- ¿Por qué de tus dudas? – cuestionó George, seguía sin entender.
- Porque siempre quise defenderla hasta de la avaricia de su padre, bueno de Robert – sonrió al verse descubierto.
- Lo lograste, suplantaste ese triste recuerdo – George se acercó dándole un gran abrazo, felicitándolo.
- No lo siento así, no estuve con ella cuando dependía de alguien más – refirió cabizbajo.
- Hemos hablado esto cien veces, llegaste a ella en el momento más adecuado – ya se había cansado de repetírselo.
- Sí, tuve que apartarla de la Señora Harris, también de ella – sonrió una vez más.
- Bueno, era eso o que la siguiera retándola por ser como tú - sonrió dándole una palmada en la espalda.
- No lo permitiría. Ni antes ni ahora, la disfruté al máximo compensando esos años de evidente ignorancia, aún no sé cómo pudo ocultármelo, la odié por ello, la odié por apartarme de Candy – al fin lo dijo.
- No tengas dudas, ella sabrá recompensarte – le informó.
- Lo he hecho bien, en estos años he sido lo que ella espera – se sorprendió así mismo.
- Has hecho un buen trabajo Albert – lo felicitó.
- Espero que sí, sabes en la mañana me dijo que de no haber sido un padre para ella me hubiese amado demasiado como hombre – sonrió ante esa aseveración.
- Ahora eres su padre Albert, de sangre y en la realidad, los papeles fueron legalizados al año que murió Robert – le informó, era una feliz noticia.
- ¿Qué has dicho? ¿Robert murió? – preguntó impresionado.
- Sí Robert murió cuando la señorita Candy tenía cinco años – le informó alegre.
- ¿Cómo sabes? – pregunto de nueva cuenta.
- Hice una investigación, su esposa aún vive y ella me contó que Robert antes de morir le confesó que él sabía que Violet no era hija suya, por eso siempre la desdeñaba, que odiaba a su esposa por habérselo ocultado y por hacer que perdiera toda la fortuna que le iba a sacar a los Grandchester – contó un poco más detallado.
- No era más que un vividor – comentó Albert.
- Sí, pero pensaba sacarles más dinero que la dote de Violet, pero la niña estaba presente cuando murió su madre y Rosemary no ayudó mucho – reafirmó lo que él ya sabía.
- ¿Rosemary sabía eso? – ahora el sorprendido era él.
- Sí, pero por ser tu hermana no te dijo nada, ahora ya lo sabes, Rosemary creyó que ocultándotelo te hacia un bien, pero no contó con equivocarse ya que también quería a Candy hasta que se casó con el Capitán Brower y nació Anthony. De ahí que Candy sólo tenga vagos recuerdos de lo que pasó con su madre, todos le decían a Candy que no la querían, que era un estorbo, crees que no has hecho un buen trabajo, has hecho una lindura de esa pequeña niña traviesa a la que llamas pecosita – le habló claramente.
- George, ella me lo ha dicho ha sido feliz a mi lado – le platicó.
- Ves, no debes preocuparte, sólo que no sé que es lo que te haya puesto de ayuda en esa caverna tu padre, así que será mejor que te prepares y que no sospeche nada el duque, porque se entrometerá queriéndolos ayudar y podría sufrir lo mismo que Violet, me has entendido – recomendó George.
ESTÁS LEYENDO
Un amor que no entiende de pasiones
Roman d'amourESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Él, un millonario desde el nacimiento. Ella una hermosa y sencilla doctora. Él un Don Juan ha...