Capítulo 20

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Ahora, ambos se encontraban acostados en la cama, compartiendo el reducido espacio como podían en un abrazo desnudo. Jack había quedado abajo, siendo rodeado por uno de los fuertes brazos de su amante que lo aprisionaba entre el colchón y él en sí. Estaban en esa posición desde hace aproximadamente media hora; el irlandés le acariciaba el antebrazo, y sus músculos faciales ya se estaban comenzando a cansar de tanto sonreír. Los enamorados predecían que pronto caerían dormidos.

El hawaiano comenzó a toser, rompiendo con la armonía silenciosa bajo la inminente oscuridad.

— ¿Estás bien? —se vio obligado a preguntar el despeinado de pelo verde, que ni se había dignado a reacomodar sus cabellos. Tampoco le importaba porque Mark se encontraba de la misma manera... Bueno, siempre tenía el pelo revuelto. Le quedaba lindo, según la opinión de Jack, y era genial ahora que podía quedársele observando sin parecer un raro.

—Sí, creo que —tosió una vez más, doble de fuerte que lo anterior— me contagiaste —terminó diciendo con voz rasposa.

—P-Perdón, no deberíamos haberlo hecho teniendo en cuenta mi estado...

—Pff, no digas eso. No me arrepentiría por nada del mundo, ni siquiera por enfermarme —tomándolo del mentón, depositó un dulce beso en sus labios. Jack cerró sus ojos por un instante, sintiendo el contacto como si fuera la caricia de una pluma—. Iré a beber algo a ver si se me pasa —con una sonrisa, se puso de pie pesadamente, dejándolo en soledad recostado en medio de la cama, entre sabanas revueltas.

Mirando al techo, trato de dormir. Habían muchas cosas revoloteando en su mente; todas cosas lindas. Hacía tiempo que no lograba eso: la paz consigo mismo. Pensó en él, y en un ataque de "necesito tenerlo a mi lado" y recordando sus caricias y besos, dio un pequeño gritito de alegría y se encogió tomando sus piernas y llevándolas hasta su pecho, terminando así en una posición de bolita.

Se sentía tan... Feliz. Contento. Amado.

Quería que ya volviera y se acostara a su lado.

Cuando oyó pasos que se acercaban, volvió a la posición original en la que estaba anteriormente.

—Em, Jack... —se adentró a la habitación ya vestido con pantalones largos, zapatillas, una camiseta y la campera para salir al exterior— tendré que ir a comprar algunas cosas, ¿estarás bien si te dejo solo? No será mucho tiempo, lo prometo.

—Sí, no hay problema. Ya no tengo ocho años —contestó, siguiendo el juego de "padre-hijo".

Mark, tal y como había dicho, se retiro rumbo al mercado más cercano.

La creciente soledad en el ambiente le quitó sin aviso los pensamientos lindos al irlandés, llevándolo de nuevo a lo que se estaba planteando anteriormente:

Los secretos.

No quería pensar en eso, pero si quería seguir adelante con Mark debía quitarse las dudas de una vez. Se levantó y se puso una camiseta de él porque, sinceramente, no sabía donde estaba la suya. Con eso y en calzoncillos, salió del cuarto. 

Se dirigió sin dudar a la sala de grabación, donde se encontraba el ordenador del dueño de casa encendido. Sentándose en la silla, comenzó a meter sus narices en los diferentes archivos y carpetas ubicados en el escritorio, topándose así con una carpeta que llamo su atención debido a la miniatura que mostraba. Abriéndola, se encontró con un montón de archivos .avi, que a juzgar por su extensión, se trataban de vídeos; cada uno nombrado con fecha y hora, como si hubieran sido creados por algún programa en especifico. 

Le dio doble click al primero. Era una grabación de un dispositivo que apuntaba directamente a la sala de estar. Mark se encontraba acostado e inmóvil sobre el sofá con Chica, posiblemente durmiendo. De repente, se ve como un haz de luz entra, juzgando por la ubicación, desde la puerta principal siendo abierta. Pasaron solo unos segundos para que él mismo apareciera en la escena. Se trataba de nada más y de nada menos de su llegada, días atrás.

Eso no le importó mucho. De seguro se trataba de una cámara que había instalado por mera seguridad. Sin embargo, no le basto. Siguió bajando en la carpeta, hasta encontrar uno en particular.

Era de noche. Nuevamente, él en escena, abriendo la puerta y quedándose ahí durante unos instantes. Era de cuando comenzó a tener aquellos ensañamientos mentales y que no sabía qué pensar al respecto de Mark. 

«¿Para qué querría él tener una cámara grabando en la habitación de invitados?» eso si le había dado el pie a las sospechas. Cerró la carpeta y ejecutó la ventana del navegador, que estaba convenientemente ya abierta en la bandeja de entrada de los mails de Mark. Era el apartado de "enviados". Los primeros se trataban de cuestiones de YouTube en sí, pero bajando más en la lista, se encontró con uno diferente a los otros, dirigido al mail de Félix.

Dudo en abrirlo, pero lo hizo. No podía contenerlo más.

Un archivo adjunto, con la misma fecha del último vídeo que había visto. El asunto del correo estaba en blanco, pero la descripción recitaba:

"Primer día. Creo que deberás ir depositando el dinero, ¿no crees?"

[Notas]

Helouu

Venía a decirles que ayer no hubo capítulo debido a que estuve todo el día arreglando lo de la compilación de one-shots que publiqué y bueno. Tuve que hacer la portada y revisar errores del primero que hice, y el día se me fue :( 

Pero como siempre, acá esta el capítulo, así que estamos a mano (?

Gracias <3

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