Capítulo 28: "San Mungo"

8 3 0
                                    

-¡Despierten chicos!-nos grita el tío desde el pasillo golpeando las puertas repetidas veces.
-¿¡Qué pasa?! ¡Quiero dormir cinco minutos más!-escucho los gritos de mi hermano desde mi cama.
-Matthew, cierra la boca y levántate.
-Pero...
-Sin peros, ¡Ahora!.
Miro mi reloj, las cinco a.m. ¿Qué tiene este hombre en la cabeza? Ya entiendo por qué mi hermano está quejándose tanto.
Me levanto intentando no despertar a Ornella pero al bajar de la cama, me enredo el pie en las sábanas y caigo de bruces al suelo. Siempre triunfando.
-¿Te encuentras bien?-por el borde de la cama aparece la cara de Ornella con las sábanas marcadas.
-Emm, sí, quédate aquí un segundo. Asomo la cabeza por la puerta y está mi tío caminando de un lado a otro, subiendo y bajando por las escalera, murmurando cosas por lo bajo.
-¿Pasó algo? ¡Son las cinco de la mañana!-es evidente que sí pasó algo, pero quiero estar segura antes de fabularme cualquier historia que me preocupe demasiado.
-Es una tal Hermione Granger, quería hablar contigo. Dijo que un accidente atípico le ocurrió a... No sé el nombre de este chico, creo que era Charles, no, Jhonn tampoco, ¡James!. Lo internaron en el hospital San Mungo, tienen que ir con él, luego se quedarán con el padrino de Harry porque voy a estar muy ocupado estos días.
Asiento y saco del cajón de Ornella una remera negra mangas largas celeste, un pantalón azul y un pullover y se lo paso para que se vista. Mientras tanto yo me pongo una remera mangas cortas negra, un jean negro y la única campera blanca abrigada que siento que no me queda mal.
Cuando volteo Ornella está sentada en la cama, toda despeinada y dormida. Le tiro una almohada para que se despierte, lástima que le calculo mal y le doy a la lámpara que cae al piso haciendose pedazos. Ups.
Bajamos al comedor arrastrando los pies y nos sentamos.
-Chicas, no hay tiempo de desayunar.
-¿Por?
-Que te explique Leilani, esperen un momento, ahora vuelvo.-nos miramos entre nosotras y encojo los hombros.
-Creo que le pasó algo a James, ni idea.-luego de unos minutos Liverus aparece nuevamente arrastrando de la capucha de la campera a Matt.
Abre la puerta, y aparece un colectivo con la velocidad de la luz exactamente frente a la puerta de la casa: el Autobús Noctámbulo.
-Bienvenido al autobús noctámbulo, transporte para...-mira hacia delante-¡Liverus Moon! ¡Lo estuve buscando por años!
-Déjanos pasar, Sumpike. Estamos con el tiempo en contra.
-Pase, pasen.-con la felicidad plasmada en el rostro nos permite subir y nos sentamos en unas sillas al final de todo. ¿De dónde conoce este tipo a mi tío?
-¿Y ellos quiénes son? ¿Has tenido hijos?
-No, son mis sobrinos.-responde mi tío irritado. ¿Entonces quiénes eran los de las fotos en el retrato que vi el primer día? O quizás solo no quiere hablar. Creo que empezaré a anotar todo lo que nos diga Moon. Si yo puedo mentirles un poco a mis amigos por su y nuestro bien, por qué mi tío no nos mentiría a nosotros que nos acaba de conocer hace menos de un año y medio.
-¿Cómo se llaman?-insiste el hombre con la cara llena de granos.
-No es de tu incumbencia...-lo mira con un notable disgusto, dejando claro que no quiere hablar y que no lo va a hacer. Honestamente estoy bastante desconcertada, creí que se llevaban bien debido a la emoción de Sumpike. Al alejarse, mi tío se acerca más a nosotros y comenta que nunca le había caído bien, pero eran vecinos y un día lo ayudó a alcanzar la nota más alta en un examen, entonces nunca más lo dejó de perseguir creyendo que era su amigo, cuando en realidad, mi tío no le tenía aprecio en absoluto. Me da pena por el pobre, lo imagino persiguiendo en los pasillos a Liverus mientras este lo ignoraba.
El resto del viaje fue muy incómodo, al segundo en que me paraba del asiento caía al suelo, las violentas frenadas y arranques veloces con la que el autobús avanzaba eran las culpables de que fuese arrastrada hacia adelante y luego hacia atrás golpeándome la cabeza repetidamente contra diferentes objetos.
Al bajar, lo primero que hizo Matt, fue tirarse al pavimento y besarlo, literalmente. Que asco me da a veces éste ser. 
Cuando ingresamos vemos a una medi-maga que se encuentra en el puesto de recepcionista. Ella tiene un hermoso pelo negro, liso, sin ningún nudo, ojos café y se encuentra muy concentrada leyendo un libro titulado "Las 200 enfermedades muggles más extrañas."
-Buen día.
-Ah, lo siento, no los vi. Bienvenidos al hospital San Mungo, ¿En qué los puedo ayudar?-sonríe ampliamente, lo que claramente hipnotiza a mi hermano.
-Buscamos a James Corn, lo internaron hace un par de horas.-ella se voltea para ver una hoja con anotaciones pegadas en la pared, situación que el baboso malaprendido a mi lado no deja pasar para mirarle el trasero. Le pego en la nuca y le digo por lo bajo que sea un poco más educado.
-Sí, primer piso. Cualquier cosa que necesiten, vuelven.
-Claro que volveré.-comenta fuera de lugar Matt y esta vez le piso el pie para que no sea tan notorio, la chica le sonríe y lo empujo hacia las escaleras.
Es bastante fácil averiguar donde están, ya que hay una muchedumbre colorada, el famoso Harry Potter y Hermione.
-Hola a todos.-saludo uno por uno.
-Ma, ella es Leilani.-le dice Ron.
-¡Hola querida! Soy Molly Weasley. Me hablan mucho sobre ti.-se presenta luego de asfixiarme en un abrazo, y luego de saludarla me acerco a los gemelos.
-¿Por qué está James aquí? O quizás más importante, ¿qué hacen ustedes aquí? Después de todo él es un Slytherin.

La Aventura de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora