Buenas noches princesa.

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Ya me partieron el corazón una vez y no quiero que vuelva a pasar, no quiero sufrir otra vez. Me duele pensar aún en el engaño de Oscar, sin embargo, sé que Héctor no hará lo mismo...o eso creo.
No puedo evitar sentirme mal por ello y detenerme en el beso qué hay entre Héctor y yo. Me aparto de sus labios.
—Espera—le digo en un susurro.
—¿Que tienes? ¿Que pasa?— se preocupa al mismo tiempo que me da espacio.—¿Estás bien?— creo que Héctor vio mi cara de preocupación.
—Si—miento.
—¿Segura?—me insiste.
—No, no lo estoy—confieso y agacho la cabeza.
—¿Que pasa?—me dice Héctor mientras se aparta un poco de mi en el sillón.
—Es que...—estoy dudando en decirle si me estoy enamorando de él pero...aquí voy— me estoy enamorando de ti y me da miedo.—confieso.
—¿Te estás enamorando de mi?—pregunto claramente sorprendido.
—Si...—agacho la cabeza.
—Ey...mírame— ¿que está pasando ahora? Una película de drama...¿que sigue? ¿Me diagnostican cancer?. Me levanta la cara con su mano en mi barbilla.—Jamás te voy a lastimar, yo no soy así. Vale...me gustas, creo también me estoy enamorando de ti—Hector me confiesa.
—¿En serio?—abro los ojos como platos, ¿Héctor se está enamorando de mi?
—Si, desde el día en que te encontré de nuevo en esa plaza con tu hermano...en serio, me encantaste desde que te vi.
No pude evitar reírme al momento que escuche eso.
—¿De que te ríes?—me pregunta Héctor algo molesto por mi reacción a su declaración de amor.
—No, no es por ti. Me causa gracia que cuando éramos niños nos odiábamos, y ahora míranos, besándonos en el sofá de mi casa y declarándonos el amors que sentimos—le digo sonrojada con una expresión de porta exagerada.
—Del odio al amor hay solo un paso—me guiña un ojo y me da un tierno beso.

Nunca creí que Héctor reaccionara así a mi confesión de amor, creí que saldría de ahí y no me hablaría nunca más. Es estúpido pero eso sentí.

  — No te preocupes por eso Vale, ¿okay? me gustas y no creo que lo dejes de hacer en mucho tiempo, eres la persona más bonita que he visto—  me dice mientras me abraza—  anda, veámos la película y dejemos los besos para después.

Ahora solo estamos aquí...sentados en el sofá abrazados viendo una película romántica, ¿Quién diría que mi peor enemigo de la infancia se convirtiera en mi amor de la adolescencia?

Se acabó la película y Hector se quedó dormido en el sofá, la última vez que lo deje dormido aquí amaneció conmigo en mi cama, pero ahora Meli está aquí y no creo que Héctor se duerma con nosotras.
Estoy cansada, es de madrugada y quiero dormir, así que me acerco a él, le doy un beso en lo labios y me doy la vuelta en dirección a mi habitación.
Cuando voy por el pasillo, siento unos brazos que me toman de la cintura, me carga y me lleva de vuelta al sofá.
—¡¿Que haces?!— grito.
—¿Quien dijo que te fueras?—me dice Héctor mientras me recuesta en el sillón.
—Estabas dormido, te quería dejar descansar—le digo con una sonrisa divertida.
—Descanso más si duermes conmigo—me dice y se coloca detrás de mi el sofá.
—¿Quieres que nos vean?—le digo.
—Si, que sepan que no te puedo dejar ir porque me tienes loco, porque me encantas.—dice y me besa.
—Okay Romeo, vamos a dormir—me doy la vuelta para quedar frente a el.
—Buenas noches princesa—me mira y me besa.
—Buenas noches—le doy un beso en la mejilla y me acurruco en su pecho.
Este tipo me vuelve loca.

E.M.A.H. Enamorada Del Mejor Amigo De Mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora