Capítulo 14

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BROOKE

Mike estaba esperando del otro lado de la puerta, pero romper aquel abrazo significaría afrontar la realidad de lo que hice y no sabía si estaba preparada para hacerlo.

-Tranquila.-Susurró Alexander a mi oído, acariciándome la espalda, como hizo horas antes.

Sin previo aviso, me soltó y sin mirar hacia mi dirección, abrió la puerta y desapareció para dejarme vestir a solas. Los escuché intercambiar algunas palabras pero el aturdimiento todavía cegaba mis sentidos. Me vestí lo más lento que pude, intentando retrasar el hecho de dar la cara al Alfa. Primero, porque no sabía porque demonios me había transformado, y segundo, porque el ataque al chico solo agravaría las cosas para todos nosotros. Había puesto en peligro la manada por no saber contenerme.

Mike aún se encontraba esperando en el pasillo, cuando por fin me digné a salir del baño.

-Lo siento tanto.-Fue lo primero que salió de mi boca.-De verdad, no entiendo que pasó...no lo sé, estaba bien un segundo y luego...y luego escuché a una chica gritar...-Tapé mi boca recordando lo que había hecho, de nuevo. No podía formar frases coherentes.

Mike se apiadó de mí y palmeó suavemente mi hombre. Lo seguí hasta el despacho, donde él se apoyó en el escritorio y yo me desplomé en la silla.

-Alex ya me ha contado que ha pasado. Te detuviste, Brooke. Eso es lo importante, muchos de nosotros no tuvimos esa capacidad.

-Alex dijo algo parecido. ¿Quiere decir que él mató a alguien? ¿Tu también?

-Yo no puedo responder eso, pero sí puedo decirte que yo lo hice.-No era nadie para juzgarlo, así que sostuve su mirada, esperando a que contara algo más.-Fue hace muchísimo tiempo pero es algo que recuerdas toda tu vida. De todas formas, es algo que nos toca hacer en algún momento y me gustaría que estuvieras preparada para hacerlo y no sentirte culpable luego.

-¿Cómo que es algo que nos toca hacer? ¿Matar a alguien es parte de esto? –Señalé el espacio entre nosotros.

-Puede tocarte pelear con alguien como nosotros en forma humana, y esa persona no tendrá piedad en que seas solo una niña loba sin experiencia en pelear. Anoche, la loba que hay en ti demostró ser fuerte, ser dominante. Pero recuerda, nuestro animal no nos puede poseer, nosotros, Brooke y Mike, somos quienes debemos de ocupar la mente del lobo. Si no, cosas como estas suceden. O en extremos, cosas como le pasó a mi hermano.

-Déjame ver si entendí...si dejas que tu animal te posea, ¿puedes no volver a convertirte en humano?

-No es exactamente así. Ponlo asi: es como si un enfermo mental o un prisionera saliera a la calle luego de 20 años encerrados. Estaría fuera de lugar y desorientado, seguramente con comportamiento errático y violento.

Solamente asentí con mi cabeza, esta información era nueva para mí pero sin dudas las tomaría en cuenta. Ya no solo debía entrenar físicamente, si no también estar preparada para luchar contra la loba por el dominio de mi mente. En inviernos pasados, eso no había sido problema alguno, pero esta noche demostró que no era tan estable como pensaba.

Mike continuó explicándome que el ataque salió en las noticias, y la caza de lobos había ganado más fuerza. Estaban cerca de conseguir las firmas necesarias para salir al bosque portando armas.

Una vez fuera, estiré mis brazos por mi cabeza, bostezando y sintiendo un gran cansancio. La cama parecía un lugar lejano para mi ahora, y entré a la primera puerta que crucé.

Acurrucándome en uno de los colchones que había en el piso, supe dónde había ido a parar: su olor estaba impregnado en todos lados. Sin fuerzas para levantarme, y dejándome rodear por su aroma, cerré mis ojos para dormirme lentamente.

ALEXANDER

Luego de dejar a Brooke en el baño, le conté a Mike lo que había sucedido aquella noche y confirmó lo que temía: Brooke se había transformado porque no había sido capaz de controlar sus hormonas lobunas. Mike dijo que algo había detonado aquella segregación desmesurada y por eso había sucedido.

-Deberíamos decirle la verdad. Si supiera qué pasa, tal vez sería más fácil para ella controlarse.-Mike me cayó con la mirada, y el lobo en mí se silenció en respeto al alfa. Con un gesto de su mano, me ordenó que desapareciera y eso hice.

Fui en busca de Daphne y la encontré durmiendo en la cama de Brooke, todavía vestida y con el maquillaje corrido. La dejé estar y tomé la oportunidad para husmear por la habitación de su amiga.

Tenía sus estanterías llenas de libros, algunos apilados en el suelo por falta de espacio. Dos en su mesa de noche, y otro sobre el escritorio. Su ropa estaba acomodada en un extraño desorden, y su ropa interior mezclada con sus calcetines. Luego, me miré en el espejo que tenía en su cuarto. Noté que había pegado algunas fotografías allí: una era de su madre, una hermosa mujer. Otra, era de ellas riendo mientras tomaban un helado. Faltaba otra más, lo pude notar porque había un pegote en el espejo reciente. La encontré en el cesto de basura, arrugada. Era ella y Jack. La volví a dejar donde estaba cuando Daphne murmuró algo por lo bajó y siguió durmiendo.

Todo el cansancio acumulado ya me estaba afectando, y me dirigí a mi cuarto. La sorpresa fue bienvenida, pero no sabía que hacer. Brooke estaba durmiendo profundamente en mi cama. Me senté en la cama de Tom, que quedaba frente a la mía y la observé. Sus pestañas creaban una graciosa forma bajo sus ojos, y sus labios estaban un poco entreabiertos, instando a devorarlos de un bocado. Agradecí a mi vista lobuna por hacerme notar esos pequeños detalles.



Froté mis ojos, no queriendo dormirme y perderme el espectáculo que daba Brooke con solo respirar. Decidí acomodarme junto a ella, envolviendo mi brazo sobre su cintura, atrayéndola más a mí. Comencé a acariciar su brazo, y acomodó su cabeza en mi pecho. En ese momento, podría haber jurado que nuestras respiraciones iban acompasadas y que si pudiera, viviría así toda la vida. Intenté con todas mis fuerzas mantenerme despierto un rato más para luego ir a dormir a la cama de Tom, pero estar rodeado de su dulce aroma hizo que todo en mí se calmara. Dios se apiade de mi cuando despierte por la furia de la pequeña Brooke.

She wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora