Mis mejillas se acaloraron y sonreí nerviosamente.
—Esta bien... –mire hacia al piso. Tenía vergüenza.
—Pero tú pagas. –Louis sonrió socarronamente y camino más adelante que yo.
—Mmm, está bien. –hable en voz baja resignándome.
Era la primera vez que alguien me hacía.. Una ya saben.
Caminaba con la vista perdida en aquel apretado trasero en unos jeans negros, sus piernas eran tan cortas, pero aún así eran muy lindas.
—Harry regresa al mundo. —Louis pasó una mano por mi rostro intentando llamar mi atención.
Lo observe por un instante y sentí una extraña sensación en el estómago.
—Estoy en el mundo. —respondí haciéndome paso a su lado. Por un momento una pregunta me venía muchas veces a la cabeza pero evitaba decirla. —¿Louis por qué me apostaste? Es decir ¿Me mentiste antes? —detuvo sus pasos y solo me observó.
Su mirada era fría y su boca se abrió levemente. —Discúlpame Harry. –fue lo único que salió de sus labios mientras tomaba nuevamente su camino, me apresuré para no quedarme atrás.
Llegamos a la dichosa heladería y tomamos unos asientos apartados; petición de Louis.
—Buenas tardes ¿qué desean pedir?–apareció una chica con un llamativo uniforme color rosa, tenía una sonrisa muy amplia.
—Quiero un helado de doble cono con 4 sabores; chispas, chocolate, vainilla y maní. —Lanzó rápidamente Louis, la chica se apresuró a escribir su orden.
—Ah y que tenga muchas chispas de chocolate. –su cara era inexpresiva y su voz sonaba un poco diferente.
La chica me miro.
—Yo solo quiero un cono con sabor a vainilla por favor. —le sonreí amablemente, la chica asintió y desapareció de nuestra vista.
Después de eso solo nos dispusimos a comer de nuestro helado.
—Adiós. —Louis se colocó de pie. Y se marchó sin decir nada más.
La personalidad de Louis me estaba jodiendo; el me estaba jodiendo.
Camine a casa; ya que sinceramente no tenía dinero y gaste el poco dinero que tenía en el pretencioso helado de Louis.
Louis, Louis, Louis.
Toque el timbre de la casa y me dispuse a esperar que aquella chica de cabello castaño me abriera, Gemma.
—Hola. ¿Por qué tardaste tanto? –me abrió paso mientras sus ojos inspeccionaban mi ropa. —¡Harry estás sudando!
—Mm sí, el bus no pasó hoy y me he venido caminando. —Gemma sospecho por un momento; pero asintió. —¿Mamá?
—Trabajo. –contesto mientras desaparecía en la sala. —Hay comida en el horno.
Asentí aunque ella no me viera y fui en busca de la deliciosa comida: era un platillo de spaguettis. Estaban deliciosos.
Fui a la ducha me duche, me lave los dientes y me coloqué un pijama.
Hoy de verdad que había sido un día muy extraño, me deje caer en la cama mientras dejaba que el sueño me venciera.
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—¡Harry! –se acercaba hacia mí un sonriente Louis. Se lanzó a mis brazos mientras me daba un corto beso en los labios.
—L-l-Louis. —mis piernas temblaban. Me aferré a su pequeño cuerpo.
—Buenos días mi amor. —Louis acaricio mi cabello.
—Buenos días bebé.. —Me sentí nervioso y mi cara debe ser un poema, pero este podría ser el mejor día de mi vida. Sonreí. —Sí, buenos días bebé. —le di un corto beso en los labios.