo el pelo en una coleta como de costumbre, cuando Ginny entra con Hermione a la habitación y se me quedan mirando.
-Tú no piensas ir así ¿Cierto?-me pongo colorada.
-De hecho...
-¡Dios mío!-grita Herms.-¿Vas a algún lugar?
-Bueno... Sí, tengo un baile
-¿Hoy?
-Sí, y empieza a las nueve.
-Tenemos trabajo que hacer Herms.-le advierte Ginny.
-Supongo. Ve al baño, busca un peine mojado y tráemelo, toda mi vida lidié contra el frizz.
Hago lo que dice y me sienta en la cama. Comienza a cepillar mi pelo, dejandolo bien aplastado y liso.
-Me gusta mucho tu pelo, Lani. ¿Por qué nunca lo dejas suelto?
-Es molesto. No me gusta que interrumpa mi vista.
Ginny sujeta algunos mechones, los enreda en la varita, y luego los suelta.
-¿Qué me haces Ginn?
-Me gusta ese apodo. Te hago rulos, pero poco armados.
-¿Bucles?-le pregunto.
-Sí. Exactamente.-me responde Hermione.
Me hacen algunas pequeñas trenzas y las juntan detrás de mi cabeza, no sé cómo , pero Ginny consigue que formen una flor y se sujeten por más que me mueva mucho.
-No puedes ir con esas zapatillas.-señala Herms.
-No tengo nada.
-¡Ya sé! Le pregunto a alguna de séptimo.-Ginny sale corriendo y a los pocos minutos vuelve.
-Bueno... Esto conseguí.-levanta unos zapatos negros altos.-Los usó Alicia Spinnet el año pasado en el baile.
-Me voy a caer por culpa de esos.
-Claro que no. ¿Nunca usaste?
-Sí. Pero no tan altos.
Me siento en la cama, y me coloco los zapatos, denme una escalera que no llego a ponérmelos.
Me coloco un tapado negro que me cubre el vestido completamente.
Llamo a la pequeña lechuza de Ginny para que entregue una carta por mí.
Voy al baño, y tengo la cara pálida y con ojeras. Luzco horrible.
Agarro un poco de maquillaje y me delineo los ojos, pongo un poco de máscara de pestañas, y un poco de labial. Intento que mi cara no esté demasiado cargada.
Salgo del baño y agarro un pergamino y tinta para luego escribir un mensaje hacia Draco.
"Malfoy:
Tengo una pregunta, ¿cómo se supone que saldremos de Hogwarts sin que Umbridge me asesine? Ella me odia muchísimo.
Atte. Moon."
Se la entrego a Pigwidgeon quien sale volando rápidamente.
No se si debería ir a cenar, las chicas ya se fueron, y yo estoy aquí aburrida. Me aseguro que no haya nadie en la sala común y bajo con un libro.
La lechuza de Ginny llega, la llamo pero pasa de largo hasta mi habitación. Creo que le faltan algunos jugadores en la cancha, porque es muy cruel hacer que alguien suba una escalera con semejantes tacos como los que traigo puestos.
Me los quito y subo las escaleras corriendo.
-¡Pig!¡Estaba abajo!-le quito la carta de la pata y la leo.
"Moon:
Te espero en veinte minutos en la entrada a la sala de Gryffindor, procura ser rápida para que nadie me vea por allí.
Por otro lado, sólo reza por que Dolores te deje salir acompañada por uno de sus mejores alumnos.
Malfoy."
Tan modesto como siempre.
Como no tengo idea acerca de la hora que partió Pigwidgeon desde Malfoy hasta aquí, bajo a la sala común (aún sin zapatos) y salgo por el retrato para averiguar si Draco está allí y definitivamente lo está. Está espectacularmente guapo, con un traje negro, básicamente está vestido de negro, pero bueno, diferente a todos los días.
-Buenas noches Moon.
-Hola Malfoy.-lo saludo con un beso en la mejilla como es costumbre en mi país de origen, siempre olvido que aquí es diferente.
Me mira extrañado los pies.
-¿No te pondrás zapatos?-noto que tengo los pies helados.
-Ah, cierto. Lo olvidé.-me coloco un zapato, y luego me agacho para abrocharlo y colocarme el otro. Al levantarme casi caigo pero me sujeté del borde del retrato de la Dama Gorda.
-¿Estás bien?
-A la...-lo miro a los ojos y sin poder evitarlo me sonrojo-perfección.
-Eres tierna.-dice riendo.
-¿Por qué?-sigo avergonzada.
-Te sonrojas siempre.
-No puedo evitarlo.-siento que el calor y color disminuyen.-Es incomodo que me recuerdes que estoy sonrojada.
-Vamos.-extiende su brazo doblado y yo lo cojo.
Cuando llegamos a la entrada (evitando a todos los alumnos posibles para que no pregunten), nos estaban esperando Snape, Umbridge y McGonagall.
-Señorita Leilani... acaso molesta incluso cuando un buen alumno está por retirarse ante el pedido de un respetable miembro del  Ministerio de Magia.
-De hecho... Profesora Umbridge, creo que la señorita es la pareja de baile del señor Malfoy.-dice la profesora McGonagall disfrutando la cara de horror de Umbridge.
Draco se rasca la nuca incómodo por la situación.
-Bueno. ¿Podríamos irnos? De otra manera llegaremos tarde.-le digo en un susurro a Malfoy.
-Ella tiene toda la razón, llegaremos tarde.-le dice a la profesora con un respeto que yo no podría utilizar ante ella.
-Sí. Profesora, no se preocupe, yo los puedo escoltar a la salida.-dice Snape.
-Pero antes, Moon debe firmar este documento que dice que se hace responsable de lo que suceda fuera del colegio.
-Muy bien profesora, ya se apega a mis reglas.-le dice Umbridge. Cuando la profesora voltea, McGonagall la mira con odio y me río.
-¿De qué se ríe?
-Del chiste que me acaba de contar Draco.-le apreto fuerte el pie con mi zapato para que no hable.
-Uhm...-que desconfiada que es esta bruja. Hace bien.
-Tenga Moon.-Minerva me alcanza la hoja y una pluma. La firmó sin leer lo que dice, lo que es un error ciertamente, pero no me importa demasiado en este preciso momento.
Snape nos acompaña afuera del castillo y me da frío en las piernas, las frotó con mis manos para entrar en calor.
-¿Cómo nos iremos?-les pregunto.
-Deja la curiosidad de lado, Moon. Algún día te meterá en problemas. Sostengan mis brazos.-así que nos vamos a aparecer...
Siento que paso por un tubo muy estrecho, me quedo sin aire de por medio y aparecemos enfrente de la gran mansión de la familia de Draco.
-Ahora, sólo le recomiendo a usted-me mira con sus túneles negros.-Que no vaya ventilado por allí que es una Gryffindor. Así la matarán.
-Anotado.-señalo mi cabeza.-Y... ¿qué si me preguntan mi sangre?
-No soy consejero, arrégleselas.-gracias por protegerme tanto profesor, ruedo los ojos.
Cuando entramos Draco me pregunta si me quiero quitar el saco, al quitarmelo, Malfoy agranda un poco los ojos de la sorpresa.
-Wow...-susurra.-Ejem; es decir... Lindo vestido. Te resalta.
-Gracias. Cedric me ayudó a elegirlo.-no la menciono a Ginny para que no empiece a despotricar contra los Weasley haciendo yo me enoje y arruinando la noche.
-Mirá, allí hay algo de comida. Tú no cenaste.
-Eso sí que lo sé.-justo mi estómago ruge.-Dime que no tiene veneno.
Me mira mal.
-Era broma.-le aclaro.
Camino hacia la mesa donde hay pequeños platos y vasos. La comida está presentada en fuentes grandes, junto a ellas hay pinzas para servirse.
Coloco en un plato un poco de carne y algo que parece pescado con especias rojas.
-No esperaba verte por aquí, Leilani.-dice una voz a mi espalda.
-¿James? Ni yo a ti.
Volteo y lo encuentro cerca mío, muy cerca.
-Lindo vestido... Pareces luz en la oscuridad, todos están de negro. Es muy... Tétrico.
-Emm si. Cre...creí que sabías que...que no me agrada que estén ta..tan cerca mío.-se ríe cerca de mi oído como si me contara un secreto, lo que me causa escalofríos y algunos curiosos de todos los invitados de la fiesta voltean a verlo.
Veo que Draco se acerca a nosotros.
-Hola James...-dice como alertándolo de algo.-¿A quién trajiste de pareja?
Momento incómodo.
-Vine sólo.-algo se me alivia en el estómago, como si me hubiera sacado un peso de encima. No tiene sentido.
-Uhm... Yo no, yo vine con Lani. Como ya sabías.
-Claro, amigo. Nos vemos.-me guiña un ojo. ¿Qué le picó a éste hoy? Por lo general es coqueto, pero no tanto.
-¿Qué te dijo?
-¿Celoso?-lo miro elevando mis cejas.
-¿Yo? El único celoso aquí es James. Él no trajo a nadie, yo traje a la mejor vestida.-que dulce, no trajo a una amiga ni a nadie en particular. Solo alguien bien vestida. Me sonrojo, sí, de nuevo, que estupidez ¡ni siquiera fue un halago! , pero bueno, al fin y al cabo es lo mas cercano a un cumplido que va a salir de su boca.
-Acabas de definir la palabra celos.
-Draco... ¿Quién es esta niña?-Me mira desconfiado el padre de Draco. Ups, acabo de darme cuenta de que lo más probable es que me recuerde de cuando me colé en la mansión para rescatar a Ornella.
-Soy Leilani Moon. Misma edad que Draco.-enderezo la espalda luciendo un poco más alta gracias a los zapatos, y con suerte una persona distinguida.
-Un...placer.-dice con asco. Además ya sabe que no soy sangre pura y si lo soy, mi familia no es prestigiosa.
Empieza a sonar una dulce melodía y Draco extiende su mano, la tomo y me saca a bailar.
-Malfoy, no se bailar esto. En realidad no sé bailar nada.
-Tranquila, sígueme.-observo sus pies para guiarme.-No. Jamás mires tus o mis pies mientras bailas, ni siquiera cuando caminas. Si miras abajo, le quitas importancia a tu imagen.-levanta mi barbilla y le piso un pie.
-Perdona, de veras no quise...-intento salir de la pista pero Draco me agarra y me acerca un poco más a él.
-No te preocupes, no me dolió.-su expresión hace unos segundos no decía eso. Coloca su mano entre mis omoplatos generando que instintivamente me ponga derecha, además notó que así me resulta mucho más fácil dejarme guiar.
Bailamos dos piezas más hasta que me cansé y nos sentamos en unas sillas de cuero que había bordeando la pista.
-¡Eres una máquina de modales y baile de salón!-le digo muy sorprendida.-¿Quién te enseñó?
-Mis padres. Somos una de las más prestigiosas familias sangre pura, debo saber de esto. Siempre estamos en fiestas durante las vacaciones.
-¿Vino... tu tía?
-Bella... Sí. Cuando te vió enseguida se acercó a decirme bueno, de todo y que seguramente eras una sangre sucia.
-Chicos, les recomiendo que busquen sus sacos y todo lo que hayan traído. Me parece que quedarnos mucho más tiempo sería tentar contra la suerte de Lani.-se acerca James por detrás nuestro.-Y por experiencia, no es muy buena.
-Es verdad, ya llevamos dos o tres horas aquí y mi tía no hizo nada. Aún. Además, odio decírtelo así... pero mi padre tampoco te soporta.-completa Draco.
-Snape dijo que conseguirá un poco de tiempo para que salgas. Draco, tú puedes quedarte para no levantar sospechas. Dirás qué ella fue al baño y luego no la viste más. Yo igual.
-Hay un problema. No me sé aparecer.
Draco y James se agarran la cabeza porque les frustré el plan.
-Bien, haremos lo que pidió Snape antes de venir.-dice Draco de mala gana.
-Ven conmigo.-James me agarra de la muñeca y salimos caminando a paso rápido de la mansión.
-¿Qué fue eso al principio de la fiesta?-le pregunto a James.
-¿Qué?
-¡Eso!
-¿El "coqueteo"?
-Sí.-dejo de caminar y lo miro seria.
-Vamos, no te detengas. A menos que quieras morir.-me agarra del brazo y sigue caminando súper rápido.-Quería que vieras por primera y posiblemente única vez a Draco celoso.-se ríe.
Seguimos corriendo por la casa en silencio.
-Por Dios ¿Cuánto falta?
-Ya casi.
A lo lejos veo una silueta oscura. Con rulos. Mierda.
-¡James!-le grito/susurro.-James, idiota.
-¿Qué?-pregunta seco.
-Aquella es Bellatrix, yo no tengo mi varita. No la traje.
-¿¡Por qué no tienes varita!?-me grita susurrando-Sabías que te metías en la boca del lobo. Entra aquí, es mi habitación para cuando venga en vacaciones, ya me lo dijeron. No preguntes. Yo la saco de aquí y tú sales de la Mansión.
-¿Y cómo salgo?
-Caminando-me sonríe irónicamente.

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