Capítulo XXII

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Tía Elroy:

Candy me llamó desde el yate, urge que vaya usted hasta allá, Patty la está esperando en el portal de la mansión junto con Fred, el chofer de mi padre; para que no se alarmen los Duff tiene que seguirnos la corriente, Archie y Stear sólo están actuando, no ha pasado nada, sólo es un poco de barro y maquillaje, todo está muy bien. Al parecer Candy y Albert tienen algo importante que informarle. No se preocupe por los Duff, ellos la animarán para ir a resolver "mi" problema.

Le deseamos suerte.

Sus sobrinos.

- No puede ser cierto – puso cara de asombro la señora Elroy.

- Lo sé tía abuela, mi padre se enfurecerá si lo sabe, debe hacer algo – le pidió la morena mostrando una lágrima más.

- Pero hija, ahorita no puedo hacer nada – le siguió la corriente la anciana.

- Se lo suplico, mi padre podría hasta matar a Archie – le imploró.

- No hija, no lo puedo hacer, tengo visitas importantes – decidió probar esa posibilidad.

- Ve con tu sobrina Elroy, nosotros nos quedaremos a descansar – propuso Margaret preocupada por las acciones que se suscitaban.

- Pero Margaret no puedo descuidarlos, han venido desde Europa y cómo les voy abandonar de buenas a primeras – rebatió la señora Elroy.

- No nos moveremos de aquí, así que ve y haz todo lo posible por tu sobrina – le pidió encarecidamente Henry tomándole la mano y cubriéndola con la suya.

- Gracias, tía abuela ¿nos vamos? – preguntó Annie tomando la otra mano.

- Sí, vamos. ¿Qué está sucediendo? – preguntó Elroy cuando ya iban llegando al portal de la mansión.

- No lo se tía abuela, pero no se nos ocurrió otra cosa, lo siento – se disculpó la morena.

- ¿Llegaremos pronto? – preguntó de nueva cuenta.

- Pues una lancha está esperándola en la costa, la llevarán al yate, al parecer Candy tendrá una reunión con varias personas, se le oía algo preocupada – refirió Annie.

- Está bien Annie y dime ¿cómo has estado? – le preguntó conservando la calma.

- Bien tía abuela, por lo contrario de lo que usted vio, Archie y yo ya estamos hablando de matrimonio – le sonrió dulcemente.

- ¿En verdad mi niña? Qué bueno y no sabes de Patty – quiso saber de la castaña.

- Ahorita le contará una buena noticia – le informó sonriente.

- ¿Qué noticia? – inquirió ella curiosa.

- Stear me pidió ser su novia, tía abuela, ¿no le da gusto? – comentó Patty que corrió a alcanzarlas.

- Claro que sí, señorita O'brian – la abrazó por la nueva noticia.

- Disculpe mi efusividad – dijo apenada.

- No te preocupes Patty, ya era hora, Stear nos daba muchas largas – comentó soltando una risilla.

- Lo sé – rodó los ojos.

Pasó un buen tiempo hasta que las chicas la despidieron en la costa, justo en el embarcadero Annie abrazo a Patty por el éxito de su plan, comunicándose con Dorothy para darle indicaciones sobre los Duff. Después junto con su amiga, abordaron el auto y le indicaron a Fred que las llevara a su casa. Mientras Stear y Archie las acompañaron y contaron los rostros que tenían Henry y Margaret cuando la tía abuela y Annie habían salido, el sermón de que entre hermanos no se deben de pelear.

Un amor que no entiende de pasionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora