PARTE 20 "EN TERAPIA 2"

39 2 0
                                    


Siempre era difícil para María volver de sus recuerdos, quedaba atrapada en ellos y los revivía con profundo dolor y angustia. La terapia seguía pero era algo mecánico. Llegaba el día de la sesión, tomar el tren, aparecer como por arte de magia en la sala de esperas y Ferreira abría la puerta del consultorio. Entrar, sentarse en la incómoda silla con escritorio de por medio a Ferreira, y "ELLA" a su lado no hacia ni decía nada, solo estaba ahí y la observaba. María se desahogaba... Lloraba un poco, rabiaba un poco más y salía del consultorio como si la hubiera estrujado el alma... Ciertamente se podría decir que literalmente lo hacía...

"ELLA" solo la seguía a todos lados y la observaba sin mediar palabras. Esto era a si desde que María interno a Andrés en el hospital Muñiz.

María había sacado fuerzas de quien sabe dónde y mantenía el control de "La Caja". Esto impedía a "ELLA" tomar el mando, pero eso no le importaba, no había nada de qué preocuparse, mientras que María no se descontrolara ni pusiera nuevamente en peligro "La Caja".

La semana pasaba y nuevamente el día de la terapia. Innegablemente "ELLA" ya estaba harta de Ferreira, harta de su forma de hablar, harta de su tono de voz. Pero le intrigaba que era lo que escribía en esas hojas mientras María hablaba. Más de una vez estuvo punto de pararse y deslizarse a su lado para ver que tanto escribía, tenía la certeza que solo hacia garabatos en ese papel... Pero María de solo ver que "ELLA" se incorporaba, comenzaba a titubear, las manos transpiraban y una sofocación repentina le ponían rojas las mejillas, "ELLA" tomaba asiento nuevamente y María se tranquilizaba. Era casi como el juego del gato y el ratón...

Esa tarde (como siempre) llega a la clínica y entrega en recepción la orden con el bono adherido, con el turno y el día para terapia. En el mostrador de la recepción la secretaria admitía su turno por computadora dando aviso a la licenciada de que la paciente esperaría ser atendida. Se dirigía a la planta superior y esperaba su turno.

La encargada de las historias clínicas llevaba la suya y la colocaba en pequeño espacio de la puerta destinado a ese fin. María (una vez mas) sentada en la silla miraba por entre las barandas hacia abajo el ir y venir de pacientes doctores y enfermeras en la planta baja. De repente, sin que María pudiera advertirlo, "ELLA" con un movimiento compulsivo, se abalanza hacia la puerta y de un manotazo toma la historia clínica y sale a paso veloz hacia el pequeño baño que está dando la vuelta al final del pasillo. Ya dentro, agitada cierra la puerta con el seguro y gira en sus pies apoyando las espaldas en la puerta quedando frente al espejo sobre el lavamanos. Inmóvil y con una carga de adrenalina difícil de poder contener, con la historia clínica entre sus brazos vio reflejado en el espejo su rostro exaltado, sus ojos abiertos y enormes brillaban de una forma impactante, lo que causo sobresalto en María que quedaba paralizada con semejante actitud. De inmediato una confrontación se desata en el pequeño baño, una queriendo ver el reporte del análisis psicológico redactado por Ferreira, y la otra horrorizada intentando salir y devolver el nefasto tesoro. María logra abril la puerta y se tropieza frente a frente con una señora que, pensando habían quedado encerradas, hacia fuerzas para ayudar a salir a las desafortunadas prisioneras, quedando desconcertada al ver que solo una persona salía del recinto, y parada en el umbral miraba hacia adentro, pues claramente había escuchado hablar a dos mujeres dentro del baño...

Sin cruzar mas palabras que un gracias! María a paso veloz cruza el largo pasillo con la historia clínica es sus brazos, mira hacia todos los lados, asegurándose de no ser vista al colocar nuevamente la historia en su sitio. La puerta se abre precipitadamente, María y Ferreira se encuentran una parada frente a la otra...

Ferreira queda perpleja al encontrarse con María frente así y con una sonrisa y asombrada, hace pasar a María. Acomodándose en su sillón y frente a María, comienza la sesión preguntando:

En TerapiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora