Habían pasado más de dos semanas y yo solo pensaba en Louis, Louis, Louis. ¡Jodete Louis!
Caminaba por los pasillos de la escuela, dirigiéndome hacia afuera para irme a casa por fin, pero entonces me topé con él que menos quería.
Estábamos muy cerca y mi corazón se aceleraba demasiado, sentía mis mejillas arder.
—Hasta que por fin te veo.. —sonrió.
Tenía una jodida sonrisa encantadora.
—Ummh sí... —juguetee con mis manos.
—¿Te pongo nervioso? –habló creídamente. ¿Quién se cree?
—Jajaja, por favor. —puse los ojos en blanco.
—Admítelo... –murmuró en mi oído, sentí su aliento cálido chocar contra mi oreja y un pequeño escalofrío paso por mi espina dorsal.
Di un paso hacia atrás. —No admitiré nada que no sea verdad. —tragué saliva ruidosamente.
—¿Por qué me evadías? —se acomodó sobre los casilleros tomando una postura condenada mente sexy.
—¡Tommy! —Nat se dirigía a nosotros haciendo una aguda vocecita.
¿Quién rayos era Tommy?
—¡Naty! —Louis fingía el mismo entusiasmo pero su cara le delataba.
Voltee los ojos con fastidio. —Adiós Tomlinson. –le mencione de espaldas.
—Hasta pronto Styles..
—¡Adiós Hazz! —chilló Natalie.
¿Desde cuando su voz se me hacía tan molesta?
Camine lentamente hacía el auto rojo que nunca llegó; suspiré pesadamente.
—¿Por qué no llegas mamá? –replique otra vez mientras me dirigía desanimadamente a la estación de buses.
Tome mi bus y me dirigí a los últimos asientos, mire por la ventana.
—¿Puedo sentarme aquí? –escuche una voz femenina hablar, era un rubia de ojos avellanas, llevaba una hermosa sonrisa, sus pechos sobresalían del escote de su suéter azul cielo, una falda negra y unas botas de tacones.
—No hay problema. –me giré un poco más brindándole asiento a mi nueva invitada.
Tenía un rico olor a vainilla.
—Lindos ojos. –coqueteo la rubia. Le sonreí amigablemente.—Adorables hoyuelos.
—¿Tú crees? –me giré un poco más para observarla mejor.
—Es obvio, Sabrina por cierto. —me extendió su mano, tenía un perfecto manicura.
—Harry Styles. –le estreche la mano.
—Harry. –repitió. —Perfecto, ¿qué edad tienes?
Ella podría tener como 20 y algo, decidí mentir.
—17... —lance rápidamente.
Sonrió, mordió sus labios. –Un bebé... Perfecto. —murmuró bajito.
Mis mejillas se tornaban carmesí.
—Yo tengo 22. —hizo un salto en el asiento innecesariamente y sus pechos revolotearon.
Estaba babeando.
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Dos días habían pasado desde mi encuentro con Sabrina, Louis se veía muy acaramelado con Natalie.
–Un sándwich de queso y una soda por favor. —recibí mi sándwich y soda. Opté por pagar inmediatamente y tomar uno de los asientos desocupados de la cafetería.
—Eres tan gracioso. –escuche hablar a Natalie ha unas cuantas mesas de mi, a su lado venía Louis con el uniforme de fútbol; una camisa blanca de rayas verdes y un pantalón corto de color blanco.
Pasó su mano por su cabello mientras le peinaba. Me miró y sonrió.
Te odio.
Unos minutos antes de que sonara la campanilla, me levanté a arrojar la basura.
Carraspeó su garganta. —Harry.. –esa agudita y linda voz logró hacer danzar mis oídos.
—Dime.. –voltee quedando cara a cara con Tomlinson, pequeñas gotas de duros adornaban sus facciones mientras gotas de agua fresca se escurrían por su castaño cabello.
—Hola. –me extendió la mano, le estreche la mano hasta que algo rozó mi mano, fruncí el ceño.
—Hasta luego. —se alejó de mí e inmediatamente mire la palma de mi mando; un pequeño papel de notas en bolita.
"Ve a los vestidores del equipo de Fútbol, donde nos encontramos por primera vez, por favor :( x"
