Sentí un escalofrío seguido de un cosquilleo que recorrió mi cuerpo por completo, su brazo sujetaba mi cintura presionandome contra él, mis lágrimas escaparon solas mientras, estaba inmóvil no podia moverme, me tomó de mi cabello inclinando mi cabez...
En mi mente repasaba una y otra vez lo que había sucedido pero no encontraba explicación. ¿Qué sucedió? ¿porqué su sangre se sintió diferente? ¿y porqué diablos simplemente no bebí toda su sangre y la maté?
-¿crees qué es mejor qué te mate con fuego o sacandote el corazón?-
-¡si como quieras!- no había escuchado de que me hablaba.
-¡Etham!- Albert gritó mi nombre.
-¡Qué! ¿Qué sucede?- ahora si pude prestarle un poco de mi atención.
-¿no escuchaste ni una palabra no?- mi hermano me miraba confundido.
-¡lo siento!- no podía mentirle, me sentía un enfermo psicópata pensando en ella.
-¡te dije que Trevor vendrá a casa! Esta de paso por la ciudad y me llamó así que le dije que pasará a visitarnos- Trevor es un vampiro, tiene más o menos mis años de convertido es como un hermano para nosotros.
-¡será gratificante ver a nuestro amigo!- dijo Nicolas sonriendo y sentándose cerca mio.
-¡perdón!- sólo esa palabra fui capaz de decir, pedir disculpas para mi no era fácil y él lo sabia.
-¡está todo bien Etham!- me sentí aliviado al saber que mi hermano aún comportandome como un idiota perdonaba mis arranques de locura.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿A que hora llegará Trevor?- preguntó Nicolas.
-¡me dijo que pasado el medio día! ¡además dijo algo de una sorpresa!- los tres nos miramos confundidos ¿cuál seria esa sorpresa?
Pasamos la mañana ordenando y limpiando a fondo la casa ¡no es como si estuviera sucia! Pero como vampiros todos nuestros sentidos están super desarrollados y vemos mucho más que la vista humana.
El mediodía pasó muy rápido y aunque no quisiera mi lengua aún seguía saboreando su sangre, y su aroma estaba impregnado en mi.
El timbre anuncio la llegada de nuestra esperada visita.
-¡Muchachos los he echado de menos!- nos dijo un alegre Trevor, para luego darnos un abrazo a cada uno.
-¡no sabes lo feliz que estamos de verte ha pasado mucho tiempo!- le dijo Nicolas mientras lo invitaba a pasar ya que ante la emoción no nos habíamos movido del umbral de la puerta.
-¡ho! Un momento, ¿se acuerdan que les hable de una sorpresa?-
-¡claro he estado pensando en ello toda la mañana!- Albert podía ser tan sincero y directo como yo.
-¡no me digas qué es ese auto que te gané a las cartas que aún me debes!- los dos nos reimos al recordar esa noche cuando nos conocimos y le hice trampa a las cartas, otro me hubiera dado la golpiza de mi vida en cambio el se hecho a reir, yo no entendía que diablos le pasaba, luego me dijo que me había visto en una visión y sabía que le haría trampa, pero que desde ese día seríamos amigos él , mis hermanos y yo ¡y así fue!
