E.M.A.H. Enamorada Del Mejor Amigo De Mi Hermano

Inseparables

CORREGIDO: 

Debido al trabajo de mis padres, nos mudamos varias veces de ciudad cuando yo era pequeña. A los tres años, nos mudamos a una nueva ciudad en el centro de México, una ciudad bonita aunque a decir verdad, muy pequeña. 

Para una niña pequeña, casi siempre todo suele ser muy fácil, los únicos intereses que tienes son jugar con muñecas y castillos de diamantes; sin embargo, cuando tienes un hermano, las cosas a veces pueden ser más interesantes...

Cuando llegamos a ésta nueva ciudad y vecindario, mi hermano logró hacer un amigo de inmediato, era nuestro vecino de enfrente; a decir verdad, el niño no me caía nada bien, era muy irritante y nunca se quedaba quieto, además salía a jugar todos los días con Raúl, mi hermano, y no me dejaba pasar tanto tiempo con él, y eso me hacía odiarlo aún más.

Un día por la tarde, mi mamá se la pasó cocinando toda la tarde, para más porciones de las normales. En mi casa siempre fuimos solo 4, mis padres, Raúl y yo, sin embargo ese día mi mamá se la pasó cocinando de más. 
Al llegar las 4:00 de la tarde, se escuchó el timbre de la puerta, era Héctor, el niño de enfrente, su mamá y sus dos hermanos, pasaron toda la tarde jugando en el cuarto de Raúl y no me dejaban ir con ellos, así que estuve el resto de la tarde escuchando a mi mamá y la mamá de Héctor hablar mientras yo no entendía nadad de lo que decían por ser plática de "adultas". 

Desde entonces empezó a crecer un odio a ese niño por haberme alejado de mi hermano y no poder pasar tanto tiempo con el como siempre lo había sido, aunque no fue una tarea fácil, pues siempre que él regresaba a buscar a Raúl yo hacía hasta lo imposible para arruinarles su tarde de juegos; llegaba con mis muñecas cuando jugaban con sus figuras de acción, o cuando jugaban videojuegos, les apagaba la televisión o la consola, me volvía de lo más pesada con ellos, porque detestaba que pasara más tiempo con él que conmigo, así que Héctor también empezó a desarrollar cierto odio hacía mí, se estaba convirtiéndose  en algo mutuo...