Capitulo 11

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Oxford. Febrero de 1805.

Aquel domingo se celebraba la festividad de San Blas con un pequeño almuerzo en la casa del vicario, por supuesto estaban invitadas las personas más importantes del lugar, el marqués de Surrey, su hijo, el Sr. Redclive, el terrateniente de la zona, el médico y el abogado con sus respectivas familias.

Fue la Señora Emerson, la mujer del terrateniente quien busco la compañía de Rose al conocer su estado. Después de darle todos los consejos y transmitirle toda la sabiduría que poseía como madre de cinco criaturas, terminaron hablando de la temporada que estaba a punto de comenzar en Londres.

─ Supongo que nos veremos durante la temporada.─ dijo la mujer.

─ No estoy segura de querer vivir una nueva temporada en Londres. Resulta agotador en condiciones normales, y en mi estado no creo que sea lo más conveniente.

─ Pero querida, el marqués me ha asegurado que irán. Incluso ha sido tan amable de invitarme a su fiesta, un baile en su honor para anunciarle al mundo la noticia, eso me dijo. Si la preocupa Lady Ocam, debe olvidar a esa mujer.─ de repente la humillación volvió a Rose con más fuerza que nunca, sintió como el calor subía hasta la punta de sus orejas, pero se mantuvo impasible sonriendo a la señora Emerson, está se sintió animada a continuar con el tema.─ Ella ya no representa ningún peligro para usted, usted es la vizcondesa y está esperando al futuro heredero, si es niño, claro, en cualquier caso ella se pasea con su nuevo amante, parece que no le importan las habladurías. Desde que su marido la dejo ha perdido completamente la razón.

─ ¿Tiene un nuevo amante?─ Rose había supuesto que Edmund había terminado con la condesa, incluso había fantaseado que lo hubiera hecho por ella. Si resultaba que estaba con ella porque la mujer se había buscado a otro, no le perdonaría, se dijo. Esperó con el corazón encogido.

─ Lord Charles Horton, la oveja negra de la familia. Un sinvergüenza, muy guapo, muy simpático, con una fortuna considerable también, pero es un libertino de la peor clase. No dejaría que se acercara a mis hijas ni aun cuando fuera el último hombre sobre la tierra. Rose supo que mentía, cualquier dama con edad casadera buscaría emparentarse con la familia del Duque de Gloucester, aunque fuera a través de la oveja negra.

Al día siguiente, durante la comida, el vizconde había decidido iniciar la conversación para evitar ser excluido, la última semana había consultado más manuales de matemáticas que durante sus años de universidad, todo para entender las conversaciones entre padre e hija y poder comprobar que no estaba siendo objeto de ninguna broma de los dos.

─ Un día bastante apacible, a pesar del frío.─ dijo.

─ Así es.─ contesto Redclive.

Los dos hombres la miraron, esperando que dijera alguna obviedad sobre el tiempo.

─ ¿Es cierto que lady Ocam es ahora la amante de su primo?─ miro a su marido a los ojos, tratando de adivinar por su reacción, si aquello le importaba.

La pregunta cayó como un jarro de agua helada por la espalda de ambos hombres. Redclive se sonrojó hasta la cejas.

─ Querida no creo que ese tema pueda ser tratado durante la comida.─ dijo su padre.

─ ¿Debo esperar a la cena?─ preguntó con ironía.

─ No debes tratar ese tipo de temas, nunca.─ dijo el vizconde exasperado golpeando la mesa con la palma de la mano abierta.

La conversación se vio interrumpida, Ackinson, uno de los hombres encargados de vigilar la casa, entró tras el mayordomo, después de saludar a todos, entregó un sobre bastante abultado al vizconde.

Redhouse- Saga Los Horton 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora