Prefacio {Editado}

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A mi padre le dieron la oportunidad de trabajar en una escuela para niños mimados y ricos en dónde la pagaran mejor y tendrá un horario flexible. Lo que más les gustó a mis padres de esta oportunidad es que me dejarán entrar a esa escuela por ser hija de un empleado con una beca muy alta, aunque al principio aún no podíamos pagarla mis calificaciones terminaron de subir la beca y podré entrar con una beca casi completa.

Al principio patalee, chillé, grité y aún así no pude evitar que me mandaran a esa escuela. Mis padres me dijeron que es una oportunidad enorme para poder tener un mejor futuro que la escuela a la que iba en dónde cada vez más compañeras quedaban embarazadas y solas. No quería admitirlo, pero siempre quise tener una mejor educación y con el tiempo supe que era la mejor decisión que pude tomar.  

Los pocos amigos que tenía al enterarse de mi cambio de escuela me dejaron de hablar. Al parecer no les gustó el hecho de que me voy a ir a una escuela de niños mimados y fresas, para aprender además otros idiomas, el francés e inglés. Se supone en mi escuela tomabamos inglés, pero ni los maestros sabían inglés, menos los alumnos íbamos a saber. Mi hermano, que le fascinan los idiomas, me enseña este verano francés para no verme tan idiota el primer día de clases. La escuela empezará el 1 de septiembre, según mi papá tendré muchas vacaciones, sin embargo tendré que estudiar mucho y participar mucho para seguir manteniendo la beca completa.

Faltan dos semanas para entrar a esa escuela de mimados y riquillos, o como les decía con mis amigos, los whitexicans. Sólo espero que los chicos que estén en la escuela no sean igual de fresas que los que pasan en televisión y ve mi hermana mayor. Seré el bicho raro de la escuela, contando además de que llegarán con chófer ellos y yo llegaré en metro. No tenemos coche, mi papá dice que no nos podemos permitir ese gasto, porque tenemos que pagar la guardería de mis hermanos pequeños y los gastos de la casa y de mi escuela, porque no dan todo gratis. Se me hace justo, además desde pequeña viajo en metro, no me será difícil ir. 

Aunque tenga de levantarme a las cuatro y media de la mañana para poder llegar temprano a la escuela. Los cálculos de mi papá nunca fallan, llegaremos a las siete y cuarto de la mañana si nos levantamos a las cuatro y media y nos vamos de la casa al cuarto para las seis. Entro a la escuela a las ocho, dios, ¿Qué haré todo ese tiempo que estaré afuera de la escuela? Usualmente me despertaba media hora antes de entrar a mi antigua escuela, porque está a solo tres calles de mi casa. Será la primera vez que vaya tan lejos a esudiar. Me sentía como esas películas que la protagonista tenía que viajar tres horas para ir a su escuela.

Mi hermano mayor, Tomás, estudia idiomas. Es castaño, piel bronceada, ojos cafés, alto, flaco hasta dar envidia, muy inteligente y al parecer guapo. Su novia Gertrudis estudia biología, están juntos desde el primer año de universidad y hasta ahora siguen juntos, felices y amándose. 

MI hermana mayor, Leticia, estudia actuaria. Es castaña clara, piel blanca, ojos cafés, alta, flaca que la han confundido con una chica anorexica, muy inteligente con los números y muy linda. Su novio Mateo estudia actuaria como ella, se conocieron en la universidad y se hicieron novios hasta hace dos meses. Es melliza de Tomás, ambos tienen 20 años. 

Y luego estoy yo, Citlali, empezaré tercero de secundaria. Soy castaña, piel morena, ojos cafés, chiquita a diferencia de mis hermanos, no soy flaca, tengo mis kilitos de más sin verme gorda, y no tengo la menor idea en lo que sea buena. No tengo novio, soy solita, es más, ni mi primer beso he dado, sólo me gusto un chico en la vida y tenía cinco años, le declaré mi amor y me rechazó. Tengo 13 años, el primero de noviembre cumpliré catorce. 

Mi mamá se llama Katia, tiene 43 años. Es castaña clara, piel blanca, ojos cafés y es maestra de kínder cerca de la casa. Está casada con mi papá desde los 20 años y se siguen amando como recién casados, parece que no han tenido a los monstruos de mis hermanos y la hermosa bebé que soy yo. 

¡Casi se me olvida! Tengo unos mellizos de tres meses de edad. Mis hermanos menores, Ariadna y Paúl. Mi mamá está en su retiro de maternidad, regresará a trabajar el 1 de septiembre como yo al kínder. Mis hermanos menores los llevara a la guardería porque mis abuelos ya no pueden cuidar niños tan pequeños, de hecho, nosotros tenemos que ir a ayudarles a hacer muchas cosas a su casa. Siempre me ha parecido tierno como mis abuelos cuidaron a mi madre, luego nos cuidaron a nosotros y somos nosotros los que ahora los cuidamos a ellos.

En total somos cinco hijos. Nuestro apartamento tiene 3 habitaciones, comparto habitación con Leticia y como Ariadna duerme ocho horas de corrido ya duerme con nosotras. Tomás y Paúl comparten cuarto, pobre de Tomás, Paúl lo despierta cada tres horas para que le cambie el pañal o para que le den de comer. Sí, hasta eso Tomás trata bien a Ari y Paúl, con Leticia y yo es un tonto. 

Esta es mi familia. 

La chica pobreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora