El cuarteto de oro: Los tiempos difíciles

64- Frente al Lago Negro

Aylien fue empujada hacía delante, cayendo sobre Harry y éste perdiendo el equilibrio. Ambos estaban en el piso, tremendamente cerca.

—¿Qué están haciendo? Adolescentes enamorados— dijo Peeves en su voz de burla. Aylien se levantó rápidamente.

—¡Tú! Maldito poltergeist, te juro que algún día...

—No me jures nada, mejor jurale al Ravenclaw que nunca que le volverás a ser infiel.

—¿Al Ravenclaw? ¿De qué chispitas estas hablando?

—Pues es obvio ¿no? Habla de Ethan, Aylien.—dijo una voz femenina. Era una chica de cabello corto y color azul. A la que reconoció como Vanessa Tomassini. La mejor amiga de Ethan. Era una chica atractiva, alta, llevaba gafas blancas, tenía una tez clara, ni morena ni blanca. A su lado, estaba Ethan, con clara expresión de decepción.

—Oh no, esto no...— comenzó Harry, sin embargo, Vanessa se encontraba lanzandole una mirada de odio. Aylien quiso decir que la mirada no se la merecía Harry, si no ella.

—Ethan... Esto no fue nada, Harry es como un hermano para mi.

—¿El hermano al que besas?— preguntó Ethan, con los ojos cristalinos.

—Te lo puedo explicar... ¡Ethan! ¡Ethan espera!— sin embargo, Vanessa le lanzaba una mirada asesina y se fue corriendo detrás de el chico de la guitarra. Aylien se giró sobre sus talones y buscó a Peeves con la mirada, pero el poltergeist ya de había ido. Por último, miró a Harry.

—Lo siento— dijo el azabache, rascando su nuca y con la cabeza gacha.

—No fue tu culpa, Harry.— el chico levantó la mirada, Aylien le ofreció una sonrisa sincera y este le correspondió.

(...)

Harry leía desesperadamente el libro del príncipe mestizo, buscando alguna solución para sacarle el recuerdo a Slughorn. Ron hacía el ensayo exageradamente difícil para Defensa Contra las Artes Oscuras, Hermione leía y Aylien anotaba opciones en su libreta muggle. Iba más o menos así:

¿Cómo conseguir el recuerdo de un viejo chiflado para salvar al mundo mágico?
- Usar el imperius
-Poción de la verdad.
-Confundirlo.
-Secuestrarlo y obligarlo.
-Darle caramelos de piña.
-Recurrir a la mente maestra de Hermione.

Haciendo caso a lo último, miró suplicante a Hermione.

—¡Oh no!— saltó Ron —¡El exámen de Aparición!

—¿Qué? ¿Cuándo?— preguntó Aylien con desesperación, no había conseguido aparecerse, en su lugar, había conseguido un buen golpe en la cabeza. ¿Y si le volvía a pasar lo mismo?

—El 21 de abril— respondió Hermione— Sólo para los mayores de edad, para los que aún no tienen diecisiete, es hasta julio.

—Que gran alivio, eso de cumplir en enero tiene sus ventajas— comentó Aylien sarcástica.

—Yo tampoco he logrado aparecerme— dijo Ron, el cual estaba más nervioso que Aylien. —¿Como deletreas “beligerante"?

—¡Ja, ja, ja, ja! Ron ¿cuándo cambiaste tu nombre a Ronil Wazlib?— preguntó leyendo el pergamino.

—¿Qué pluma has estado usando?— preguntó Hermione, quitándole el pergamino a Aylien.

—La pluma con corrector ortográfico de Fred y George.