Capítulo 13:"La verdad."

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-Me gustaría en unos minutos mostrarles la casa, después de todo vivirán aquí.
-Bueno.-responde Ornella mientras yo me acerco a un retrato donde había tres bebés, unoncon profundos ojos negros, otro con ojos verdes y uno con cálidos ojos celestes. Mi tío al ver que miro ese retrato se acerca y me dice.
-Son mis... Hijos, sí. Es una pena que mi ex-mujer se los haya llevado.-dice inseguro.
-El del medio tiene tus mismos ojos.
-Todo lo dicen.-comenta riendo, descuelga el cuadrito y saca la foto para luego guardarla en su abrigo.
Dejamos las valijas junto al sofá mientras Liverus desaparece por la escalera.
-¿No les parece muy... Elegante?-susurra Matt.
-Sí...Pero me puedo acostumbrar a eso.-le respondo en broma.
En eso mi tío vuelve al living.
-Vengan, les enseño sus cuartos.-subimos las escaleras y llegamos a un pasillo, de un lado hay una biblioteca llena de libros, y del otro, tres puertas. Las paredes son bancas y verde, dos de las tres puertas son verdes esmeralda, y la del medio, es color rojo.
-La roja es para las chicas, la primera verde es para él y la que resta es la mía. Estaré en la biblioteca por si me necesitan.
-¿Y dónde queda eso?-le pregunto emocionada. ¿Hay una biblioteca en la casa solo para nosotros?
-Tercer piso, segunda puerta a la izquierda.
Entramos en la habitación donde las valijas ya nos esperaban ¿En qué momento las subió?
-Orne, voy a recorrer el barrio. Por si Liverus pregunta.
-Okey.
Una vez que salgo, comienzo a caminar por la calle, pero como no hay nadie entro en una panadería.
-Buenas tardes señorita. ¿Qué desea?
-Hola. ¿Tiene medialunas dulces?
-Si.
-¿Y saladas?
-También.
-Deme tres y tres, por favor.-las pone en la bolsa y me la entrega.
-Son £8.-miro mis bolsillos y tengo dinero pero en pesos. No creo que los acepte.
-¿Acepta pesos argentinos?-me mira con mala cara y me saca del negocio. Al menos me quedé con las facturas. Vuelvo hacia la casa, pero en el camino me encuentro con unos chicos jugando al basketball, son buenos pero yo soy mejor, modestia aparte.
Me acerco y me siento en una banca a verlos.
-¡Hey, hermosa!¡Te dedico el tiro!- me grita uno con cabello teñido de azul, se va hasta la mitad de la cancha y lanza errándola por un montón de distancia.
-Jajajajaja-me río lo más alto posible.
-¿¡De qué te ríes!?-me dice enojado.
-De tu tiro. El mejor que ví en años.-aplaudo falsamente.
-Ya veremos cuánto te ries después de lanzar.-no sabe con quién se está metiendo, dejo la bolsa de papel con las medialunas en la banca y atrapo la pelota en el aire.
Me acerco al punto desde el que él lanzó. Respiro hondo, fijo mi vista en el aro, cálculo la fuerza, pienso en la fuerza del salto y tiro.
La pelota entra de chaz, sin tocar nada más que la red.
-Fue solo suerte.-dice el rubio que estaba con el peliazul.-Tira de nuevo.
Lo hago, mismo proceso, mismo resultado.
Me miran sorprendidos, pero no les pienso decir que mi hermano me enseñó cuando iba a Basketball.
-Espero que la próxima no subestimen a las mujeres.-le tiro la pelota en el pecho al rubio que me miraba con odio, y se dan vuelta para seguir practicando. Yo me voy, no tengo por qué quedarme a mirarlos, ni siquiera porque hay uno que parece un Dios Griego.
Cuando entro voy a mi habitación para buscar el pijama.
Me dirijo al baño del primer piso pero está ocupado, entonces subo de nuevo y golpeo la puerta del otro baño.
-¡Ya salgo Matt!¡Deja de molestar!-me grita Ornella.
-Soy yo.
-Ah, lo siento.-abre la puerta riendo.
Dejo la ropa en un mueble y abro la canilla.
Me doy un baño rápido, y cuando salgo, ¡Aleluya!¡Hay toalla!
Me cambio y me cepillo el pelo solamente para evitar darle una mala impresión a Liverus, cuando ya tengamos más confianza voy a dejar de cepillarme el pelo, nunca lo hago.
-Leilani, a comer.-me llama mi hermano saliendo de su habitación.
Bajamos juntos, y cuando llegamos nos sentamos en el comedor.
La verdad es que el lugar no es muy alegre, lo único que hay en esta enorme sala es una mesa redonda rodeada de al menos doce sillas y un mobiliario con los vasos, copas, platos y utensilios.
Me acerco a la cocina.
-Liverus, te ayudo.-le digo agarrando dos platos y me sonríe agradecido.
Coloco un plato delante de Matt y el otro frente a Ornella mientras mi tío hace lo mismo con nuestros platos.
-Espero que disfruten la comida.-nos dice y levanta su copa de vino, lo imitamos pero con agua (obviamente).

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