Capítulo 44:"Ministerio"

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Hoy me toca realizar el TIMO de Defensa contra las artes Oscuras teórico, no estoy preocupada en absoluto ya que me va bien en la materia, y además tengo en cuenta que Fred y George van a interrumpir la clase y el examen será postergado.
Me siento en una mesa con el pergamino en frente y comienzo a escribir las respuestas de cada pregunta.
-¡Profesora! Voy a vomitar, déjeme salir.-le digo actuando.
Asqueada levanta la vista y me mira arrodillada en el piso agarrándome el estómago.
-Por favor, afuera para eso.
Aprovecho a salir, y en el recorrido le guiño un ojo a Mel y James que están sentados uno atrás del otro.
Salgo al pasillo y escucho a lo lejos el sonido de petardos y fuegos artificiales. A los pocos segundos, veo a los gemelos volar dentro del salón montados en sus escobas y lanzando artificios por todos lados. Me quedaría a mirar el espectáculo, pero tengo cosas mas importantes que hacer.
Corro hasta la sala común y subo a mi dormitorio. Abro el baúl y rebusco entre mis túnicas hasta que doy con un cuadrado de Harry envuelto en una tela blanca.
Lo saco y desenvuelvo, ahora... ¿Cómo funciona esto? ¿Debo refregarlo, rascarlo, besarlo o que?
Acaricio la superficie del espejo y de repente se deforma la figura de mi cara, dando espacio a un comedor oscuro. Espero que Sirius le heche un vistazo, me lo guardo en el bolsillo de la túnica y camino con la varita en la mano.
Bajo las escaleras y busco a Mel, que para mi suerte estaba con James y Nat.
Corro hacia donde antes estaban los gemelos Weasley y encuentro a Ornella allí en medio de la nada hablando con Luna Lovegood acerca de los cuernos de una criatura mágica que desconozco totalmente.
-Ornella. Debo hablar contigo un minuto. ¿Puedes?
Ella deja a Luna con el pretexto de volver en menos de que pueda pronunciar Nargle.
-¿Qué me ibas a decir, Lani?
-Te pido que POR FAVOR no salgas del castillo. No vallas al Ministerio de Magia para ayudar a los chicos, ¿Me harías ese favor?
-No.
-¡Por favor Ornella! Eres como mi hermanita, no quiero que te pase nada.
-No me va a pasar nada, porque estarás allí para cuidarme.
-Si, siempre. Pero en este caso, necesito que nadie dependa de mí. Debemos salvar o dejar que Sirius muera. No lo sé.
-Una cosa es que me puedas proteger, y otra que yo dependa de ti.-me dice con la cara roja de ira, tan roja como su cabello.
-Te lo pido.-le ruego con las manos juntas.
-No. Estoy con Luna. No me voy a separar de ella, la voy a defender.
-¡¡Pero ya sabes que no le pasará NADA!!-me mira asustada por el grito que pegué y se va corriendo.-¡Espera Ornella! No te quise gritar estoy muy nerviosa, por favor... Perdónadme.
-Iré al Ministerio con Luna, pelearé junto a la Orden, y no me pasará absolutamente NADA.
Niego con pésame y vuelvo a la sala común donde sólo están James, Mel, Natasha y Matt.
-¡Chicos!-miro a Nat dudando y ella se va a la otra punta de la sala como si hubiese interpretado mi mirada. Continúo susurrando.-¿Harry y Hermione ya se fueron con Dolores al bosque?
-Sí.
-Bien. Vámonos.
-¿Tienes un plan?-me pregunta Mel.
-No... Pero lo inventamos en el camino.
-James y yo por un lado y por el otro Matt y Mel. Nat, tu debes ir con Naville Longbottom y Luna Lovegood.
-¿A dónde?
-Tú sólo ve con ellos.-sale por el retrato.
-¿Lani puedo hablar un segundo contigo?-se acerca Mel.
-Claro.
Nos alejamos de Matt y James.
-¿Con que James, eh?-pone cara pervertida. No tiene arreglo… pero yo tengo un as bajo la manga.
Le sonrió con suficiencia y señaló a mi hermano.
-No lo hice por mí... Ustedes son más reales que esto que estamos viviendo.
-Aún no estoy segura de que en realidad estemos en Hogwarts. Y tú hermano tiene novia.
-Ya veremos como deshacernos de ella, casi que ni siquiera me habla ¡y es mi hermano!
Mel rueda los ojos.
-¡NO PERDAMOS TIEMPO!-grito y todos se asustan.
-Ven James, tengo parte de un plan. Ustedes dos, vayan con el resto para evitar que nada se salga de trama.
Cuando volteo veo que Lavander estuvo atrás nuestro escuchando todo. Mierda.
-¿Cuánto sabes? De todo.
-No sabemos nada.-responde Mel.-Quiero que hablemos a solas, por favor, en nuestro cuarto.
-Ella se encarga de todo, vamos Corn.
-Tú primera Canuto.
Atravieso el retrato y corremos por los pasillos hasta llegar al hall de entrada de la escuela, que está custodiado por Filch. ¿Filch, porque siempre lo jodes todo?
-¡Petrificus totalus!-grita James y el celador cae al piso paralizado en una extraña posición.-A la vuelta le saco la foto.
Pasamos por encima de él y cruzamos el enorme portón de madera oscura y atravesamos a paso rápido la explanada de suelo verde hasta las rejas custodiadas por las estatuas de cerdos alados.
-¿Cómo haremos para pasar la reja encantada?-le pregunto.
-Creí que tú eras la del plan.
-De hecho el plan se me ocurrió hasta aquí, y un poco de cómo retener a Black... Pero me olvidé el medio.-James se agarra la cabeza y avanza hasta la cerradura.
-¡Alohomora!-no se abrió-Lo debía intentar.
-Hum... Dejame recordar los hechizos. -¿Para que era Portus?
-Transladores.-nos miramos a los ojos y agarramos una piedra.
-Ya sabemos cómo llegaremos hasta la casa Black, pero no podemos salir.-escucho un pequeño ruido desde mi bolsillo y meto la mano. Me olvidé de que el espejo seguía en funcionamiento.-¡SIR...!-Le grito al espejo.
-¿¡Harry!?-pregunta Sirius.
-¡No! Soy Leilani.
-Ah, hola Lani. ¿Están Harry o Mel en peligro?
-No. El que está en peligro eres tú. NI se te ocurra salir de Grimauld Place, te digan lo que te digan. Ahora ayúdame, ¿Conoces algún hechizo para abrir puertas hechizadas que no sea Alohomora?
-Tu madre inventó uno infalible una vez. Lo tengo anotado, ya vuelvo.
El espejo se movió y apareció Kreacher.
-La sangre sucia se habla con un Black... Que diría mi ama si supiera...
-¡Kreacher no molestes!-le gritó Sirius del otro lado.-Aquí está Lani, te advierto que tu madre creó muchos hechizos, y la mayoría eran muy largos. Mira, este de la puerta es "Anoíxte tin pórta mageméno"
-¿Cómo?
-Mira.-posiciona un cuaderno muy gastado de hojas amarillentas en frente del espejo y leo el hechizo en voz alta agitando la varita como loca.-No, tiene un movimiento, tienes que elevar la muñeca lo máximo que puedas sin levantar el brazo, y luego baja la varita con fuerza.
-Okey.-imito el movimiento una vez, y cuando comprendo lo hago mencionando.-¡Anoíxte tin pórta mageméno!
La puerta cedió apenas la empujé con un dedo.
-¡Muchísimas gracias Sirius! Mantente alerta por si necesitamos ayuda.
-¿Con quién estás?
-Con...-miro a James que está haciendo el translador.-James.
-¡Usen condones!-me pongo colorada y miro a James que se está riendo.
-¡Claro que si!-responde el castaño a lo lejos, lo voy a matar.
-¡Claro que no!-Sirius me mira sorprendido y pervertido-¡PORQUE NO HAREMOS NADA DE ESO!
-Sigan disfrutando....-sonríe y veo mi reflejo en el espejo.
-Te voy a matar James.
-Claro que no.-me guiña un ojo y me extiende la piedra sin soltarla.-Me amas.
-Si claro-ruedo los ojos y agarro la piedra.
Siento que un gancho me agarra del ombligo y me tira hacia arriba, cierro los ojos y aparecemos en una calle.
-¡Suéltate Lani!-grita James para que lo oiga, le hago caso y caigo en el pavimento con un golpe, que si bien no es agradable se puede tolerar.
-¿Qué haremos para encerrarlo y que no salga?
-Esa es la parte que si sé.-le guiño un ojo y pienso en el número 12.
La pared del edificio enfrente mío se ensancha y aparece uno más entre los dos anteriores, abro la reja de metal y golpeamos la de madera. A los pocos segundos la puerta se abre y pasamos.
-¡Hola Sirius!-lo abrazo fuertemente, cuando lo suelto le da la mano a James saludándolo.
-¿No deberían estar en clases? Precisamente en los exámenes de TIMO.
-Sí. Pero no. Llama a los de la Orden, que vayan al Ministerio, en unos minutos probablemente el ED ya esté llegando a la sala de las profecías y hablando con Lucius...-lo último lo dije más para mí que para él.
-¿Me explicas bien qué pasa?-pregunta Sirius.
-Si claro, ¿podríamos pasar a la cocina para estar más cómodos?
-Como quieran.
-Gracias.
Sirius se sienta en una silla tal como yo planeaba, pero estoy enfrente de él, y si saco la varita se va a dar cuenta... Además olvidé contarle a James el plan, que idiota que soy. Entonces procedo a contarle la historia desde el principio lo más rápido que puedo, todo lo que sé y de donde lo saqué.
-…lo que significa que debes quedarte aquí. Porque si no lo haces, morirás. Y todos te amamos y lloramos tu muerte cuando la leímos.
-Mi ahijado está en peligro-dice levantándose de la silla ignorando absolutamente todo lo que le dije, bien Lani, buena eleccion-tengo que ayudarlo, no me pueden decir que no vaya.
James mueve su varita imperceptiblemente y susurra "inmobilus". Sirius se queda duro debido al efecto del hechizo.
-De veras lo siento Sirius, espero que nos perdones.-le susurro.-Es por tu bien. Luego tendremos una charla más larga.
Escondemos a Sirius en un armario y llega la Orden del Fénix a la casa.
-¡Leilani, James! ¿Qué hacen aquí?
-No importa eso ahora Tonks, ¡los chicos están en peligro!-le dice Ojoloco.-¡Vámonos todos!
-¡Nosotros también vamos!
-No es momento de discutir si vienen o no. No van a venir, es muy peligroso.-dice Lupin.
-Por favor Remus, somos beneficiosos en esta batalla, ambos sabemos...-dejo la frase al aire para que él la entienda.
-¿Y Black?-pregunta apareciéndose Snape.
-No le... Importa-dice cuidadosamente James.-Vámonos todos.
-Bien.-Tonks agarra la mano de James y desaparecen, luego lo hace Remus y el resto, curiosamente Snape se quedó hasta el final.
-No busques a Sirius, vámonos.-le digo.
-Supongo que no sabes aparecerte. Que pena que te tengas que quedar aquí, porque yo no voy a pelear...-dice gesticulando una amarga sonrisa. Que estúpida que soy... No me di cuenta.
Pienso en como era para aparecerse. Pienso en las tres D y giro en el aire apareciendo mágicamente en un piso de piedra. ¡NO LO PUEDO CREER! ¡ES LA PRIMERA VEZ QUE LO HAGO Y ME SALE! Merezco un premio Guiness de los magos. No creo que eso exista...
Un rayo blanco me pasa rozando y veo al propietario.
Antoin Dolohov intentó embrujar a su hija que lo desvío y casi me pega, el maldito le está tirando embrujos a diestra y siniestra.
-¡TragaCaracoles!-grito pero esquiva el hechizo.-¿Tú acaso lo aprecias Nat?
-Ni un poco.-y lanza un hechizo no verbal, wow, su padre lo evita por los pelos y los dejo palear solos, pero no sin antes lanzarle otro.
-¡Sectum!-este no lo evita porque estaba protegiéndose de uno que le lanzó Nat, le empieza a sangrar muchísimo en el párpado y se agarra el ojo con la otra mano.
-Gracias Lei. Yo me encargo.
-De nada.- le respondo y veo a Harry.-¡NO!-Remus está junto a él peleando, si ellos dos pelean, el destino va a cambiar y si muere Remus no va a nacer Ted. Manos a la obra.-¡Expulso!-Remus sale disparado para atrás sin poder evitarlo y se da contra la pared, lo siento Lupin. Corro al lado de Harry.
-Tú. ¡Tú llevas a mi hijo por el camino incorrecto!-me lanza un hechizo no verbal y lo esquivo, al mismo tiempo esquivo el peor maleficio imperdonable de Bellatrix y volteo justo cuando le da a James en la cabeza, quien cae al suelo en un sonido sordo.
-¡NO!-grito mientras volteó nuevamente hacia Lucius, porque Bellatrix se fue corriendo, seguida de Harry.-¡SECTUSEMPRA!
El hechizo le da de lleno en el pecho y cae al piso temblando y desangrándose.
Me sitúo junto a James en el piso.
-¡James!¡Responde!¿Me escuchas?
-¿Qué pasó?-me pregunta Mel llegando a mi lado.
-No...¡NO! James... Por favor, no te mueras idiota, te necesito, James... Dime que es una broma de las que siempre haces...que es como cuando todos creimos que te desmayaste a los siete años, por favor...-siento mis mejillas húmedas y los ojos hinchados.
-Lani. Ven déjalo, luego lo levantamos.-me dice Mel agarrándome de la mano delicadamente y jalando.-Te pueden dar con algún hechizo.
-¡NO!-pongo mis manos en el pecho de James y presiono varias veces, cojo aire y soplo en su boca, repito varias veces el mismo procedimiento, pero sus labios ya están fríos...a lo lejos escucho a muchas personas gritando conjuros y contraembrujos. Ornella y Mel están evitando que un mortífago pelinegro y con arrugas me dé con un hechizo, soy incapaz de levantarme.
Observó el rostro de James, pálido y sin color, instintivamente mi mano viaja a su mejilla, y me acerco a sus labios. Por más que ya no estén tibios, de todas maneras saben a menta...

La Aventura de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora