Conversaciones incómodas.
Gustavo se sentó a mi lado durante el almuerzo y toda mi piel se sentía en llamas, tuve que disimular mi repentino nerviosismo sólo concentrándome en mi "súper saludable" almuerzo.
— Estás muy callada Miranda — dijo mi madre con la mirada fija en mí, estudiando cada centímetro de mi rostro.
— Me concentro en comer Novali, sólo eso.
— ¿Tus finanzas están bien? Hace un mes sobregiraste la última de mis tarjetas, ya no más.
— Si tanto te molesta mamá, buscaré un empleo de medio tiempo. Es lo que los jóvenes de mi edad hacen, ¿no?
— Vamos mujeres — dijo Will con una mirada algo incómoda — nuestro invitado lo está presenciando todo.
— Que va amigo, las discusiones familiares son mi tema de conversación favorito.
No pedía creer lo que acababa de decir, la cara de mi madre era un poema y yo estaba casi segura que tenía una sonrisa de tonta dibujada en mi rostro.
— Creo que se nos hace tarde hijos míos y... Gustavo — dijo mi padre con una sonrisa.
Jamás me sentí más aliviada, el departamento libre de padres y conversaciones incómodas era justo lo que me hacía falta. Mi padre me dio un súper abrazo de oso y besó mis mejillas, mi madre lanzó un beso al aire y salió por la puerta, con el hermoso sonido de sus perfectos zapatos de tacón y su muy bien estilizado cabello.
Antes de que mi padre saliera, Will y yo suplicamos por más visitas.
— Papá, ven más seguido, pero claro no te molestes en traer a tu querida esposa.
— ¡Miranda! es tu madre.
— Pues, creo que deberías recordárselo a ella papá —. Termino por responder Will.
Los dos nos despedimos y regresamos con Gustavo que aún seguía sentado en la mesa...
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Mi pequeño acto de rebeldía.
Teen FictionEstoy enamorada del mejor amigo de mi hermano. Él también está enamorado de mi. Tengo 18 años y el 26. Mi hermano me trata como una niña, quiero dejar de ser la princesa de la casa y seducirlo a él sera mi pequeño acto de rebeldía.