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⚡Capítulo 19⚡

[⚡ADVERTENCIA⚡]

LEMON. NADA MÁS QUE DECIR.

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Jack estiro sus brazos apuntando al techo, tensando sus músculos para después relajarlos.

— ¿Estás cansado? —preguntó Mark, acercándosele y tomándolo por la cintura—. La pasamos bien con los muchachos.

—Sí, tanto así que perdí las pocas energías que había acumulado —le sonrió, posando sus manos sobre los hombros del hawaiano.

Por su mente, pasó el vago recuerdo del silencio que se había dado entre ellos cuando él había vuelto de la cocina. Sus sospechas de que Mark le ocultaba algo volvieron.

Con cierta brusquedad, se zafó del agarre. El de cabellos rojizos tomó aquello como un signo de su cansancio, pero no era nada de eso.

Insistente, ahora lo había rodeado por la espalda, dándole la vuelta por sobre su vientre y terminando entrelazando los dedos encima de éste.

— ¿Que tal sí —apenas el comienzo de aquellas palabras le dio un lento y largo escalofrío al irlandés, helándolo— vamos a dormir?

Con tal invitación se sentía como una colegiala siendo seducida por el típico chico malo del instituto. Su mente era un revoltijo de dudas, ¿era el momento? ¿qué pasaba con sus sospechas?, ¿todo esto era para despistarlo?

Quería aceptar la propuesta, tenía miedo a darle un no y arruinarlo todo por su estúpida paranoia.

Pero las malditas dudas. Quería abofetearse también para así quitárselas de encima.

No hizo falta una bofetada para hacer que suceda. Sintió como los labios del ajeno comenzaban a recorrer su cuello hasta llegar a sus clavículas. De sus comisuras dejo salir suaves suspiros.

— ¿Te gusta? —susurro Mark con calma, comenzando a besar su oreja también con pequeños toquecitos que iban subiendo de nivel.

—S-Sí —respondió con cierta vergüenza, admitiendo que lo estaba disfrutando mucho. La situación en sí le seguía pareciendo extraña ahora que las cosas fluían entre ambos, y no podía evitar divagar y preguntarse si aquello era real o su mente le engañaba.

El hawaiano lo obligó a darse la vuelta, siendo ahora oprimido contra su cuerpo y encontrándose cara a cara.

Era real. Su mente no lo engañaba; tan solo, no lo procesaba del todo.

—Hey, disfrútalo —dijo el de ojos rasgados, para proseguir con un beso potente que el otro recibió y correspondió de la misma manera. Las cosas iban subiendo de temperatura, viéndose obligados a separarse para apoyarse en alguna parte porque no podrían estar mucho tiempo más simplemente parados sin caer al suelo por el impulso que los recorría de pies a cabeza.

Jack, yendo marcha atrás, terminó topándose con la mesada de la cocina, y apoyando sus glúteos sobre ella con un saltito, quedó un poco por arriba de la cabeza de Mark y mirándolo hacía abajo. Tomó su rostro con ambas manos, acariciándole la barba y las patillas.

—Siempre pensé que eras muy lindo, aunque antes me parecía raro así que recurría a chistes para cubrirlo —comentó el de cabellos verdes, observándolo con sus ojos cristalinos—. Estoy feliz de que no tenga que ser más de esa manera.

—Jack, tú eres muy lindo para este mundo —respondió el semi asiático, besándolo con una sonrisa.

Otra vez, la desesperación de tenerse el uno al otro. Jack lo tomó de la camiseta, acercándolo más, separando un poco sus piernas para hacer posible el contacto de manera más cómoda. Mark acariciaba sus muslos, escurriéndose luego en la bragueta y bajándola para hacer más fácil el despacho de la prenda.