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El sonido que causaba el tacón del zapato de la joven mujer era lo único que se escuchaba mientras avanzaban por un largo pasillo. Derek sintió miedo acerca de la clase de preguntas que podría llegar a realizar, o en el peor de los casos; que estuviese al tanto sobre Hannah y los implicados en la situación.

Todo se hizo eterno para Derek mientras cruzaban por diversas puertas. Se tranquilizó un poco cuando ingresaron a una definitiva oficina.

Derek se mantuvo en la puerta mientras observaba como tomaba asiento.

—Puedes sentarte, tenemos mucho de que hablar.

Sus palabras hicieron crecer el extraño nudo en la garganta que estaba sintiendo. Los nervios no tardaron en hacerse presente para arruinar cualquier cosa que estuviera por salir de su boca.

—Bien —dijo acomodándose en el asiento—. Mi nombre es Jessica Finlay, cuido de Gretta desde hace unos años. Jamás había escuchado sobre ti.

—Conozco a Hannah desde primer semestre, somos amigos.

Derek esperó a que dijera algo, pero su boca se mantuvo cerrada.

—Necesito hablar con Gretta, he estado perdiendo la cabeza estos días con el tema de Hannah —confesó.

El miedo seguía presente, recordándole que cualquier cosa que no concordara, podría arruinar su plan de engaño.

—¿Qué te hace pensar que ella puede saber? no era justo que llegaras aquí y crecieras sus dudas. Me he enterado que una de mis compañeras no estaba al tanto de mis ordenes y te dejó verla.

—¿A qué dudas se refiere? —preguntó confuso.

La mujer pasó las manos por su rostro y soltó un suspiro.

El sonido del reloj marcando cada segundo con una de sus manijas, se escuchaba de fondo. Era un sonido que inquietaba a Derek.

—Vine hoy por la mañana, Gretta comenzó a hacerme preguntas acerca de Hannah, hicimos un gran esfuerzo para convencerla de lo que había visto en las noticias solo era un error. Tu visita la afectó.

Un sentimiento de culpabilidad le invadió al saber que había sido uno de los causantes de su intranquilidad.

—Estuve de viaje durante meses, llegué a Toowoomba hoy por la mañana. Mi trabajo es algo que no permite estar aquí todo el tiempo. El tutor de Hannah me llamó en mi estancia fuera de Australia para informarme sobre su repentina desaparición, decidimos guardar el secreto para no alterar la salud de Gretta. Eso lo acabas de arruinar.

—¿Por qué mentirle? ella merece saber la verdad acerca de lo que sucede, quizá sepa algo que pueda resolver el caso.

Derek hizo su mejor esfuerzo por no parecer desesperado, pero ciertamente; todo podría salirse de control en cualquier momento.

—No sabe nada, sigue creyendo que Hannah solo fue hacer un largo viaje, tal y como lo dijo en su última carta. Cualquier fuerte emoción podría matarla.

Sus palabras solo confundían más a Holmes quien empezaba a armar y desechar teorías en su mente.

—¿Entonces ya la policía y su tutor saben acerca de la vida de Hannah?

Jamás se había detenido a pensar si el hombre estaba al tanto del supuesto viaje de la joven, pero eso tiene una poca probabilidad al recordar como aseguraba que el peso de Derek sobre el caso era real.

—No sé a lo que te refieres —dijo ella.

—Usted debe saberlo, debe saber que Hannah mantenía un extraño secreto que pocos sabían, y estoy seguro de que ese secreto significa mucho para explicar su desaparición.

Una expresión de asombro se alejó en el rostro fino de la mujer frente a él.

—¿Cómo sabes eso?

—Fui amigo de Hannah, lo sospeché desde hace mucho, supe que algo no estaba bien con ella.

Quitó sus anteojos y los dejó con delicadeza sobre el escritorio. Se levantó de la silla y empezó a dar pequeñas vueltas por su zona.

—¿Hannah te habló de Gretta?

Derek pensó en Ashley y su importancia en la situación, pensó en no mencionarla, pero si no lo hacía podría llegar a tener problemas.

—Después de que no supiéramos a donde había ido, Ashley me habló sobre la señora Miller y decidí venir hasta aquí, necesitamos saber que está pasando.

Se detuvo, colocó sus manos en el escritorio y se inclinó un poco. Miró a Derek con detenimiento.

—Jamás revelamos detalles de la vida de Hannah, ni siquiera Grant quien es su tutor lo sabe. Es un secreto que pertenece únicamente a ella y a Gretta, no puedo dejar que alguien más lo sepa, al menos no hasta que Hannah aparezca.

—¿Aparecer? ¿Cuándo? —preguntó incrédulo.

—Hannah prometió que llamaría.

—Ha pasado demasiado tiempo desde eso, y usted lo sabe. Su tutor la busca porque ni siquiera tiene conocimiento de su vida pasada y del repentino viaje que usted mencionó. ¿Por qué lo hacen? —preguntó con algo de exaltación.

Derek supo que su tono de voz se estaba elevando y decidió hacer algo al respecto.

—Lo siento —se disculpó.

No solo se encontraba a sí mismo desesperado, era algo más, y ese algo se debía a que todos ellos aún guardaban la probabilidad que Hannah viviera, mientras él sabía que eso no podría ser así.

—No tienes que hacerlo —dijo—, Gretta estaba pensando en decir todo a Grant desde la primera vez que vio la noticia en la televisión. Yo la convencí a través del teléfono que todo pasaba solo por el hecho de que Hannah decidió irse sin hablar con nadie, que era cuestión de tiempo para que supieran que ella estaba bien. No he podido hablar con Grant desde hace varias semanas.

Se sintió realmente afortunado de que la mujer no tuviese conocimiento acerca del caso de Hannah. Aquello significó que aún le quedaba tiempo.

—¿Por qué no se lo dijo a él? —preguntó.

—Solo quería alejarlo del asunto, quería protegerlo como estaba haciendo con todos sus amigos y Gretta, ella sabía que Grant se metería en sus problemas y su ayuda solo lo terminaría perturbando como lo hizo hace mucho años con mi ahora paciente.

Todo empezaba a encajar. Las confesiones de Ashley tenían sentido. Derek se removió en su cómodo asiento mientras trataba de procesar la información y pensar de forma en correcta con ella.

—¿Qué es lo que la acosaba? ¿Qué sucedía con Hannah? ¿Por qué actuaba de esa forma?

Las interrogantes salieron una tras otra sin poder contenerlo. Derek necesitaba respuestas o explotaría.

—No soy yo quien deba decirlo. Además, no sé mucho acerca del tema.

Unos golpes en la puerta rompieron la tensión por completo. Un hombre ingresó poco después de su llamada a la puerta.

—Doctora Finlay, la señora Miller necesita hablar con usted —anunció.

Hizo un movimiento de cabeza que daba a entender con perfección que había captado su mensaje. El hombre abandonó la pequeña oficina.

—¿Por qué debería dejar que la veas?

—Porque sus amigos necesitamos saber lo que sucedió, porque sé que usted también necesita saberlo y la policía no puede obtener respuestas. Es necesario que él lo sepa para que puedan existir más hipótesis. Quizá mi ayuda sirva de algo.

Un espantoso apretón atacó su estómago después de su descarada mentira. Derek supo que las consecuencias serían peores cuando supieran la verdad detrás de su presencia en el asilo. Pero decidió por su propio bien no pensar más en el asunto. Estaba seguro de que no levantaría ningún tipo de sospechas si manejaba la situación con cuidado. Esperó que la mujer continuara sin poder contactar a Grant.

Mantener la calma y pensar que ella no averiguaría su verdadero rol en la historia, era lo único que le ayudaban a continuar con el engaño.











Hannah [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora