Capítulo 33: "Maldigo el día en que Umbridge entró a Hogwarts."

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-¡Sabía que estarían aquí!-Harry apareció con Ron por la puerta de la biblioteca.
-Estamos haciendo la tarea de pociones PARA MAÑANA.
-Tengo algo mucho mejor que hacer. ¡Hagrid volvio!.
-No digas más.
Hermione, Melissa, Ron, Harry y yo salimos corriendo hasta la cabaña de Hagrid, pero nos escondemos cuando vemos a la Cara de Sapo salir de la casa mientras tira perfume en la puerta.
Antes de ingresar la imito pero sin echar perfume ni nada.
-¡Hola Hagrid!- lo saludamos todos a la vez.
-Bienvenido de nuevo.- le digo.
-Buenas noches a todos, siéntense si quieren-señala las sillas de la mesa.
-¿Qué está pasando Hagrid?, te vez...- no consigo terminar la frase porque no encuentro la palabra correcta, pero Hermione me ayuda.
-Luces un poco abatido ¿Por qué?
-Esto es secreto. ¿Está bien?-el Trío y yo asentimos a la vez, mientras que Mel acaricia a Fang.-Dumbledore me envió para negociar con los gigantes.
-¿¡Gigantes!?- salta de la silla Hermione sacudiendo la mía. Casi caigo al piso con taza, silla y todo pero Ron agarró mi silla evitando que me estampe contra el suelo-Lo siento.
-Shh.
-¿Los encontraste?- pregunta Harry.
-No son tan difíciles de encontrar, para ser honesto. Son enormes ¿Entienden? Intenté convencerlos de que se unan a la causa. Pero no fui el único que intentó ganárselos.
-Mortífagos...-susurra Ron, como si nombrarlos los invocara.
-Sí. Intentaron persuadirlos para que se unan a Tú-Sabes-Quién.
-Hagrid, sólo llamarlo así aumenta el miedo a VOLDEMORT-grito la última palabra y todos (menos Harry que me observa orgulloso) se sacuden de los escalofríos.-En fin, ¿Lo lograste?
-Les dí el mensaje de Dumbledore. Supongo que algunos sí recuerdan su amistad.
-¿Ellos te hicieron eso?
-No exactamente.-Hagrid le tira a Fang el trozo de carne color verde que estaba colocando sobre su ojo.-Toma perro tonto.
-¡No le digas así! Pobrecito...-murmura Mel acariciándole las orejas, lo que hace que Fang coloque su cabeza en las piernas de la chica babeandole todo el jean. El viento entra por la ventana causándonos escalofríos a todos. Fang amaga a seguir a su dueño cuando se acerca la ventana con los chicos pero Mel lo agarra del cuello. No tuvo en cuenta que por comparación un perro de caza tiene bastante más fuerza que ella y por eso, termina tirada en los enormes pies de Hagrid y los pequeños, en comparación, de Harry.
-Está cambiando allí afuera... Justo como la última vez. Viene una tormenta Harry, mejor estar preparados para cuando llegue.
-Chicos, debo irme. Hagrid, estoy muy feliz de que hayas regresado.-saludo con la mano y salgo de la casa.
Camino unos pocos metros pero alguien me carga en su hombro sin poder ver de quién se trata.
-¡Bájame ahora mismo!-empiezo a lanzar patadas y puñetazos hacia todos lados.
-Hey, así no se tratan a los amigos... Abandono, violencia, no...no...no.-observo al sujeto no identificado que me carga como si fuera una bolsa de papas, lleva uniforme de Slytherin pero su cabello es castaño, por eso es imposible que sean Al o Draco.
-¿¡James!?
-El mismísimo. Ahora, qué prefiere señorita Canuto: ¿Los jardines o el Lago?
-El Lago, la última vez que fui a los jardines terminé hablando con la profesora McGonagall. Veo que volvió el apodo...
-Como usted mande.-camina durante un rato más, conmigo aún en su hombro derecho, y se detiene frente al lago. Me sorprende que tenga tanta resistencia.
Nos sentamos en el césped y miramos el cielo.
-Bueno... la idea era un cielo despejado pero el clima no quiso colaborar mucho que digamos.-Claramente estaba en lo cierto, el cielo estaba tan gris y tapado por las espesas nubes que pareciera que se avecina una a una gran tormenta, tal como dijo Hagrid.
-¿Saldo o dulce?
-¡Creí que me conocías!
-¿Dulce?- adivina sonriendo angelicalmente.
-¡Claro que sí!
-Ten.- me entrega una rana de chocolate-¿Sabes qué?
-¿Mmm?-le respondo con la boca llena de chocolate.
-¡Que asco! ¡No hagas eso!
-¿Acaso Malfoy te educó?- pregunto con la boca vacía.
-¡Pero de veras es un asco!
-¿Qué me decías?
-¡Snape está loco! ¡Nos metió a todos en la sala común y nos hizo escribir unos renglones! ¡Ni siquiera hicimos nada esta vez!-yo me rio de su desgracia imaginando a Draco y James escribiendo y maldiciendo al profesor de pociones.
-¡No te rías!
-¿Les sacó puntos para escribir fuera del renglón? ¿O por usar tinta negra en vez de azul?-me destornillo en el suelo de la risa.
-Mas vale que no.
-¿Qué tenían que escribir?
-Nombre, curso, edad, natalidad y algo más que no recuerdo. ¡Además nos hizo subrayar las palabras importantes! Y HACER UNA CARITA FELÍZ.
-¿Y por qué lo hizo?-me seco las lágrimas dramáticamente.
-Algunos dicen que sólo nos quiso torturar, otros dicen que fue un recuento de alumnos. He aquí mi opinión: por primera vez en su miserable vida recibió un regalo y quiere saber de dónde diablos salió porque no es de ningún profesor. Cada teoría es más improbable que la otra- me mira con reproche.- Excepto la mía.
-¿Qué hice mal?
-Tú-me apuñala el hombro con su dedo índice.-Tú le diste el regalo.
-Noooo.
-Dios mío... No tienes remedio.
Nos quedamos en silencio observando el Lago y James pasa su brazo sobre mi hombro mientras me recuesto en su pecho. Es una sensación extraña pero familiar.
-Estoy preocupado... Hay demasiados deberes, no sé cómo estará mi padre, encajar en mi casa es muy difícil...
-Y agrega a la lista que muy pronto son los TIMO's y el hecho de que debemos salvar a Canuto... Ya sabes que yo estoy tan o más preocupada que tú.
-Me tienes a mí. Cuando necesites hablar estaré siempre para tí, lo sabes. Incluso si es solo para hablar.
-Gracias, de verdad, muchas gracias.
-Hablando de eso...¿Qué haremos? Digo, ¿Qué tanto se modificará si ÉL no muere?.
-No lo sé. Porque la verdad es que sería mucho mas fácil que no muera ya que podrían conseguir más rápido el guardapelos...
-Pero no irían al Ministerio de magia, y por lo tanto posiblemente no vayan al bosque, y no descubrirán que hacer con ese maldito Horrocrux.
-Uff. Es tan complicado todo esto... Hay veces en que deseo ser tan ignorante sobre este tema como todos los otros. Ya lo hablaremos mejor y pediremos consejos. En todo caso los obligaremos que vayan al bosque para salvarnos de algo o que se yo, además así Ron no sufriría la despartición.
-Cambiando de tema, no quiero que te ocurra lo mismo que en primer año de secundaria. Y por eso te voy a ayudar a estudiar en la biblioteca dos o tres veces a la semana, para adelantar los exámenes.
-¿De...de verdad lo dices?
-Si. Me tuviste muy preocupado.
-Gracias, eres lo mejor del mundo.
-¿Mejor que Snape?
-¡Ya basta con eso!-me rio.- Tú bien sabes lo que pasó en su vida, tomó malas decisiones  y eso lo marcó de por vida... Literalmente.
-Bien, bien.-empieza a llover torrencialmente y corremos hacia el castillo todos empapados.
-Solo espero que la cara de Sapo no aparezca y nos vea así.-dice riendo James, cuando oímos la voz que justamente menos queríamos: Dolores Umbridge.
-¿Qué hacen dos alumnos fuera del castillo en horario de clases?-nos pregunta con su empalagosa, chillona e insoportable voz.
-¡Era hora libre!
-¿Qué profesor la autorizó?-su sonrisa en el rostro se ensancha.-¿Y están...mojados?
-Claramente, profesora. La lluvia es líquida, moja.
-Respuesta incorrecta señorita Moon. Intente de nuevo.
-Mmm, no se me ocurre otra variante.
-¡¡¡¡A mi...OFICINA!!!!
-¿Por ser de Gryffindor?
-Cállate James...-le -susurro pero él continúa.-¿Cuantos Slytherin tienen las manos rajadas? Ni uno.
-Ese problema se puede arreglar fácilmente Corn. A mi despacho usted también. Ambos, hoy al finalizar las clases. No quiero volver a encontrarlos vagando por los pasillos.
Esperamos a que se retire, y cuando lo hace, con James le hacemos señas groseras, que no vale la pena aclarar.
James me acompañó a mi sala común y me dijo que no salga hasta la próxima hora de clase por si se aparece Umbridge.
Reviso mi horario y me tiro en un sofá en la esquina de la sala.
¿Qué voy a hacer?... Este año algo se nos podrá ocurrir, pero el que viene no se cómo nos las arreglaremos, puesto que no deseo que Dumbledore muera. Aunque no pienso dejar de ninguna manera de Snape lo haga... Prefiero los finales felices.
Arriesgaría mi vida por que Snape pueda rehacer la suya.

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