BROOKE
Ya era la hora de la cena, y, como de costumbre, fui a ayudar a cocinar. Pero ya había tres hombres haciendo sopa-de-no-se-qué. Seguí de largo y solo los saludé con una sonrisa.
En el patio ya se empezaba a notar un aire tibio, me gustaba. Era un buen ambiente para leer, lamentablemente con tantas personas en la casa y tanto ruido, tendría que buscar otro lugar.
-¿Te vas a quedar ahí o vas a venir a ayudar a preparar la mesa?-No tenía que darme vuelta para saber que era Alexander, el tonó suave pero agresivo de su voz ya se había acostumbrado a mi oído. Sin darme vuelta, levanté mi dedo del medio.-Esto ya se está tornando repetitivo, ¿Vas a venir o no, llorona?
-Púdrete.-Le dije mientras caminaba hacia el bosque. De todos modos, el olor a esa sopa había quitado mi apetito. Extrañaba el estofado de Jack.
-Oh, vamos. No te puedes enojar por eso, todavía no te he dicho los otros apodos que me inventé para ti.-Me detuve y me di la vuelta-¿Quieres escucharlos? Bueno, ¿Qué tal si empezamos con monstruo?
Mis ojos se abrieron como platos ¿había escuchado todo lo que le había dicho a Mike?
-Para que te enteres, ahora vives rodeada de "monstruos", podemos escuchar mejor que los humanos ¿recuerdas? Cuando Daphne te escuchó, se largó a llorar. Si vuelves a mencionar esa palabra...-Frunció su ceño, antes de darse la vuelta.
De acuerdo, me lo merecía por haber hecho a su hermana llorar, ella era realmente buena y no me había hecho nada. Di una mirada al bosque, no tenía idea porque estaba caminando hacia allí, supongo que era la costumbre.
Volví a entrar para disculparme con Daph y, en vez de la redonda y pequeña mesa, había una rectangular y mucho más grande. Era una simple mesa, lo sé, pero el que no estuviera allí me recordó a Jack. Yo quería mi mesa, quería la mesa amarillenta, manchada en un borde, y astillada en una pata.
-Qué bueno que nos quieras acompañar.-Dijo Mike dejando un plato en frente de una silla vacía. Me senté y los observé a todos.
En la cabecera, se encontraba Mike y a su derecha, estaba Luke. Él era un poco canoso, y tenía una barriga que llegaba hasta el borde de la mesa. Su piel era bronceada y en su cuello llevaba un collar que no logré distinguir que era, se ocultaba dentro de su camisa manchada. Cuando se rió de algún comentario hecho por alguien, noté que le faltaban algunos dientes y que un bigote un poco mal recortado iba sobre sus labios. Por un momento recordé a un lobo color canela.
Una patada llegó directo hacia mi rodilla. Miré hacia el frente, y por supuesto, Alexander lo había hecho.
-Observar a las personas es de mala educación.-Ni siquiera lo había dicho en voz baja y tampoco me miró para decírmelo. Miré el resto de la mesa pero nadie parecía haber escuchado, la única que se percató del comentario fue Daphne quien se reía con una mano en su boca.
Durante la cena, no dije una palabra. Los demás seguían riendo sobre los chistes malos que hacia Tom, quien era un tipo muy agradable. Al terminar de comer, me ofrecí para lavar los platos, por lo menos estaría distraída por cinco minutos.
-Yo te ayudo.-Dijo Daphne mientras ponía las sillas arriba de la mesa para barrer las migas de pan que habían caído.
Mientras yo lavaba, ella secaba los platos.
-Qué bonito anillo.-Le dije para romper el silencio. Era de un brillante color azul.
-Gracias, era de mi madre.-Me miró y me regalo una sonrisa.
Dejé el plato y traté de disculparme lo mejor que pude.-Daphne, lo que dije hace rato...yo no quería que nadie escuchara...
-No hace falta, Brooke. Yo también demoré en aceptar todo esto. En tu caso, tuviste a Jack para que te acompañara en todo y que ahora se marchara...sé lo que se siente.

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She wolf
WerewolfHace tres años la vida de Brooke cambió completamente. No solo perdió a su madre, si no que cada invierno se perdía a si misma encerrada en el cuerpo de una loba. Pertenecía a una manada, pero cuando era humana, sólo contaba con su padre y Mike, el...