Me estoy enamorando.

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Héctor se fue a su casa hace media hora y Raúl y Melissa aún no salen de mi habitación, solo escucho risas pero hay momentos en los que se queda todo callado. No sé que es lo que están haciendo y no quiero que nada malo pase, esos dos juntos pueden hacer muchas cosas malas.
—¿Que tanto hacen ahí dentro?— pregunto desde el otro lado de la puerta de mi habitación.
—¡No molestes!—me grita Raúl.
—¡Están en mi habitación!—golpeo la puerta— ¡Vayan a tu cuarto Raúl!
No me responden, no sé qué es lo que están haciendo y me están desesperando.
Héctor me dijo que regresaba en una hora porque tenía que ir a cuidar a su hermano menor porque su mamá salió, y desde que se fue me quede en el sofá de la sala viendo episodios de Glee.

Me estoy desesperando, han pasado dos horas desde que Héctor se fue y aún no regresa. No quiero sonar como una loca pero la verdad es que lo extraño, no ha pasado mucho tiempo desde que se fue y no puedo evitar dejar de pensar en él y en lo que hicimos en el sofá. Sus manos en mi cintura, sus labios sobre los míos, el sabor de sus labios...me estoy volviendo loca.
Como si supiera que estaba pensando en el, recibo un mensaje de texto suyo.

Perdón, mi madre no llegó a tiempo y me quede con mi hermano en casa.

Me agrada la idea de que se haya tomado la molestia de disculparse conmigo, la última vez que quede con alguien en mi casa ni siquiera llegó y lo encontré besándose con otra en el sillón de su casa.

Está bien, no te preocupes. Diviértete con tu hermano.

Estoy algo decepcionada porque no pudo venir conmigo, pero está bien ya regresó a nuestras vidas y lo veré un poco más a menudo.

No, no está bien. Quiero que te pongas linda y en cuanto llegue mi madre, salgo para tu casa.

¿Donde he escuchado eso antes? Ah...si, Oscar.

Está bien, te espero.

No creo que Hector sea igual que Oscar, es más, no creo que ni se le acerque, sin embargo, no me puedo permitir fiar en alguien a quien no he visto en casi seis años o más.

Abran ya la puerta, tengo que darme un baño— les gritó a los dos enamorados que están encerrados en mi cuarto. Intentó abrir la puerta y para mi sorpresa, está está abierta. En cuanto entro me doy cuenta de que no están dentro.
Voy al cuarto de Raúl y escucho susurros en su cuarto.
Ay, perdón—les digo cuando entro a la habitación de mi hermano y encuentro a Melissa sobre el, acostados en la cama y besándose.
Sal de aquí—dice Raúl y Melissa salta de encima de él y se levanta de la cama.
Claro que si tórtolos—les digo algo risueña y salgo de la habitación.

Cuando ya puedo entrar a mi recámara por fin, me doy un baño y en seguida me quedo dormida. Tal vez Héctor se arrepintió de venir, no sería la primera vez que me dejan plantada...que más da.

—Despierta...—escucho susurrar a alguien en mi oído. ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo me dormí?
—Despierta dormilona, ya llegué— me sigue repitiendo contra mi oído.
—¡Ya despierta!— logro reconocer la voz.
—¿Ya terminaste de fajar con mi hermano?—le pregunto a Melissa que esa sentada en mi cama justo de lado mío.
—¿como lo sabes?—me pregunta asustada.
—Por si no lo recuerdas...entre a su habitación y estabas sobre él, besándose y ¡estaba agarrando tu trasero!—le digo entre risas.
—¡Shhhhh!—esboza una sonrisa y me golpea con la almohada.
Melissa está radiante y muy contenta, no sé cuánto tiempo estuvieron juntos, lo que se es que ya es tarde y Héctor no llegó.
No importa, ahora solo tengo oídos para Meli y su historia sexual con mi hermano, la verdad es que no tuvieron relaciones ni mucho menos, solamente se besaron muchísimo y se tocaron. Es mi amiga y la quiero mucho pero no pues soportar la idea de que me esté contando que mi hermano la tiene grande, que asco.

E.M.A.H. Enamorada Del Mejor Amigo De Mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora