—¿Louis? —Harry extendía su mano hacia mí.
—Bebé, ven. —intenté tomar su mano, pero esta se alejó.—Bebé ven... —camine un poco más de prisa hacia él.
Parecía estar corriendo de espaldas, corrí con todas mis fuerzas, mis pulmones se cerraban, mis costillas dolían, las lágrimas estaban empapando mi cuello, mis rodillas dolían, caí.
HARRY cayó a mi lado.—¿Estás bien amor? —Harry me observó.
—Estaré mejor si estuvieras conmigo... —me lancé a abrazarlo pero su cuerpo se desvaneció en mis brazos.
Desperté.
—MALDICIÓN, 3 años después y todavía estoy soñando con Harry. —murmuré en voz baja.
—¿Estás bien amor? —Luke me observó.
—Sí.. —coloqué las manos sobre mi pecho intentando calmar los latidos.
—¿Otra vez soñando con Harry? —acerco sus labios a mi mejilla y depósito un suave beso.
—L-lo siento... —mordí el interior de mi labio.
—Realmente ya no sé que hacer, pareciera que aún quieres a alguien que ya no existe. —se levantó con pesadez.
—¡Si existe! —me exalte.
—¡agh! —me miro con odio y salió de la habitación.
Necesitaba un respiro fuera de esta ciudad, estaba cansado de vivir en los recuerdos de HARRY aunque quisiera que fuera más que recuerdos.
Tome mi teléfono celular vacilante.
Espere un par de timbres.—¿Aló?
—Mm Hola, Stanley no iré al trabajo hoy.
—¿Por qué?
—Necesito unas vacaciones... —suspire.
—¡Vaya que sí! Bueno, la empresa quedará en mis manos, confía en mi Hermano.
—Muchas gracias, bro. —colgué.
Había llamado en ese mismo momento para apartar unos tickets hacia París.
—¿A donde iras? —Luke servía el desayuno.
—Iremos a París. —sonreí mientras buscaba una rebanada de pan.
—¡Mi amor, que emoción! —sonrió, dejo los platos sobre la mesa y vino a abrazarme con fuerza.
Sonreí. Le abrace de vuelta.
—¡PARÍS! —Luke bajaba las escaleras con emoción.
—¡París! —baje detrás de él, se veía demasiado emocionado.
—¡Amor, debemos ir al la torre Eiffel! —aplaudió.
—Luego de instalarnos, cariño.
Almorzamos en el Aeropuerto, para luego irnos a instalarnos en un hotel 5 estrellas, estaba en mis tiempos de gloria.. no del TODO, aún vivía agonizando con Harry Styles.
Me lancé a la cama.
—¿No iremos? –Luke se colocaba una chaqueta.
–Ve tú amor, yo necesito descansar. —me di la vuelta sobre la cama.
Bufo. —Está bien. Llegaré en dos horas ¿vale? —sonrió.
—Va.
Sentí la puerta cerrarse, solté una gran bocanada de aire.
Estaba en París, ¿y yo solo quería dormir?
Intenté cerrar los ojos, no podía recobrar el sueño. Las imágenes de HARRY no dejaban de pasar por mi cabeza.—¡MALDICIÓN! —me levante con brusquedad, iré por un JODIDO trago.
Me vestí con rapidez, tome las llaves y sale de la habitación, las personas vestían elegantes, cada una hablaba en un idioma diferente, al parecer no éramos los únicos extranjeros.
Tome el ascensor hacia bajar a recepción.
—Señorita.. disculpe. –me acerqué a la recepcionista.
—Dígame. —sonrió.
—¿Que lugar me recomienda para tomar un par de copas?
—Uh... —colocó su dedo en el mentón. —¿Para divertirse inocentemente o?..
Mi cara se palideció. —¡Exacto, solo quiero ir por unas copas! –me exalte.
Su rostro se enrojeció. —L-lo siento... —me pasó una tarjeta donde decía el lugar.
—Puede acercarse y llamar a nuestros choferes. Ellos le llevaran gratis.Sonreí.
Camine hacia afuera y tome un taxi, la noche era un tanto helada. Tuve dificultades en decirle al chofer donde iría yo, pero supongo que hasta ahora me entendió.
Pegue mi frente a la ventanilla mientras solo se escuchaba un violín que sonaba en la radio de fondo.Chasquee la lengua. Habían pasado al rededor de 15 minutos cuando el chofer freno estruendosamente.
Mi frente chocó contra la silla de adelante golpeándome un poco.—¿QUE HA PASADO? —me exalte.
El chofer empezó a gritar, me imagino que diciendo groserías, yo también estaba un poco enojado.
Al parecer habíamos frenado de repente por un chico que cruzó el semáforo sin mirarle en una bicicleta.Me baje, se me haría tarde.
Están acomodando mi chaqueta, le di el dinero al conductor.—¿Te encuentras bien? —mire al Chico El CUAL tenía la mirada gacha. Su cabello era color chocolate.
—S-sí. —me observó.
Mi corazón se detuvo, y parecía que el mundo me había drogado.
—¡¿HARRY?! —grité, empece a llorar y mi corazón estaba demasiado agitado.
Me lancé a sus brazos y el me empujó.
—¡Disculpe! —sus ojos se conectaron con los míos, esos ojos color esmeralda, sus labios carnosos y rojos. ¡El era mi JODIDO Hazza!
—¡MI AMOR! —las lágrimas me borraban la vista, las seque rápidamente y me intenté acercarme.
—Lo siento... no soy la persona que usted cree, no conozco a ese tal Harden.
—¡HARRY! —volví a gritar, mi pecho dolía. —¡SOY YO, LOUIS! —grité.
—¡Lo siento mucho señor! Espero que encuentre a la persona que en realidad busca, que tenga buenas noches. —recogió la bicicleta y empezó a pedalear con fuerza.
¡QUE ESTABA PASANDO AQUI! le veía perderse poco a poco.
—¡SEÑOR SIGA A ESE CHICO! —me subí al vehículo.
—Es ilegal. —logró decir con un extraño acento.
Le tire un par de billetes y el sin dudarlo dos veces se colocó en marcha.
ESE era mi HARRY, mi bebé, sus ojos, sus labios, su nariz....
No creo que yo esté alucinando....