En Terapia

PARTE 44 "El pabellón"

La voz de Maria se escucha temblorosa... Entrecortada.

La intriga por saber que ocurre ahí dentro crece a medida que escucho su voz agitada por los nervios.

Apoyo mi mano suavemente sobre la puerta entreabierta y la empujo con cuidado para poder ver lo que sucede dentro de ese cuarto. Todo ahí dentro es diferente; el ambiente es claro iluminado por un ventanal con cortinas americanas, paredes blancas, numerosos marcos con certificados de estudios están colgados en una pared, el mobiliario es de consultorio.

Yo, detrás de la puerta entornada solo puedo ver una fracción de la escena. En esta pequeña ventana de espacio en la que soy una espectadora (como un espía) observó... Escucho... Siento.
Desde aquí veo a María apretando sus manos entrelazadas cómo si fueran de plastilina... No puedo verlo, pero escucho a Darío que con un tono amable interroga a María. Su pausado hablar me indica que está escribiendo mientras hace su interrogatorio. Mis sentidos se agudizan y puedo escuchar el deslizar de la birome que está utilizando por el papel... "Ella" va y viene de un lado al otro histérica vociferando.

- VAMOS A TERMINAR EN UN PSIQUIÁTRICO MALDITA LOCA ESTÚPIDA!!! - Exclama una y otra vez.

-Bueno, que te pasa? Contame... - Pregunta Darío con un tono pausado y amable.

- No puedo dormir... Estoy muy angustiada... No me estoy sintiendo bien... Tengo ataques de pánico. -Contesta María sin tomar en cuenta a "Ella".

- Ocurrió algo, algún acontecimiento para que vos estés así...? - Sigue Darío.

- Si. Hace un par de meses falleció mi hermano... - Contesta María con angustia.

-Estaba enfermo...? Un accidente...?  - Pregunta Darìo.

- Estaba enfermo, tenia HIV. Falleció en el Muñiz...

- Listo!! Hasta acá llegue!! No quiero escuchar esto!! Me voy a la mierda!! – Me digo en un impulso de salir corriendo.

Quiero girar para irme, salir corriendo. Pero es como querer correr en un sueño, mi cuerpo no responde!!! Lo siento pesado y lento.
Entonces mi corazón comienza a palpitar tan fuerte que pongo mi mano en mi pecho como si tuviera que sostenerlo para que no se salga de mí.

-"lub" "dub" !! "lub" "dub"!! "lub" "dub"!!! – Lo escucho el palpitar agitado en mis oídos que retumban como bombos legüero...

Yo, sin otra opción sigo escuchando.

- Los episodios de pánico comenzaron en ese momento...? - Pregunta Darío.

- No... Todo comenzó en su agonía en el Muñiz...

el relato de María comienza a oírse como un lamento, un sollozo que se va transformando en un hueco sonido.

-"lub" "dub"!!! "lub" "dub"!!! "lub" "dub"!!! - Siento que mi corazón va a estallar. Mi respiración se agita. No quiero escuchar más y tapó mis oídos.
A pesar de la maniobra, parada en mi lugar presa de esta situación, no puedo evitar oír.

- Todo fue muy traumático... - Continúa Maria. - Ir todos los días al hospital... la monotonía diaria del viaje en principio se mezclaba con sus berrinches porque quería irse del hospital (como tantas veces se escapó del Lució Meléndez).

- Se fugaba de los hospitales? - Pregunta Darío.

-Si, pero creo entendió que esta era su última oportunidad. – Remato. Y esa frase siguió replicando unos segundos.

Un mareo seguido por náuseas hizo que cerrará los ojos. Al abrirlos ya no me encuentro en el consultorio; estoy en algún otro sitio... Todo es blanco. No hay nada.. Me siento como en el "limbo"...

Sigo escuchando la voz de Maria pero como si estuviera fuera de este lugar... En otra parte fuera de aquí.

Estiro mi brazo y con las palmas abiertas rodeada de nada, con las puntas de mis dedos comienzo a tantear a mi alrededor. Luego puedo palpar superficies (como paredes) y lo que supongo son picaportes (todos son de diferentes formas y tamaños) lo que me da a pensar que hay puertas que no puedo ver ni abrir en la nada misma... Sigo palpando y algunos picaportes son punzantes como púas y me eh picado un dedo, lo llevo a mi boca sangrando... Sigo palpando y encuentro algo parecido a una puerta; es rectangular de esquinas redondeadas que sobresale del resto... Tiene un ojo de buey y picaporte; al tacto parece una de esas puertas de los buques acorazados de las películas. Con mi mano frotó el vidrio del ojo de buey para ver hacia dentro o hacia afuera...