Capítulo 36:"Gato al agua"

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Bajo corriendo por la escalera de las mazmorras.

-Oh, ¡Buenos días Malfoy!
-Hey, ¿Por qué tan apurada?-pregunta sosteniendo mis hombros para detenerme un segundo.
-No lo estoy, sólo buscaba a James.
-Está en la biblioteca, dijo que iba a estudiar...-veo duda en sus ojos.
-¿Qué pasa?
-¿Estás de novia con Diggory?-el nombre lo dice con asco.
-¡No! Sólo me dijo que Snape me buscaba.-y nos arreglamos para vernos, pero no como una cita, pensándolo bien no se lo diré.
-¿No sales con el hurón?-se sorprende.
-Ya te dije.
-Bueno, quieres... emm...
-¡Draquito!-Pansy estaba caminando hacia Draco con intención de abrazarlo.
Malfoy maldice en voz baja al escuchar su voz.
-¿Qué haces tú aquí, Oveja?-¿oveja?La cara del rubio es indescriptible, y tal como yo, no comprendió nada. Al ver que nadie entendió el chiste lo aclara, y eso, JAMÁS, pero JAMÁS se hace.-Porque te dicen Lani, eso suena a lana. La lana sale de la oveja, duh...
-Si, claro. No quiero volver a verte panceta.
-¿Me dijiste grasa?
-No, pero tú te sentiste identificada.
Vuelvo por donde vine y comienzo a caminar a través del pasillo para subir hasta la biblioteca.
Apenas ingreso, la bibliotecaria me mira feo. Intento no devolverle el gesto y busco a James en alguna mesa.
-¿James?
-Aquí.-separa dos enormes pilas de libros y asoma su cara por el medio de ellas.-Preparé algunos libros para estudiar, la semana que viene comienzan los TIMO's.
-Tienes razón.-chasqueo mi lengua.
-Y... ya sabes que te pasa si no puedes estudiar con anticipación.
La primer materia que estudiamos fue Pociones, claramente yo lo ayudé a él, luego él me ayudó en la parte teórica de DCAO, y al final vimos algunos planos de las estrellas y constelaciones para astronomía, ninguno de los dos es el más hábil leyendo estas cosas, por lo tanto hacemos un trabajo en equipo. 
-Debo irme Lani. ¿Mañana de nuevo?
-No. Creo que al ritmo que vamos podemos juntarnos un día sí y uno no.
-Perfecto.
Busco en las estanterías algún libro interesante, y encuentro uno que se llama Struddle Rabinow: cartas a Eliza.
-¿Qué es esto?-en la tapa hay un chico pintado con el cabello celeste, grande ojos brillantes y azules. Lleva una camisa blanca mal abrochada, unos jeans negros y zapatillas desatadas azules. Tiene una enorme sonrisa que decora su bello rostro.
-Disculpe, ¿es el único libro?
-No. El primero es La mentira de Rabinow, ahora...¡Shh!
Levanto los pulgares y busco en las estanterías con la letra "L" donde encuentro el libro. La tapa es un cielo estrellado con los ojos de Struddle Rabinow. Es pequeño, sólo tiene 299 hojas.
Anoto mi nombre en una planilla y salgo de la biblioteca con un nuevo libro para leer. Aunque no sea la mejor de las ideas, considerando que la próxima semana tengo tantos exámenes.
Son las siete de la tarde y un increíble sol brilla fuera del castillo.
Primero que nada voy a mi habitación y agarro a Silverlight, hace mucho que no paso tiempo con él. Se la pasa merodeando con Crookshanks, el gato de Hermione.
-¡Ven aquí Silver!-se esconde en la estantería de arriba de la cama de Lavander.-¿No ves que te infectarás si te quedas ahí?
Me subo a la cama de Brown, me paro sobre la punta de mis pies y estiro las manos lo más posible.
-¡No llego!-rezongo bajando de la cama, Silverlight salta hacia la estantería de Hermione (que se encuentra a la misma altura que la anterior) y me mira desafiante con sus ojos plata. ¡Que rebelde se volvió!-¿¡Por qué me haces esto!?
Bajo a la sala común, y me encuentro con Ginny estudiando en la Sala Común. Es unos centímetros más alta que yo, posiblemente llegue a agarrarlo.
-¡Hola Ginny! ¿Me ayudas en un asunto con mi gato?
-¿Tienes uno? Creí que tenías lechuza.
-Claro que tengo uno.
-¿Y qué necesitas?
-Llegar a las estanterías. Tú tienes un par de centímetros más que yo...-empieza a reír mientras subimos las escaleras.
-¿De veras no llegas?-le saco la lengua y abro la puerta.
Ella hace lo mismo que yo, pero ¿adivinen qué? Si bien es lo suficientemente alta para llegar a los estantes no es capaz de agarrar al gato.
-¡Hola chicas! ¿Qué hacen?
-¡Mel! Necesito tu metro setenta y cinco para alcanzar a Silverlight.
-¿Dónde está?-señalo los estantes, mi amiga se quita los zapatos y se sube a la cama de Herms. Apenas estira los brazos alcanza a mi gatito.-Aquí tienes, Hobbit.
-Gracias.-Silverlight me lamea el antebrazo.-No te voy a decir elfo porque son hermosos.-Ginny nos mira como si estuviéramos locas. Claramente ella sólo conoce los elfos domésticos.

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