Mi pequeño acto de rebeldía.

Cap. 3

Todo va bien...

Cepillé mi cabello y deje unos mechones algo descuidados adelante. Tomé mi bolso y las llaves, abrí la puerta de mi habitación eché la vista afuera, mi hermano y su amigo no estaban por allí. Estaba intentando escabullirme de mi propio departamento sin que los dos ebrios notaran mi presencia.

Mientras me dirigía al estacionamiento en busca de mi auto, recordé el acuerdo al que había llegado con mis padres, ellos vendría al apartamento cada tres semanas para asegurarse de que todo estuviese yendo bien, y si mis cálculos no me fallaban estarían en casa en pocas horas.

***

En la universidad no siempre me tocaba sentarme junto a la rubia que ponía mala cara al verme. Me parecía tan estúpida su actitud. Mis objetivos estaban muy claros, yo no era la más popular, ni la nerd o una rechazada social. Me importaba muy poco lo que pensaran de mí en ese lugar, sólo me importaba aprobar mis clases y hacer algo para mí, que valiera la pena. Todo lo demás, las cosas insensatas que planeaba no tenían nada que ver con mis planes profesionales a futuro.

La clase duró aproximadamente una hora y media, todo ese tiempo noté que uno de mis compañeros (que no estaba nada mal, por cierto) no me quitaba la mirada de encima. Sus ojos eran de un azul intenso, no podía disimular que quería jugar con su mirada y el mechón que caía en su frente.

Al terminar la clase salí rozando el brazo de aquel muchacho, de una manera algo brusca, así que camine de prisa evitando que tuviese tiempo de decir algo, y como en la universidad no había nada que me causara ganas de permanecer allí fui en busca de mi auto para conducir lo más pronto posible a casa.