Capítulo 21

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BROOKE

Unos días luego del incidente, un nuevo miembro llegó a la manada. Al parecer, Mark elegía vagabundos al azar y simplemente los mordía. Ver su primera transformación hizo que mi estómago se revolviera y lanzara todo lo que tenía dentro, como sus huesos y su piel iba deformándose de a poco y como sus gritos de dolor ahuyentaban a los pájaros.

Ninguno sabía cómo se llamaba este tipo, y a nadie parecía importarle.  Lo único que le dijo nuestro alfa fue que debía seguir nuestro ritmo o de lo contrario, sería asesinado.  Y lo intentó, yo creo que de veras lo hizo, pero en algunos las transformaciones son realmente dolorosas y este no lo pudo lograr y terminó ahorcándose en un árbol. Lo encontramos a los días, y Mark explotó de ira diciendo que tendría que volver a traer a otro tipo.

Lo que no me esperaba, es que esta vez se saliera de su molde y trajea un adolescente. También pertenecía a las calles pero sus ojos me miraban desde el suelo pidiendo ayuda, mientras su cuerpo temblaba de miedo. La sangre ya se encontraba seca en su pantalón, dónde Mark lo había mordido. Me agaché a su lado y me quedé junto a él, asegurándole que todo iba a estar bien.

Su transformación no fue muy diferente que la del tipo anterior, pero me dolió en el corazón saber que un chico como él no volvería ser el mismo.

Cuando volvió a ser humano, me adentré a su carpa y lo encontré llorando. Quiso ocultar su rostro detrás de sus manos, pero volví a acercarme a él y acaricié su pelo.

-Brooke.-Dije, señalándome. Sabía que luego de transformados nuestros sentidos pueden estar un poco mareados. Él asintió, como si entendiera, pero no me respondió con su nombre.

Recordé como Mike había estado cerca de mi en todo momento y como me había explicado todo lo que comenzaría a cambiar a partir de este...acontecimiento. Pero el chico no tenía a nadie para eso, porque a Mark no le interesaba ese tipo de vínculos con su manada. Cada uno estaba a la deriva, y debías ser fuerte o enfrentar la muerte.

Por eso, me dediqué a cuidar de él todo lo que podía. Lo primero que le dije fue que debía guardar silencio y obedecer a Mark en todo lo que dijera. Lo único que él hacía era asentir y yo no estaba del todo segura que comprendiera lo que le decía. Tampoco sabía del todo cual era su estado mental antes de la mordida, pero seguro su mente terminó de arruinarse a partir de eso.

Ahora, nos encontrábamos cazando. Llevábamos varios días en aquella forma y no sabía cuánto más podría soportar el chico. Cada vez se hacía más lento y eso no hacía más que enojar a Mark. Evité varias veces que lo matara, pero no sabía cuantas más podría lograr.

El sonido de un tiro atravesó el silencio, haciendo que nuestra presa saliera despavorida. El disparo había venido de lejos. Mark salió corriendo al lugar desde dónde había provenido y cuánto más nos acercábamos, más sentía aquel aroma en el que tantas veces quise impregnarme.

De repente, Mark paró de golpe y todos lo hicimos. Observamos a una manada corriendo hacia nosotros, y más sonidos de disparos detrás de ellos. En todos nosotros, la risa macabra de nuestro alfa retumbó, diciéndonos que debíamos estar listos para luchar.

Lo miré, y luego hacia atrás, donde el chico apenas podía estar de pie. Los otros ya estaban con sus dientes fuera, listos para lo que sea.

La otra manada finalmente quedó frente a nosotros, y sus posturas eran idénticas a las nuestras. Pude reconocerlos a todos, como si frente a mi estuvieran paradas las figuras humanas. Mike, en el medio. Alexander, a su derecha y su hermana detrás de él, junto a David. Luke y Tom se encontraban a la izquierda.

She wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora