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—No veo nada —dijo finalmente.

Derek tomó su cabeza con ambas manos, preocupado por no saber que estaba pasando.

—¿Estás segura?

—Lo estoy, no hay nada en tu ojo.

Bajó el espejo una vez más y allí estaba nuevamente aquel horrible color.

—Estoy viéndolo ahora —dijo desesperado.

—¿Qué es lo que ves? —le preguntó.

—Es como si estuviera cambiando de color, cierta parte inferior.

—¿Qué color?

—Es uno gris, muy extraño.

Sophie pudo observar como sus manos que permanecían en el volante comenzaban a temblar.

—Derek, no dejes que te convenza, no tienes nada en tu ojo, está todo normal, no caigas en ese juego de tu mente—le aconsejó.

—Temo que no solo sea mi imaginación.

Derek puso en marcha finalmente el elegante Bentley, tratando de olvidar el tema de su ojo. Sophie comenzaba a preocuparse por la salud mental de quien ahora estaba a su lado. Miraba por la ventana pero en varias ocasiones su mirada cayó en su perfil, podía notar lo preocupado que estaba.

—Debes estar tranquilo Derek —le dijo una vez estando frente a la comisaría.

—No debería mentir sobre esto, cuando la verdad se sepa sería peor.

—Pero si vas tras las rejas no hay nada que puedas hacer desde allí, por ahora no digas nada, se paciente, yo sé que encontraremos una solución.

Derek trató de creer que así sería pero sus esperanzas se estaban acabando. Miró a Sophie antes de bajarse. La última que vez estuvo allí estaba más tranquilo pero en esos momentos ya no podía estarlo, la muerte de Sam había dejado demasiada preocupación y desesperación como para mantener la calma.

Al entrar pudo divisar a sus amigos como si estuvieran esperándolo.

—Al fin llegas —dijo Chase acercándose.

—¿Qué quieren?

—Mira Derek, no es necesario que te advierta una vez más que cierres tu boca ¿Verdad?

Le lanzó una mirada de odio a Chase quien parecía muy amenazante.

—Déjame en paz, maldito cobarde.

—Te lo advierto, no sabes lo que harás, arruinarías todo nuestro prestigio, los apellidos de nuestras familias quedarán manchados, será un escándalo en todo este país.

—Eso ya lo sé, imbécil —dijo Derek con odio.

—Ahora entrarás por esa puerta y dirás qué nosotros solo estábamos divirtiéndonos con tus vídeojuegos en tu cuarto y por eso nuestra ausencia.

—No creo que sean tan imbéciles como tú para creerse eso. —Hizo una pausa—. ¿Acaso no recuerdas que muchos nos vieron entrar por la puerta principal?

—si así fuese la mayoría estaban drogados, nadie puede asegurar nada.

—Toda esto se caerá pronto y no solo lo de Hannah, pronto también se sabrá que había drogas en esa fiesta del demonio y muchos menores de edad estaban allí, todo será un escándalo ¡Entiéndelo!

—¡Cierra la boca! —ordenó Chase en voz baja. Un oficial los miró con curiosidad.

—Niega todo. —le dijo con exigencia—. maldita sea Derek solo miente hasta que encontremos una solución.

Hannah [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora