Candy y Terry se entregaron el uno al otro gran parte de la noche y cuando se estaban quedando casi dormidos, Candy no pudo evitarlo, se sentía orgullosa de la sortija que Terry le hubiese dado después de la cena por lo que alzó la mano para observar el precioso anillo que Terry le había puesto en el dedo anular, era enorme, con cuatro impresionantes zafiros y brillantes alrededor formando un rombo, brillaba con el simple haz de luz de la luna.
- ¡Hola, mi amor! – la saludó el castaño desde el ventanal de su habitación.
- Hola, desde ¿cuándo te levantaste? – preguntó ella somnolienta y estirándose a lo largo de la cama.
- Hace unos minutos, en realidad estaba observando el amanecer – se justificó.
- Y ¿era lindo? – cuestionó ella con una sonrisa.
- Sí Candy, fue muy bello, pero no tanto como tú, despierta dormilona – le dijo él llegando a la cama y metiéndose entre las sábanas para abrazarla.
- Ahorita, la verdad ayer no me dejaste dormir Terry – se queja amargamente la rubia en son de burla.
- Candy no me eches la culpa a mí, si no más recuerdo la que quería jugar eras tú – le responde reclamándole.
- Bueno, ya que ahora te quejas, no lo volveré a hacer – se da la media vuelta y dándole la espalda furiosa.
- ¿Qué cosa dices? ¿Qué es lo que no volverás hacer? – la aprieta hacia su pecho y contra su erección, sorprendiéndose por el rozamiento.
- Esto... - ella en venganza, toma el miembro de su amado con las manos.
- Uo uo uo, eso se siente bien pero es hora de irme – la besa en el hombro y se aleja.
- ¿Tan temprano? – reclama en tono amable.
- Recuerdas que el duque se encuentra en la mansión – le cuestiona.
- Pero no quiero dejarte ir – se voltea para abrazarlo mientras el enreda sus piernas en las de ella.
- Lo sé preciosa, pero debemos ser cautelosos...aunque...- Terry se queda pensativo.
- ¿Qué estás tramando? – se aleja un poco interrogándolo a lo cual Terry sonríe maliciosamente.
- Aunque sería mejor que nos descubrieran porque así nos casarían de ser posible en dos horas... - suelta el castaño viendo la reacción inmediata de su novia.
- Tienes razón Terry, debes irte a tu habitación – se levanta y le señala la puerta, empujándolo.
- Candy te has dado cuenta ¿cómo estas vestida? Sabías que te ves deliciosa completamente desnuda – hizo referencia a cierta parte demasiado atractiva para él dirigiéndole una mirada.
- Terryyyy, deja de mirarme y vete a tu habitación – le ordenó avergonzada y cubriéndose con la sábana.
- Candy – el castaño emite sonora sonrisa haciendo que su novia se ruborice fuertemente.
- ¿Qué? – contesta ella ligeramente furiosa.
- Te amo, lo sabes ¿verdad? – le asegura a pesar del enfurruñamiento de su novia.
- Sí, lo sé, en realidad ¿quieres que sea tu esposa? – cuestiona Candy.
- ¿Por qué la duda? – le regresa la pregunta un molesto Terry.
- Es que no sé, el diario dice... - se detiene al verse interrumpida por el dedo índice posado en sus labios.
- Candy, Clara vivió en el siglo XVIII, eran otras épocas y pues creo que hemos pasado ese límite unas 16 veces...creo – cierra su ojo en un guiño haciendo que su bella rubia sonriera y exclamara sorpresa.
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Un amor que no entiende de pasiones
RomanceESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Él, un millonario desde el nacimiento. Ella una hermosa y sencilla doctora. Él un Don Juan ha...