Buenas noches niño travieso

593 26 3
                                    

—¡Ya voy!– le digo a mi madre que está del otro lado de la puerta.
—Tienes que irte— me dirijo a Héctor— puedes salir por la ventana.
Por suerte mi recámara está en la primera planta de la casa y la de mis padres en esa en la planta de arriba. Héctor puede salir por la ventana sin salir lastimado, a menos que mis padres lo encuentren, claro. 

  — Valeria ¿Qué estás haciendo? —  mi madre sigue insistiendo.

  — Madre, acabo de salir de darme un baño. ¡Me estoy cambiando!— miento.

Héctor sale de mi cuarto y cierra la ventana, justo en ese momento entro corriendo al baño y me pongo una toalla en la cabeza como si estuviera secando mi cabello y mi madre entra. Tan bien vestida como siempre, lleva puesto su vestido celeste y sus tacones negros que le regalé en su cumpleaños pasado y su cabello perfectamente sepillado y lacio.

  — Madre, te dije que ya abría. Me habrías encontrado densuda si abre la puerta antes.

— Por dios Valeria, yo te traje al mundo...te he visto desnuda varias veces.—  dice mi madre algo divertida mientras busca algo (o alguien) en mi habitación.

— Si madre, ¡cuando era una bebé! Ahora necesito privacidad...— Le digo mientras me dirijo a la puerta de mi recámara indicandole que salga de mi habitación.

  — Dime la verdad Valeria, ¿Qué estabas haciendo?—  me dice mi madre dirigiéndose hacia mi.

— Ya te lo dije, estaba tomando un baño.— vuelvo a mentir. Creo que nunca le había mentido tanto a mi madre. No, es mentira en realidad si lo hecho demasiadas veces. 

  — ¿Y por qué huele a perfume de hombre?-Me dice mientras mueve las manos en el aire.

— Madre, por si no lo recuerdas tengo un hermano que vive al otro lado del pasillo y viene a mi cuarto a molestar cada que se le da la gana— digo con voz algo irritada.

  — ¡Raúl!—  grita entonces mi madre.

Raúl entra en la recámara asustado por el grito de mi madre, y en cuanto entra en mi habitación se pinta una sonrisa divertida en su rostro, porque sabe que estoy en problemas. Mi hermano es algo malvado conmigo a veces, ojalá que me ayude a esconderle a mis padres que Héctor estuvo en mi habitación. Pensándolo bien, ¿Dónde está él? ¿Se habrá ido? Y como si me hubiera escuchado desde donde quiere que estuviese, llega a mi habitación con una falsa mirada de confusión.

— ¿Alguno de ustedes estuvo en la habitación de mi hija hace un momento?—  les dice a mi madre y fulmina a Héctor con la mirada, pero el no se demuestra asustado. 

— Madre, ¿A que vienen tus preguntas? vivímos en la misma casa...— dice Raúl y Héctor y yo nos miramos a los ojos con una sonrisa divertida. 

  — No me contestes así Raúl o te irá mal.—  amenaza mi madre y yo no puedo evitar reírme un poco. Mi madre voltea algo enojada.— ¿Y tú de qué te ríes?: me pregunta.

— Tantos años y no ha cambiado nada. Tú llamándonos la atención a los tres por hacer alguna travesura—  digo con una sonrisa, y mi hermano y su amigo se ríen.

  — Tantos años y ustedes no dejan de sacarme canas.—  dice mi madre relajándose un poco y dibujando una sonrisa en su rostro.— esta bien niñitos traviesos, no hagan nada de cosas malas...me iré a casa de una amiga vuelvo en la noche, llegaré con su padre— se dirige a la puerta y cuando llega a ésta, se vuelve para mirar a Héctor y le pregunta— ¿Te quedarás aquí?

  — Sí—  contesta Raúl sin dejar que Héctor conteste.

— por lo visto, me parece que si ¿Le parece bien señora Roberts?—  pregunta Héctor lo más educado que puede.

— Claro, siempre y cuando no vuelvas  a salir por la ventana. —  nos ve con mirada algo amenazadora y los tres nos ponemos pálidos.

  — Sí, por supuesto.—  contesta Héctor con la cara roja como tomate.

  — Bien, la cena está en el horno, o hay dinero en la repisa para que pidan pizza—  dice mi madre mientras se aleja y se escucha como cierra la puerta principal y arranca en su auto.

  — ¿Cómo chingados se dió cuenta?—  dice Raúl.

— No lo sé, pero menos mal que no lo asesinó—  digo con una sonrisa.

— LOS asesinó.—  me corrige  Raúl.

  — Bien, ya te puedes ir—  le dice Héctor a Raúl—  tengo que acabar lo que empecé—  se voltea a verme y a continuación, saca a Raúl de la habitación y cierra la puerta en su cara.—  ¿En qué estábamos?

— Creo que ya tuvimos suficiente por hoy — digo y suelto una pequeña risita dejándolo atrás y saliendo de mi habitación dirigiéndome hacia la de Raúl y dejándolo a él atrás. 

Escucho sus pasos detrás de mío y antes de poder entrar a la habitación de Raúl, me carga entre sus brazos y me lleva a la sala. Me tira en el sofá, enciende la televisión y se sienta junto a mi con el control remoto en la mano. 

No hay nada muy interesante en la televisión, así que entramos en Netflix y ponemos "Tres metros sobre el cielo", una de mis películas favoritas. No pasan ni diez minutos de la película y Héctor se queda dormido. Apago la televisión y voy a buscar una manta al mueble de mi recámara; cuando regreso, Héctor ya está acostado a lo largo del sofá abrazado a un cojín. Le coloco la manta y le susurro al oído:

  — Buenas noches niño travieso—  le doy un beso en la mejilla y regreso a mi habitación.  





E.M.A.H. Enamorada Del Mejor Amigo De Mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora