Capítulo 25: "La dama transparente."

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-¡Sueltame!
-Hazlo.-veo como Draco me apunta con su varita pero no hace nada-¡No es tan difícil!¡Hazlo!-Voldemort está detrás de Draco, pidiéndole que lo haga y se ríe.
Aún estoy en el piso tirada sin poder moverme, y claramente no porque yo no quiera, sino que me están inmovilizando con un hechizo.
-Chico débil...¡Crucio!-Trato de aguantarlo pero simplemente no puedo. Grito de dolor, y de impotencia.-¡Crucio!¡Crucio!¡Crucio!¡Crucio!¡CRUCIO!
-Basta.-pido a gritos con la poca voz que me queda, siento cómo mis oídos emiten un pitido insoportable, no puedo concentrarme en nada, ya que mi vista se desenfoca constantemente, necesito aire, agua, necesito que se detenga. Ya.
-Yo puedo hacerlo.-No... Dime que él no lo hará. Él no sería capaz de algo como esto.
Malfoy me apunta nuevamente y grita el maleficio cruciatus y ese tal Yaxley se ríe de mí, pero luego escucho un nuevo encantamiento y se crea una nube de de humo. Comienza a faltarme el aire, y todo termina por desenfocarse, las luces ya no existen, a mi alrededor todo está negro. Lo último que puedo sentir es como unos brazos me agarran y dejo de sentir el frío suelo.

Abro poco a poco los ojos y estoy en una sala con varias camillas, algunas ocupadas y otras obviamente no. Una punzada en las sienes me obliga a volver a cerrar los ojos y a abrirlos lentamente.
-¿Dónde estoy?¿Quién es usted?-le pregunto a una señora regordeta que se encuentra de espaldas.
-Estás en la enfermería de Hogwarts, y yo soy la enfermera. Puedes llamarme Poppy.
-Bien. Y...¿Por qué estoy aquí?
-¿No recuerdas nada?-pregunta asustada.
-No, es decir, sí. Recuerdo todo pero...¿Desmayarme es tan grave?
-No, sólo la trajo un alumno, si mal no recuerdo era el señor Malfoy, me pidió que la revise.
-¿Entonces me puedo ir?-pregunto dudando si levantarme de la camilla o no.
-Cuando quieras linda.
Salgo de allí y en la puerta me encuentro con la cara de preocupada de los gemelos Weasley, mi hermano, Harry, Nat, Hermione, Mel, Ron, James, Ginny, Luna Lovegood, Neville y por último la profesora McGonagall.
Se me ocurre la magnífica idea de hacer una pequeña... travesura.
-¿Quiénes son todos ustedes?-se miran entre ellos sorprendidos y alarmados.-Mel, Matt, ayúdenme por favor, ¿Dónde estoy?¿Quiénes son todos ellos?-la cara de mi hermano se desfigura, y mejor ni hablar de la de los "desconocidos".
-¿De verdad no me recuerdas?-dice George acercándose un poquito a mí analizando si digo la verdad, desconfiado.
-No...-todo iba bien hasta que una risita traicionera se me escapa y algunos comienzan a reírse (los varones Weasley), otros miran con alivio, Hermione con odio por haberla hecho asustar, y bueno... Luego está la cara de la profesora enojada, echándome un sermón de que esas bromas no se hacen, y bla, bla, bla.
-Ahora enserio ¿Qué hacen todos ustedes aquí?-digo masajeandome los costados de la frente.
-Queríamos saber como te sentías, porque llegaste en brazos de Malfoy, desmayada, en brazos de Malfoy, temblando demasiado, en brazos de Malfoy y pálida como la leche. Oh, no sé si ya dije que Malfoy te estaba cargando.-explica Ron enumerando con los dedos.
-Pués, ya ves que estoy bien.
-Nos debes una explicación.-dicen Fred y Ginny a la vez y de manera pícara. Ay, no...
-Alumnos, vayan a almorzar al Gran Comedor. 

Le hacemos caso a la profesora y nos dirigimos hacia la mesa de Gryffindor.

-Dicen que tuviste visitas muy extrañas mientras estabas desmayada.-me comenta Herms.
-¿Cuánto dicen que tardé en despertar?-pregunto tragando una cucharada de gelatina ya que llegamos para el postre.
-Un día entero.
-Ah. ¿Quién me vino a visitar?
-Dicen...-Ron y Harry se acercan más a nosotras susurrando de manera casi inaudible para que nadie más que nosotras escuche.-Dicen que te visitaron personas de Slytherin.
-¿En serio?-Wow.-¿Quiénes fueron? No me dejen con la intriga.
-Rumorean en los pasillos que a la noche te visitó el....-Ron hace silencio, Harry se aleja y "bebe" de su copa (que está vacía), mientras que Herms abre mucho los ojos y deja una expresión de terror en su rostro.
-Señorita Mon.-luego de unos segundos de procesar lo que escuché, recuerdo que ese es mi apellido y al voltear veo la cara sin expresión de Snape. Hasta un kiwi es más expresivo que él.-Una manera única para llamar las atención.-se calla por unos segundos y luego retoma lo que estaba diciendo.-Tal como su madre...-y luego se aleja a pasos rápidos.
-¿Y eso?-me pregunta Harry.
-Ni idea.
-Es un viejo loco.
-¡Cállate Ron!-le advierte Herms con un zape en la cabeza.
-¿Alguno me acompaña al campo de Quidditch?
-¡Tienen que estudiar chicos!-Hermione nos sermonea otra vez, ya van cinco desde que salí de la enfermería, y tal como las cinco veces anteriores me encojo de hombros.
-¡¿Estás loca?! ¿No estudiaste y de todas maneras no lo vas a hacer?
-¿Para? Necesito tomar aire.
-PRONTO SON LOS TIMO'S.-la ignoramos, yo ya sé el 90% de lo que nos van a tomar, solo debería estudiar un par de cosas más.
-¿Me acompañan entonces?-pregunto de nuevo.
-¡No!-responde Herms mientras que Harry dice "tengo que estudiar" y Ron, tal como esperaba,"por supuesto, todavía falta mucho para los exámenes.".
Gracias Ron, eres lo más. Te espero allá.
-¿Llevo algo?
-No es necesario, pero si quieres llevar algo de comida...
Salgo del comedor y me dirijo a la sala común para buscar mis libros. Le voy a tender una trampa a Ron, va a tener que estudiar.
-Sopa de leche.-el retrato se abre e ingreso. Subo a mi habitación, donde lamentablemente estaba Lavander.
-Moon...
-Brown..-digo como saludo.
-Solo quieres llamar la atención de los chicos.
-¿Qué?
-Vas a llevarte a los chicos y nosotras no podremos tener novios.
-¿Es una broma?-me mira con cara de asesina-Deja de exagerar.
Salgo de ese lugar, y por idiota, olvido mis libros, pero no pienso volver a entrar para que se ría de mi corta memoria o algo por el estilo.
Voy al campo y allí me espera Ron sorprendentemente puntual.
-Hola Ron.
-Hola, ¿qué vamos a hacer aquí?
-Estudiar.-me mira con horror.-pero me olvidé los libros, así que...
-Genial, ¿Vamos a caminar?
-Claro.
-¿Quieres una?-me ofrece un paquete de grageas.
-Si. ¿De qué crees que será?-digo mirando la gragea verde.
-¿Pasto? ¿Manzana?-me la llevo a la boca y definitivamente es pasto, hay peores, cuando la trago respondo.
-Pasto.
Caminamos y reímos un largo rato y de alguna forma terminamos parados en el medio del bosque prohibido sin saber a dónde ir.
-¿Por qué siempre termino aquí?-me río de él hasta que escucho una rama romperse y me asusto. Le agarro el brazo con mucha fuerza como reflejo. Mira hacia atrás a la vez que yo, y veo a un centauro apuntandonos con una flecha que sale disparada rozándome el hombro, pero al observar mi rostro baja el arco.
-¿Clarisse?
-No, soy Leilani Moon. Conozco a una Clarisse, es mi madre, pero no sé si hablas de la misma que yo.-digo rápido con un hilo de voz por miedo a que nos acabe matando, ¿debería haber dicho que soy yo? ¿Tendría mas chances de sobrevivir?
-Debes ser, eres igual.
-¿Quién eres?
-Me llamo Frienze.
-Mucho gusto.-a todo esto, la cara de Ron es un poema.
-Un segundo, ya sé quién eres, te ví en primer año.-dice Ron con miedo.
-De todas maneras no deberían estar aquí.
-Lo sabemos, sólo estábamos en el linde del bosque y no sabemos cómo terminamos aquí.-responde el colorado.
-Subanse, los llevo, hay bestias peligrosas.
-Sí, pero te aseguro que hay una peor en el castillo, y es mujer.-digo rodando los ojos.
Luego de unos minutos llegamos al linde del bosque.
-Recuerden, no le digan a nadie de esto.-nosotros asentimos y caminamos hasta el castillo.
-Lani, rápido. ¡Corre!
-¿Por qué?-me toma del codo y bajamos corriendo las escaleras hasta las mazmorras y entramos por una puerta negra de madera maciza.
-Llegan tarde.-anuncia Snape​.
-Lo sabemos y lo sentimos.
-Por más disculpa que pida, señor Weasley, no se salvan del castigo. Diez puntos menos para Gryffindor por tardanza.
-¡¿Qué!? ¡No! Eso es estúpido.
-Otros diez puntos menos por mal vocabulario.
-Pero no...-le pellizco el brazo con fuerza y se calla.
Nos adentramos más en el aula y todos ya están en pares, sólo hay tres asientos por ocupar: junto a Harry, al lado de Malfoy, y luego está Pansy Parkinson. ¿Por qué Malfoy no está con Pansy?
Como buen amigo que es Ron, va y corre a sentarse junto a Potter. Encima de que evito que un centauro lo atraviese con una flecha, me hace esto.
No pienso sentarme junto a Parkinson, y tampoco junto al platinado, pero si no lo hago Snape sacará más puntos a Gyffindor, además debo lucir muy idiota pensando todo esto.
Mientras camino hacia Malfoy, mi conciencia me grita que él me lanzó un Crucio, pero es verdad que también me salvó, creo. Para mi sorpresa, el rubio señala disimuladamente en la silla a su lado para que me siente allí.
-Creí que querías respetar tu puesto perfecto de joven Slytherin que odia a cualquier Gryffindor que se cruce en su camino...-le susurro riendo.
-Silencio alumnos. Como les decía, antes de ser interrumpido descortésmente- mira con odio a Ron, y luego clava su mirada en mí. Intento sostenerla pero me doy cuenta de que parecería desafiante, así que mejor la bajo.-preparen la poción anotada en la pizarra.
-Rubia, ¿alcanzas a ver el nombre?
-Sí, ¿por qué? Y nunca más me digas así.
-Pues yo no veo.-se ríe de mí con burla en los ojos y responde.
-Poción Herbicida. Se necesitan mocos de Floberwron, jugo de Horklump, espinas de Pez León, e ingrediente estándar. Ve a buscarlos.-cuando termina de decir todo eso, miro al armario y ya está todo el mundo allí. Voy cabizbaja, y Ron me intercepta en el camino dándome los ingredientes.
-Gracias Ronald.
-Te debía una.
Vuelvo sobre mis pisadas con los elementos en brazos y los coloco en la mesada para comenzar con la bendita poción.
-Leilan... Problema.
-¿Cuál?¿Qué te picó que ahora me dices así?
-El mismo bicho que a ti, parecería.
-No, mi bicho fue mas original.
-El mío fue menos cruel. No soy una chica.
-¿Cuál es el problema? No es malo ser mujer.-ruedo los ojos.
-La poción requiere de 51 minutos aproximadamente de cocción...
-En un segundo vuelvo, no me extrañes.-rueda los ojos y me acerco al escritorio del profesor Snape.
-¿Si?-éste es definitivamente un hombre sin paciencia.
-Quisiera saber como vamos a realizar las dos partes de la poción en una clase, teniendo en cuenta que solamente la primera requiere 51 minutos de cocción.
-Apurándose.
-Pero...
-Está perdiendo tiempo, vuelva a su lugar señorita Moon.-vuelvo a mi asiento apurada para poder terminarla.
-Malfoy, agrega cuatro espinas al mortero y...
-Ya lo hice.
-Haré mas seguido los trabajos de pociones contigo.
-Ni se te ocurra. Debo mantener mi perfil de Slytherin perfecto.-me guiña un ojo coquetamente y me sonrojo.
-Aténgase a las actitudes académicas correctas, señor Malfoy.-suena la voz del profesor a lo lejos y nos reímos.

-¡Nos vemos luego!
-Claro Harry.
-Señorita Moon. Coméntele a su compañero Weasley que el castigo es mañana a las cinco de la mañana aquí mismo.
-¿Cuál Weasley? ¿Ginny, Fred, George, Ron...?
-Ya sabe a cual me refiero. A LAS CINCO.
-¡Pero es sábado!
-Me hartan sus peros. Sin excepción.
-Entendí: A las cinco, mañana, aquí, sin excepción.
Salgo del salón arrastrando los pies... Además de que mañana me debo despertar temprano, la materia que sigue es Adivinación.
Me apuro para no llegar tarde y tener que sentarme sola ya que sería bastante raro en esa clase no tener nadie para hablar acerca de las incoherencias que dice Treawloney.
Ingreso al aula, donde solo está la profesora ensimismada en sus propios pensamientos, por lo tanto no cuenta. Me acomodo en la última mesita, y a los pocos minutos se sientan junto a mí Mel y James.
Al notarnos, la profesora acerca como si estuviese fuera de si misma y viniera directo a arrancarnos los ojos con una cuchara... Creo que exageré un poquito, pero tan solo un poquito.
-¡LA DESCENDENCIA DE LA DAMA TRANSPARENTE HA LLEGADO, LOS SECRETOS CUELGAN EN LOS HILOS DE LA ESPERANZA, COMO SI FUERAN LAS MÁS FINAS CONFECCIONES DE UNA ARAÑA! Mhmm.-tose unas cuantas veces recuperándose.-¿Dije algo malo?
-No... ¿Cuándo empieza la clase?-pregunta James incómodo.
-En unos...-por arte de magia el salón se llena.
-¡Abran sus mentes! Y recuerden que la adivinación es un arte.
-¿Qué creen que signifique?-susurra Mel.
-Ni... idea...
-¿Ya te han dicho que te pareces un poco a Snape?-comenta James. Toco mi pecho como si me hubiese ofendido.
-Sinceramente, no lo sé.-digo más para mí que para alguien más.

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