69

422 61 5
                                    

El automóvil avanzaba con máxima velocidad sobre las calles oscuras de aquella parte de la cuidad. Pocas luminarias se hallaban en el camino y en ocasiones, era dificultoso para Derek observar lo que tenía enfrente. Muchos obstáculos solían presentarse en el camino, pero no daría marcha atrás a su plan.

Después de que Sophie finalmente averiguara el paradero de los presuntos culpables, habían buscado la ayuda del padre de Derek, quien en esos instantes estaba llamando.

Holmes respondió sin tardar.

—¿Derek?

La seriedad en la voz del hombre le hizo dudar por un momento, sin embargo, era tarde para rendirse. Necesitaba su ayuda.

—Necesito que vayas ahora mismo a esa dirección que te envíe por mensaje de texto. —explicó—. ¡Ya!

—¿De qué estás hablando? Están buscándote. Ven a casa y deja de jugar como un niño, no tienes otra elección —exigió.

—No me importa —dijo Derek— ya lo sé todo.  Sé quienes mataron a Hannah. Ahora solo me queda obligarlos a que confiesen, y tienes que ayudarme.

—¡Idiota!—exclamó su padre con enojo—. Ustedes la asesinaron, todo esto es tu maldita culpa y si no vienes ahora mismo, juro que seré yo quien irá a buscarte —amenazó.

—¡No! —gritó Derek.

El auto se desvío por un momento con un gran ruido que estremeció a Sophie. Holmes logró recuperar el control al instante.

—No fui yo quien la asesinó, te lo juro. Tienes que creerme, hazlo aunque sea una vez en la vida —rogó—. Odiaba admitirlo, pero por primera vez, anhelaba que confiara en él. —Confía en tu hijo.

El hombre se quedó en silencio por unos segundos sin saber qué decir.

Derek no tenía otra manera para salir del problema, solo confiar en la persona que más debía darle apoyo en esos momentos.

—No te creo, Derek —dijo finalmente— ¡Estás arruinando mi vida una vez más! deja de seguir jugando. Te lo advierto.

—Por favor, créeme ahora —le pidió—. Necesito tu ayuda, necesito la ayuda de Norman Holmes, necesito el apoyo de mi padre —admitió con desespero.

Por la mente de Derek pasaron un sin número de recuerdos amargos. Momentos que solo causaron llevarlo a un gran problema del que no saldría con facilidad. Sin embargo, en esa ocasión necesitaba de él más que nadie. Y ciertamente, Norman era el único quien podía ayudarle.

—Por favor —rogó al borde del colapso causado por el miedo, la desesperación; y todo tipo de emoción que le recordaba que solo tenía una opción. Era él, su papá.

—Ven a casa ahora mismo y te escucharé. Arreglaremos las cosas y haré lo que sea para que no termines en una cárcel.

—¡No puedo! —gritó— no puedo hacerlo. ¿No lo entiendes? Si no hago nada ahora que aún estoy libre, nadie va a creerme cuando diga quiénes son los verdaderos asesinos. No tengo pruebas, no tengo nada. La única opción que me queda es ir por ellos y obligarlos. Necesito tu ayuda.

Su padre lanzó un fuerte gruñido.

—¿Cómo puedes saber quién es el asesino si no tienes pruebas? —cuestionó envuelto por la rabia—. ¡No mientas más y deja de avergonzarme!

Derek se sintió acabado al no obtener la única ayuda que podía servirle en esos momentos.

Creyó no quedaba nada, solo el fin y no era nada bueno.

Hannah [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora