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—Jóvenes, a partir de aquí ninguno puede alejarse, no lo digo porque haya algún monstruo por aquí. Simplemente es un lugar donde pueden perderse en un abrir y cerrar de ojos.

Derek y Sophie asintieron al unísono.

—¿Entonces porque trae esa arma? —preguntó en voz baja Sophie.

—No lo sé y ya deja de hacer preguntas.

La entrada era algo estrecha; el bosque estaba dividido por una cerca.

—Esto fue una mala idea, no debí venir —dijo Sophie a las espaldas de Derek.

El moreno puso sus ojos en blanco y se giró para observar a la chica quien estaba teniendo problemas para cruzar.

—¿Qué demonios haces ahí?

—Mi ropa está atorada con este alambre —respondió.

Derek fue hasta ella refunfuñando. Sabía que los bosques y mujeres no eran una buena combinación.

—Te dije que no debías venir.

—Ya estoy aquí, lo menos que puedes hacer es ayudarme.

La blusa de Sophie estaba atorada con una de las púas que sobresalían del alambre enredado por la estrecha entrada. Derek después de varios intentos logró liberar la tela.

—Listo.

Ella caminó alejándose de aquella horrible cerca y el pequeño boquete que permitía el acceso al bosque.

—De nada —dijo Derek.

—¿Dónde está ese hombre?

—No lo sé, estaba justo allí —señaló un pequeño sector frente a ellos donde segundos atrás él estaba.

—Debiste pedirle que esperara.

—¡Oh esto es perfecto! —exclamó con ironía mientras daba vueltas en el mismo sitio.

—¿Y ahora qué?

—¡Te dije que te quedaras en casa!

—Oye tranquilízate, no me hables así.

—Es que esto es por culpa de tu necedad —le dijo con enojo.

—¿Mi necedad?

—Siempre actúas como si nada pasara. —la miró con rabia—. ¡Reacciona! Esto no es un juego, estamos en una situación seria. Sam murió, Ian puede estar cerca de lo mismo y tú estás tranquila como si nada.

—No estoy tranquila, solo trato de ayudarte. ¿Crees qué estoy en paz luego de esa noche cuando encontramos a Ian debajo de su cama? Pues no, no lo estoy.

—Pues deberías demostrarlo, estoy harto de tu actitud, nunca debí pedirte ayuda en esta jodida situación.

—No debiste pero lo hiciste.

Derek miró a los alrededores del sitio pero no había señal del hombre con aspecto campesino.

—Vete a casa, yo seguiré.

—Como quieras —dijo ella en voz baja.

Derek se quedó sorprendido ante su repentino cambio de actitud, por un momento creyó que seguiría negándose.

—¿Sabes qué Derek? —preguntó ella girándose —vete al diablo, te odio como no tienes idea.

—Eres tan bipolar —dijo él elevando sus cejas.

—Mira quien lo dice.

—No seas infantil y regresa a casa, no quiero perder más tiempo.

—Por supuesto que regresaré a mi casa, eres un idiota —le dijo con enojo.

Hannah [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora