Capitulo XXXIII

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Rumbo a la playa, nos habían acompañado Tannia y su novio Santiago, íbamos en el carro de Santiago, el estaba en el asiento del piloto y era el encargado de llevarnos a nuestro destino, Tannia estaba a su lado en el asiento del copiloto ella se encargaba de la musica y de mantener despierto a Santiago, en los asientos de atrás íbamos Tonny y yo, nosotros nos encargamos de repartir todos los dulces que compramos para el camino y también nos quejamos de que no nos llegaba el aire acondicionado.

Fue un viaje bastante largo pero valió la pena, el lugar al que habíamos ido parecía el mismísimo paraíso y pues estaba con Tonny con mi Tonny. Nos habíamos quedado en un hotel cerca de la playa y alquilamos dos habitaciones una para Tannia y su novio y otra para Tonny y para mi, al principio me pareció incomodo no por mi sino por Tonny y Tannia bueno ya saben ellos son hermanos y o sea Tonny no es tonto el sabe lo que hará su hermanita en la otra habitación, bueno gracias a Dios yo soy hija única no lo soportaría...

Habíamos subido a la habitación para dejar nuestras cosas, yo me quede parada detrás de la puerta observando la habitación y que solo había una cama, no es como si no hubiese estado antes con Tonny solo que cada vez se hacia mas real lo cual era genial pero a la vez me daba un poco de "miedo" no lo se quizás son solo tonterías mías.

-Sabes que no te voy a comer.. no por ahora claro
*Que, que dices
-Desde que llegamos no te has movido de esa puerta, puedes pasar es nuestra habitación.
*Claro solo la detallaba ya sabes cosas de mujeres
-Eso o que te pongo nerviosa
*Por su puesto que no
-Ah no y porque te sonrojas y te pones nerviosa si ni siquiera te estoy tocando
*Puff creído
-Tu creído nena, tuyo.

En ese momento Tannia entro bruscamente a la habitación,
# Hey chicos ya están listos, vamos a recorrer el lugar. Opps lo siento, no quise interrumpir. Busquense un hotel
-Eso hicimos Tannia....
#Cierto fui yo la que interrupi, bueno igual, no se tarden los estamos esperando abajo, pervertidos ja ja ja

∆°∆°∆°

Hay días que deberían recordarse por siempre, este por ejemplo, caminar por la playa había sido increíble, ver como el sol descendía y besaba al mar al esconderse era simplemente único, habíamos caminado por la arena hasta que encontramos una fogata, eran unos jóvenes como nosotros, nos invitaron a unirnos, conversamos y el tiempo empezó a descender, poco a poco todos nos fuimos relajando y allí estaba yo, en los brazos del chico que más amo en este mundo, ese chico al que le entregue todo mi amor, ese que era mi cielo pero también mi infierno, el era mi fortaleza pero también mi debilidad, en sus manos estaba mi corazón el podía cuidarlo pero también destruirlo, mis sentimientos hacia el me hacían vulnerable, pero se que es el chico correcto.

Promesas del MañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora