Capítulo XVI

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- Sencillo Terry, no eres el único que ha sufrido por el amor de una Andley, tu abuelo y yo ya pasamos por ese embrujo – contestó Richard sonriente.

- Quieres decir que tú y mi abuelo se enamoraron de otras chicas Andley – cuestionó impresionado Terry.

- Podría decirse que sí, lo malo es que el fin del contrato no es solo parte de eso, ahí es cuando te das cuenta si hay algo más allá, si es sólo por el físico el beso es sólo eso, por el contrato, si sucede lo contrario pues da este resultado – le sonrió pasando el brazo por la nuca para felicitarlo.

- Entonces ¿qué hizo Candy? – preguntó sin entender nada.

- Me lo preguntas – exclamó su padre sin poder creerlo.

- Sí papá – lo obligó con la mirada.

- Sencillo tú estás enamorado de ella, a Candy sólo le gustabas – le soltó con cinismo.

- ¿Qué quieres decir? – dijo enojado.

- Bueno hijo, defecto de las Andley, todas son tercas, en el momento en el que ustedes tocaron los talismanes ella sintió una cierta energía al juntar sus manos para abrir las esferas. Ahí es que se dio cuenta que si te amaba, entonces cometiste un error... se pegó en la frente al decir esto.

- Pero si hice todo lo que tú no me dijiste – protestó Terry.

- Menos admitir que el beso que le dabas no era por el contrato sino porque lo deseabas – aclaró su padre.

- Eso es lo que nadie me dijo, ni tú me ayudaste – le reclamó sereno.

- No debías saberlo todo y menos si es por un vano negocio, debes desearlo, tristemente para nosotros sólo fue el físico – contestó sonriendo.

- Ahora entiendo, entonces... - iba a completar su moción.

- Deberías estar preocupado, Candy te conoce muy bien para sólo un beso, creo que su tío William los conoce demasiado a ambos, sin duda auguraba que de no tenerlos atados se matarían – se burló él.

- Bueno son nuestros caracteres – pretextó Terry.

- Ella terca y tú, eres un Grandchester, sin duda – comentó divertido.

- Pero la amo – abogó él.

- Sin duda alguna, solo que deberás tener cuidado, una Andley siempre sabrá cuando le mientes, así que tómalo en cuenta – le aconsejó su padre.

- Y con eso quieres decir – le instó.

- Sí, desde ahora en adelante deberás tener claros tus asuntos, no más "amigas", ella te tendrá en sus manos si se entera de alguna infidelidad – le advirtió comenzando a retirarse.

- No me ayudas mucho con ello, Candy es especial – susurró cayendo en cuenta de la forma en lo que lo dijo.

- Y lo será más cuando ella si tenga lo que tú no podrás hasta que te cases con ella – Richard estaba extralimitándose, pero debía de poner en aviso a Terry, ya que conocía la debilidad y la reacción de su hijo a otras personas cercanas a su ahora novia.

- ¿Qué quieres decir con eso papá? – cuestionó Terry aún sin entender.

- Que serás siempre celoso y nunca cornudo aunque lo supongas – le dijo su padre confortándola.

- No caeré en esa trampa – le respondió tranquilo mientras tomaba agua.

- Qué fácil es decirlo hijo, pero como te darás cuenta ya lo eres, William le tiene un trato especial – Richard no quería hacerlo, pero se veía obligado.

Un amor que no entiende de pasionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora