PARTE 48 "El cielo puede esperar"

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Susurros lejanos captan mi atención.
Abro los ojos, todo es blanco iluminado por luz solar desde algún lado.
Mi visión es algo borrosa. Me siento confundida y mareada. Siento dolor.
De pronto recuerdo lo sucedido. Me aterrorizo. No estoy segura de estar viva.
Con una honda bocanada de aire mis pulmones se mueven y es mi primer indicio de que estoy en mi cuerpo y de que efectivamente sigo viva.
Una contracción mecánica de los músculos entumecidos de todo mi cuerpo se siente como si no me hubiera movido por días. Estoy muy asustada.
Una vez más lleno mis pulmones y con todas mis fuerzas lanzó un grito, y otro, y otro.
No tardan en aparecer un par de personas con indumentaria celeste que vienen hacia mí, me hablan con serenidad pero estoy tan asustada que no logro prestar atención a lo que dicen, solo grito.
De inmediato una de ellas me aplica una inyección y lentamente esta surge efecto.
No estoy dormida, solo sedada. Todo es muy confuso, no puedo percibir cuanto tiempo ha pasado. Escucho mi respiración algo agitada y de fondo pasos y voces. Abro nuevamente los ojos, estoy en el mismo lugar.

- Hola... estas mejor? – Pregunta una voz suave y calma.

Miro hacia done proviene la voz y a mi lado está una total desconocida.
Aún mareada, observo hacia todos lados. No sé que es este sitio ni que hago acá pero he sobrevivido a la caída y eso es un milagro.
De inmediato intento tocar mi cuerpo para ver qué sucedió con él. Descubro que es imposible moverme, nuevamente me aterrorizo terriblemente, mil cosas pasaron por mi mente. Inmediatamente con dificultad levanto la cabeza tratando de ver mi cuerpo y veo que estoy atada de pie y manos en una cama.

- QUEEEEE??? QUE PASA??? PORQUE ESTOY ATADA??? - Grito aterrorizada aún bajo el efecto del calmante.

- shhh...... Está todo bien. - Me indica la misma persona.

- No! No! No! No!!! No está todo bien!!! - Respondo balbuceante bajo el efecto del calmante. - Estoy atada en una cama! Nada está bien!!! Desátame yaaaa!!! Auxilio!!! - Grito desesperada sin poder zafar de las ataduras.

- Si, pero eso se soluciona ni bien llegue el doctor. - Explica con un tono amable.

No pasaron más que un par de minutos, la puerta de la habitación se abre y un hombre con bata blanca ingresa. Estoy bajo el efecto de lo que me inyectaron, todo sigue muy confuso.

- Hola, cómo te sentís??? - Pregunta el hombre de bata blanca.


- Mal!! Estoy mal!!! - Respondo sin titubeos.

La puerta se abre nuevamente y Ferreira entra a la habitación. Ambos cruzan miradas, es evidente ya estuvieron juntos antes de entrar ya que no se saludan.

- Cual es tu nombre? - Pregunta el Dr.


- Porque estoy atada???


- Cual es tu nombre???
-Insiste el Dr.

Estoy muy confundida todo en mi cabeza da vueltas y solo quiero que me desaten.

- Recordas algo? - Pregunta Ferreira.


- Por supuesto!!! Recuerdo todo!!! María quiso matarme!!! Me dijiste que no es real!! Y esa loca me quiso matar!!! Me empujó desde... - Hago una pausa. Puedo percibir que en todo lo ocurrido hay una delirante trama difícil de explicar.


- Desde donde...? -Pregunta Ferreira.

Un nuevo gran silencio coronó una pausa.

- Del techo del pabellón 30 del Muñiz... - Contesto titubeante.


- Del techo del Muñiz... - Repite Ferreira dando lugar a que amplíe con detalles.

- Dijiste que no existen y eso no es cierto porque esa loca me tiró de la terraza!!! - Prosigo sin meditar demasiado en mi respuesta.


- De la terraza... - Vuelve a repetir Ferreira.


Yo ya comienzo a irritarme por el modo en que me trata.


- De la terraza!!! No sé, creo que de tres pisos!! No recuerdo bien. - Respondo molesta.


- Te lastimaste... - Afirma. -Es una altura importante la que describís... – Concluye.

Una pausa me da a lugar a la duda y a un mínimo de reflexión.


- No sé, como saberlo?? Estoy atada!! - Respondo molesta y levantando el tono..

Ferreira comienza a desatarme. Lentamente levantó mis brazos, están algo entumecidos. Miro mis manos, están raspadas y tienen signo de haber hecho un gran esfuerzo. Mis piernas están con moretones y escoriaciones.
Ya no estoy segura de lo ocurrido pero es evidente no caí de un tercer piso.
Anonadada me tomo unos minutos para recapitular lo sucedido.

- Cual es tu nombre? - Pregunta Ferreira.

No respondo. Su insistencia me incómoda y ya me molesta mantener el contacto visual.

- Cual es tu nombre??? - Insiste Ferreira.


- Espera un minuto!!!! Estoy pensando!! - Respondo sin titubeos.


- No recordas tu nombre?

No respondo inmediatamente, pero a estas alturas ya todo es claro y se el porqué de su insistencia por preguntar mi nombre.

- María, mi nombre es María. - Respondo al fin.

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