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En alguna parte de la ciudad de Toowoomba, el Bentley estaba estacionado. La noche estaba ya presente, el ruido de las bocinas de los autos a consecuencia del largo tráfico que siempre había, comenzaba a desaparecer.

En aquella calle donde estaban estacionados, ya no transitaba nadie, y en raros momentos podían ver a un peatón atravesar la calle por una de las veredas.

Sophie no sabía exactamente cuánto tiempo trascurrió desde que Derek detuvo el auto por la impaciencia de saber lo que contenían las cartas que le habían confiado sin saber su verdadera importancia en la historia.

Derek las leyó en voz alta, con las manos temblorosas y la voz entrecortada. Desde la última palabra que mencionó una vez de dar por finalizada la lectura, él se había quedado en completo silencio. Sophie no quiso agobiarlo con ninguna pregunta, aunque de cierta forma, ella estaba igual de confundida que su amigo.

Se preguntó que estaría haciendo Stacy, si la policía ya estaba al tanto de la verdad acerca de Derek, si su padre tenía algo que ver con el retroceso de la detención de su hijo, en donde podría estar el tutor de Hannah. Eran demasiadas preguntas, pero las más importantes desprendían de la vida de Hannah y la siniestralidad detrás de ella.

—¿Qué hice? —preguntó Derek de repente.

Sophie no lo miró, solo se dedicó a seguir observando a un punto fijo de la calle oscura y poco transitada.

Por la mente de Derek pasaban demasiadas cosas, tantas interrogantes que podrían volverlo loco por completo.

—Lastimé a una chica que estaba pasando por una situación tan espantosa. Yo la conduje hasta su propia muerte. Todos confiaron alguna vez en mí, incluso personas que no tenían que hacerlo.

Sophie notó la ansiedad con la que hablaba.

—Tú no lo sabías —se decidió a decir.

—Pero le hice daño cuando solo buscaba proteger a las personas cercanas a ellas, cuando quería que nadie saliera lastimado. Ahora comprendo porque nunca dijo nada acerca de mis acosos, se estaba cargando todo sola.

Por su cabeza pasó el recuerdo de Hannah mientras le decía adiós en aquella fiesta, sin comprender por qué se despedía como si nunca fuese a verla de nuevo.

—Todo sería diferente si ella tan solo se hubiese marchado sin ir a esa fiesta, si tan solo me hubiese dejado mi trabajo como a todos mis amigos. De esa forma mi furia jamás hubiera despertado.

Derek tocó su cabeza y se quejó por el dolor.

—Solo quería pasar una última noche con sus amigos, sin imaginar hasta donde podía llegar mi maldad.

—Derek...

—Pero eso no importa ahora —interrumpió a Sophie.

El joven desabrochó su cinturón con rapidez y se giró hacia su acompañante.

—Mírame —pidió.

Sophie lo observó con miedo.

—Tengo las respuestas ahora mismo, estoy seguro de lo que debo hacer antes de que me arresten.

Sophie negó con su cabeza, sabiendo que existía la posibilidad de que un mal plan quisiera llevar a cabo.

—Sé el porqué de todo el tema del espíritu y su posible obsesión con Hannah —aseguró con agitación—. Estoy casi seguro que él solo quería que su caso fuera sacado a la luz, de la forma en la que la familia de Hannah mantuvo el secreto oculto durante años hasta ahora, me hace pensar que es una de las razones por la que la perseguía.

Hannah [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora